Ellas advierten: “Atenti muchachos, el tango ya no es macho”. Hace rato que el ritmo tradicional de Buenos Aires está en transformación por distintos motivos. Uno de ellos, bien poderoso, es la irrupción de las luchas feministas en la escena y desde diferentes ángulos. Bailarinas, compositoras, cantantes, instrumentistas, organizadoras de espacios y comunicadoras vinculadas al género aúnan fuerzas para consolidar su lugar y reclamar lo que el histórico machismo del sector les retaceó. Fruto de estas uniones surgieron varios colectivos. Uno de ellos es el encuentro de músicas Tango Hembra, que este fin de semana realizará su Primer Festival Internacional Feminista de Tango, con medio centenar de grupos y artistas en escena y micrófono abierto para las que quedaron sin espacio. “Nos convoca el deseo de construir un espacio igualitario e inclusivo para las mujeres y las disidencias”, plantea Tango Hembra en su declaración de principios, al tiempo que se une a otros colectivos de mujeres empoderadas tangueras, como el Movimiento Feminista de Tango (integrado en su mayoría por bailarinas).

El Festival se realizará el sábado en el Centro Cultural Oliverio Girondo (Vera 574), y el domingo en Galpón B (Cochabamba 2536). Ambas jornadas comenzarán a las 18 con charlas debate (la del sábado con Mercedes Liska, la del domingo con Celsa Mel Gowland), habrá práctica de tango con intercambio de roles y luego música en vivo. La apertura de la primera velada estará a cargo de Susana Rinaldi, que amadrinará especialmente esta edición. La programación reúne consagradas y figuras en ascenso, con una potencia y calidad artística que confirma lo que cualquier oído atento ya sabe: las mujeres hoy son figuras centrales del tango. En la primera jornada aparecen, por ejemplo, Analía Goldberg, Patricia Malanca y Marisa Vázquez (impulsora de Tango Hembra), todas ellas letristas y/o compositoras. En la velada dominical asoman Lidia Borda, La Vagabunda y Ana Sofía Stamponi. Pero la lista no se limita a esta media docena de nombres. Es mucho más amplia y es resultado también del crecimiento del propio colectivo. “Se sumaron un montón de compañeras desde el primer encuentro del año pasado”, señala la cantante Floru Ubertalli, quien también será de la partida en este Festival. “El año pasado hubo conciertos con 25 mujeres, pero este año es a lo grande, con referentes y cantoras muy conocidas”, celebra. En la grilla hay grupos mixtos, pero “liderados por una mujer”.

El colectivo también adhiere a otras luchas que encara el movimiento feminista, como el derecho al aborto, y a reivindicaciones más amplias que exceden al tango, como la ley de cupo femenino en festivales de música. “Hay en general una efervescencia fuerte del movimiento feminista y esto impacta en el ámbito de la música, que estuvo históricamente monopolizado por los hombres, no sólo en el tango”, analiza Ubertalli, ya a título personal. “Creo que en cada género el machismo se expresa de manera diferente, no es algo privativo del tango. Pero afortunadamente aparecieron estos espacios de encuentros de artistas mujeres que contribuyen a que la mujer tenga mayor espacio”, aplaude. “En algunos casos se juntan para ganar lugares, pero también por problemas que exceden a la música: como el aborto, la trata de personas. Como mujeres músicas que somos, no sólo nos movemos por cuestiones de nuestro ámbito de trabajo y afirmación, sino por cosas de nuestra subjetividad femenina o disidente, porque estos también son espacios abiertos a otras miradas. El movimiento feminista es más amplio que sólo las mujeres”, plantea.

En lo estrictamente tanguero, la inclusión de otras figuras más allá de las músicas propone ampliar también el cuadro de situación. Así, compañeras del MFT ofrecerán un taller de baile con intercambio de roles, “algo que se está implementando mucho para eliminar la figura del hombre como del que lleva”. Además, concitan “la adhesión de milongas y organizaciones hermanas”. Las charlas debate con una investigadora del Conicet y una expresidenta del Inamu también da la pauta de esa apertura de miras. 

Y de paso, las mujeres de Tango Hembra se permiten soñar. En la presentación del evento ante la prensa, deslizaron algunos proyectos que empiezan a vislumbrar, como su propia productora discográfica, que permita dar visibilidad a las compañeras, e incluso hasta una casa para las colegas que quieran venir de visita a Buenos Aires. “Como dijo Marisa, por ahora son sólo sueños, posibilidades, pero del balance que hagamos del Festival seguramente surgirán ganas de avanzar. Pero tiene que ver con generar más lazos y construir espacios, patrimonio cultural, lógicas que distintas de producción y difusión”, proponen.