En una votación histórica que podría sentar precedentes para otras disputas territoriales, la Unión Europea (EU) definió ayer al Peñón de Gibraltar como una “colonia de la Corona Británica” a pedido del gobierno español. A dos semanas de una posible salida de Reino Unido sin acuerdo de la UE, la Eurocámara definió la batalla diplomática a favor de España. El acuerdo, que fue aprobado en la comisión de libertades con 38 votos a favor, ocho en contra y tres abstenciones, puede tener una gran relevancia para Argentina y su histórico reclamo de las Islas Malvinas.  El documento fue aprobado dentro de otra serie de medidas ante el Brexit duro. Establece que el peñón, considerado por la ONU como “territorio no autónomo pendiente de descolonización”, queda establecido por la UE como una “colonia”, definición que la corona británica resistió históricamente porque habilita un posterior reclamo territorial. 

La nueva etiqueta que se adosó a Gibraltar forma parte de una nota al pie del régimen de visados aprobados por la Eurocámara ante el esperado fracaso del Brexit, que tiene como fecha límite este 12 de abril tras su segunda extensión. Europa se disponía a aprobar una serie de medidas para eximir de visados a los británicos que quieran viajar al bloque tras la salida británica, decisión que tendría que ser adoptada también para el Reino Unido respecto a los ciudadanos europeos. Pero el reclamo español se coló en la votación, de la que fue excluido el representante británico Claude Moraes. 

¿Cómo se relaciona la nueva definición de Gibraltar con Argentina? El peñón es punto de encuentro entre dos continentes, Africa y Europa, y entre dos mares, el Mediterráneo y el océano Atlántico. Al igual que las Islas Malvinas, es un objeto de disputa. El enclave es territorio británico desde su cesión en 1713, recogida en el Tratado de Utrecht (un conjunto de tratados firmados por Países Bajos, Gran Bretaña y España en la Guerra de Sucesión Española entre los años 1713 y 1715). Años más tarde, los españoles trataron de recuperar la colonia sin éxito, ya fuera mediante la vía militar o reclamando el territorio por vías pacíficas. Sin embargo, la población actual de Gibraltar rechaza cualquier medida de presión política para formar parte de España. Según circuló, los países del bloque presionaron el miércoles al presidente de la Eurocámara para apartar a Moraes de las negociaciones, por resistirse a la redacción que defienden los Veintisiete, a instancias de España porque se oponía a incluir esta referencia a Gibraltar en la ley. 

Posteriormente, el jefe de la Eurocámara, Antonio Tajani, le informó que los líderes de los grupos parlamentarios consideraban que “no debería” seguir como ponente, ante la supuesta falta de imparcialidad del representante británico, quien luego admitió que hizo “todo lo posible para sugerir una redacción alternativa” sobre la cuestión. 

La nueva norma tiene que someterse aún al pleno del Parlamento Europeo hoy pero las condiciones de la reforma han recibido ya el visto bueno del Consejo a nivel de embajadores, el martes, y de los eurodiputados en la comisión parlamentaria competente ayer. La reforma llevaba desde febrero bloqueada por la negativa del equipo negociador de la Eurocámara a aceptar la nota a pie de página que fue introducida por el Consejo en el reglamento para describir Gibraltar como una “colonia de la Corona británica” sobre la que existe una “disputa” entre España y Reino Unido. Esta controversia, añade la nota finalmente aceptada, debe hallar una solución “a la luz de las resoluciones relevantes de la Asamblea General de Naciones Unidas”.

Esta referencia no constaba en la propuesta inicial de la Comisión Europea, que, sin embargo, no vio problemas en ella porque lo interpretó como una aclaración de una situación ya conocida, en línea con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE (TUE) y que “no altera en nada” el estatus del Peñón con respecto a la UE. Los Tratados de la UE ya se refieren a Gibraltar como “un territorio europeo cuyas relaciones exteriores son asumidas por una Estado miembro”. La comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior decidió sustituirlo por el eurodiputado socialdemócrata búlgaro, Sergei Stanishev.

“No es ningún secreto que las negociaciones han estado bloqueadas por una nota a pie de página sobre Gibraltar pero al final ha sido el Parlamento quien ha demostrado responsabilidad y ha puesto los intereses de los ciudadanos por delante. La estrategia irresponsable del Consejo mina seriamente el espíritu de cooperación sincera entre las instituciones de la UE y espero que no se repita en el futuro”, resaltó luego Stanishev. La disputa sobre este territorio ya protagonizó uno de los episodios del Brexit por el rechazo de España a apoyar el acuerdo de divorcio si no se garantizaba su derecho a veto sobre la futura relación entre el Peñón y la UE tras el Brexit. May se opuso porque entiende que da motivos a España para reclamar por su soberanía.