La petrolera estatal YPF informó anoche el aumento del precio de sus combustibles que aplicó a partir de la medianoche, pero en un porcentaje menor al de la competencia. A partir de hoy, los valores en surtidor para la Ciudad de Buenos Aires se YPF son un 4,89 por ciento más caros en el caso del gasoil, y 4,55 por ciento en las naftas. Un día antes, desde las cero horas del sábado, Raizen Argentina, la licenciataria de la marca Shell, dispuso un ajuste del 9,5 por ciento en el precio de todos sus combustibles, argumentando que era el resultado del traslado al precio final de los aumentos en la cotización del barril de petróleo y del salto en el valor de la divisa. YPF, en cambio, parece seguir instrucciones de su principal accionista, el Estado nacional, para moderar la suba y postergar parte del aumento, intentando acolchonar el impacto del tarifazo en los meses inmediatamente previos a las elecciones. La misma política se aplicó en el caso del gas, distribuyendo en tres cuotas (abril, mayo y junio) el aumento del 29 por ciento en la tarifa doméstica que inicialmente se preveía aplicar desde este lunes. No son los únicos aumentos que sufrirán los usuarios en el transcurso de estas semanas. El gobierno, preso de su política de dolarización de tarifas y traslado a la población del déficit público originado principalmente en el pago de intereses, ahora intenta evitar los costos de una inflación que se le va de las manos, mientras que su propia política de tarifas la realimenta.  

El anuncio de YPF señala que los nuevos precios, a partir de hoy, en Capital Federal, serán, para la nafta súper, de 40,43 pesos por litro; gasoil, 37,94 pesos, nafta Infinia, 46,65 pesos, y el diesel D500, 46,65 pesos por litro. “Los aumentos reflejan el efecto de variables clave para la conformación de los precios, como son el aumento en el ICL e IDC (tasas impositivas), el tipo de cambio y las variaciones en el precio del Brent (petróleo crudo)”, señala la petrolera estatal en su comunicado. No obstante, de inmediata aclara que “los precios anunciados por YPF siguen siendo de los más bajos de la región, tanto en naftas como en gasoil”. 

Dichos aumentos, aunque de fuerte impacto para el bolsillo de los automovilistas, son sensiblemente inferiores a los anunciados por su principal competidora, Raisen, licenciataria de la red de estaciones de servicio Shell. A partir de este sábado, los puntos de venta con el emblema de la firma angloholandesa aplicaron un incremento sobre todos los precios de sus combustibles del 9,5 por ciento. Con el aumento, Shell pasó a cobrar 43,36 pesos el litro de nafta súper; el gasoil Fórmula Diesel pasó a 41,39 pesos; la nafta V-Power trepó a 49,98 el litro y la V-Power diesel a 47,98 pesos el litro. La diferencia de precio con YPF se estiró a 3 /3,50 pesos por litro en los diferentes productos. 

“En un marco de volatilidad de las variables que determinan el precio de los combustibles, YPF ha venido buscando adecuar dinámicamente sus precios en los últimos meses, a fin de atenuar el impacto de los aumentos en el consumo de naftas y gasoil”, señaló YPF a modo de excusa. La parte no señalada es que la petrolera de mayoría estatal también debió responder a un requerimiento de las autoridades nacionales para no agregar más descontento a un ambiente social ya fuertemente irritado por la inflación de productos básicos. En el caso de los combustibles, la pérdida de capacidad adquisitiva, junto al menor nivel de actividad, se ven reflejadas en una caída del 6,3 por ciento en la demanda en el último semestre, según lo señala la propia YPF en su comunicado de ayer. 

La cuotificación de los aumentos en el gas domiciliario llevará a que el incremento autorizado por el gobierno sobre la tarifa final del 29 por ciento se distribuya en un 10 por cinto que regirá a partir de este lunes; otro 9 por ciento que se pondrá en vigencia en mayo y otro aumento del 7,5 por ciento que se aplicará en el mes de junio. En este último mes, sin embargo, los usuarios recibirán las facturas con un descuento del 22 por ciento que no será una disminución de la tarifa sino una postergación del pago. Las consecuencias del tarifazo sobre los consumos más elevados del invierno recién impactarán en los bolsillos en diciembre de este año y marzo del próximo. Quien sospeche que este cronograma está en directa relación con el calendario electoral, no se equivoca. 

La agenda de aumentos también contempla, para este mes de abril, un ajuste de 2,50 pesos por viaje en subte, que lleva el valor de la pasada por molinete a 19 pesos. Para mayo está previsto un nuevo aumento de dos pesos, con lo que el precio del pasaje alcanzará los 21 pesos. El agua y la electricidad, en tanto, recién aumentan en mayo, y serán del 27 por ciento el primero (clientes de AySA) y 4 por ciento el segundo (tarifas de Edenor y Edesur).