Tras una reunión entre dirigentes de Primera División y de clubes del Ascenso que se realizó en un hotel de la zona de Retiro, hubo un principio de acuerdo entre las partes, aunque la pelota recién volvería oficialmente a rodar en marzo. La rescisión del contrato de Fútbol para Todos, la venta de los derechos audiovisuales, la Superliga, la reforma del estatuto y la elección del presidente de la AFA fue el frondoso temario tratado, clave para tratar de destrabar –en la Asamblea programada para el 27 de febrero próximo– el conflicto que tiene paralizado y en estado crítico al fútbol argentino. En ese contexto, se conocieron ayer dos audios que exponen los manejos y la influencia que el presidente de Boca, Daniel Angelici, tenía en 2015 con el presidente Luis Segura y el titular del Comité de Disciplina de la AFA, Fernando Mitjans.  

En busca de una solución a los graves males que padece el fútbol, ayer fue otro día de reuniones y mucho ajetreo en el Hotel Emperador. Por los clubes de Primera asistieron Angelici; los presidentes de River, Rodolfo D’Onofrio; de Independiente, Hugo Moyano; de Huracán, Alejandro Nadur; de Lanús, Nicolás Russo; y los vicepresidentes de Racing, Miguel Jiménez; y de San Lorenzo, Marcelo Tinelli. También participaron el presidente del Consejo Federal, Pablo Toviggino, en tanto que por el Ascenso lo hizo el titular de Barracas Central, Claudio Tapia. Fue llamativa la ausencia de Daniel Ferreiro, el vicepresidente de Chicago y voz cantante del desacuerdo entre ambos sectores. “El acuerdo alcanzado fue importante”, dijo Russo, mientras que Chiqui Tapia aventuró que el fútbol volvería el 3 de marzo.

Por otra parte, como si no hubiera pocos problemas en el fútbol argentino, el periodista Gustavo Grabia acercó al programa “No todo pasa” (TyC Sports), una serie de escuchas telefónicas de hace dos años que comprometen seriamente a Angelici. En la primera, el titular xeneize le pedía al presidente del Tribunal de Disciplina, Mitjans, que le bajara la suspensión de cinco a tres fechas al lateral Leandro Marín, quien en un encuentro de verano frente a Racing había sido expulsado por pegarle un tremendo patadón a Ricardo Centurión (ahora en Boca) que lo sacó de la cancha en camilla. Antes había visto la roja Cristian Erbes, por aplicarle un artero manotazo al mismo jugador. El escribano Mitjans, sumamente condescendiente con la solicitud de Angelici, no sólo accedió al pedido sino que se comprometía él mismo a tomarles declaración a los dos jugadores, “adoctrinarlos” y “escribirles” el descargo. De ese modo, con la baja en la sanción, Marín –actual jugador de Arsenal– pudo concentrar con el plantel en el partido que Boca debía disputar con Vélez por un cupo en la Copa Libertadores, que obtuvo el club de la Ribera.

Asimismo, en relación con ese trascendental partido, la otra comunicación que hizo trascender la señal deportiva ponía al desnudo a Angelici y a Segura, designado presidente de la AFA tras la muerte de Julio Grondona. En esa llamada, el dirigente xeneize le pedía a Segura que el árbitro Germán Delfino “trate de equivocarse lo menos posible” (sic) porque en ese encuentro “Boca se jugaba mucho”. El titular de AFA no tuvo empacho en asegurarle al xeneize no sólo intercedería en ese “asunto” ante Miguel Scime, al frente del Colegio de Arbitros, sino que sin eufemismo alguno se declaraba para ese partido como “el hincha de Boca número uno”. Lo que se dice un verdadero escándalo.