El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, cenaron juntos ayer en Hanoi y dieron inicio a su segunda cumbre. El encuentro bilateral terminará hoy a última hora y según afirmó la Casa Blanca lo hará con la firma de un acuerdo conjunto. Este encuentro frente a frente de dos días es la segunda parte de la reunión histórica de ambos líderes en Singapur en junio, donde Trump lanzó su ofensiva para que Kim aceptara abandonar su arsenal nuclear.

La reunión se inició en el céntrico hotel Sofitel Metropole con ambos mandatarios sonrientes estrechando sus manos en un salón del complejo. Luego siguió un breve intercambio entre ambos de no más de veinte minutos en el que Trump destacó que Corea del Norte tiene un potencial económico “tremendo, increíble, ilimitado” y prometió que ayudaría a Pyongyang a aprovecharlo si prosperan las negociaciones sobre la desnuclearización del país asiático. “Estoy deseoso de ver cómo ocurre ese desarrollo y de ayudar a que ocurra, y ayudaremos a que ocurra”, afirmó. Por su parte, Kim dijo estar seguro de que la cumbre tendrá un buen resultado y destacó que ambas partes lograron superar obstáculos para concretar el encuentro algo que, según dijo, requirió mucha paciencia y esfuerzo. Kim agradeció, además, la decisión de Trump de empezar a dialogar con Corea del Norte. El magnate neoyorquino aseguró en tanto que su relación con el líder norcoreano es muy buena.

Minutos después pasaron a un ambiente casi íntimo donde disfrutaron de una cena que duró poco menos de dos horas. Se sentaron uno al lado del otro –a diferencia del almuerzo en Singapur donde estuvieron frente a frente– en una pequeña mesa redonda dispuesta para ellos y sus seis acompañantes. A su lado cenaron sus respectivas traductoras, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, el jefe de gabinete en funciones de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, el canciller norcoreano, Ri Yong-ho, y el principal responsable de inteligencia de Pyongyang, Kim Yong-chol. En el menú hubo cóctel de camarones, carne a la parrilla con kimchi (plato típico coreano) y, de postre, torta de chocolate. Al inicio del convite, Trump destacó que estaba a gusto de poder disfrutar una cena privada aunque advirtió que sería rápida porque ambos tenían previstas más reuniones de trabajo. Kim, en tanto, aseguró que mantendrían un diálogo muy interesante y que espera que ello conduzca a una mejor situación futura. 

Trump y Kim tendrán hoy un segundo encuentro a solas, esta vez aún más corto. Según la agenda oficial de Trump, el encuentro a solas con Kim tendrá lugar en el mismo hotel donde cenaron ayer entre las 9.00 y 9.45 horas. Luego ambos líderes tendrán un encuentro bilateral ampliado seguido por una comida de trabajo. Según precisó la Casa Blanca, hacia el final del día Trump y Kim participarán en la firma de un acuerdo conjunto. Antes de regresar a Washington, Trump ofrecerá una rueda de prensa para comentar los resultados de las reuniones con el líder norcoreano. 

Como resultado del encuentro, Estados Unidos podría aceptar gestos simbólicos, como la apertura de una oficina de contacto o una declaración para poner fin oficialmente a la Guerra de Corea, que terminó en 1953 con un armisticio. Trump, sin embargo, insiste en que no tiene apuro en convencer al Norte de que renuncie a su arsenal nuclear, mientras el país siga sin realizar disparos de misiles. “No quiero apurar a nadie”, había dicho antes de partir rumbo a Vietnam. Según informes de la prensa surcoreana, la cita podría concluir con la firma de una declaración de paz en la península coreana.