Roberto Muñoz pateó el penal, y cuando la pelota tocó la red salió corriendo a festejar, haciéndolo con una bandera argentina con las Islas Malvinas. El gesto hizo que el árbitro le sacara la segunda amarilla y lo expulsara. Sucedió en la victoria 1-0 de Maracacinho sobre Fernández Oro, por la Liga Deportiva Confluencia de Río Negro. El defensor de 39 años se mostró dolido por la sanción contra la memoria: “Entiendo que los árbitros se puedan equivocar. Yo le dije que usara el sentido común, que piense con el corazón, que no tenía justificación para expulsarme más allá de que lo avalara el reglamento”. Muñoz, que jugó durante muchos años de manera profesional en Cipoletti de Río Negro, dijo que al ver la segunda tarjeta amarilla “no entendía nada”. “Pude haberme equivocado porque al referí (Maximiliano Benito) lo avala el reglamento. Festejé así porque me siento identificado con la causa. De hecho, el club jugó esta fecha con una camiseta estampada con las Malvinas, hace unas semanas vinieron a dar una charla ex combatientes, eso te moviliza”, contó.

Muñoz, que recibió la bandera para festejar de manos de Nicolás Olave, un compañero cuyo padre combatió en la guerra, contó cómo surgió la iniciativa: “A Nico lo conozco porque somos del mismo barrio. El fue uno de los impulsores de esta movida, era lo mínimo que podíamos hacer para recordar a los héroes”. Y remarcó un hecho positivo en torno al episodio: “Cuando terminó el partido, se me acercó un hincha de Fernández Oro y me felicitó por mi gesto. Era hijo de un ex combatiente me contó y más allá de la calentura por haberles ganado, quiso hablarme”.