En una época de crisis profunda del mercado editorial, Sinceramente, el libro de Cristina Kirchner, pinta como el gran suceso de los últimos tiempos. Ayer, las grandes cadenas de librerías decidieron adelantar un día la salida a la venta y miles de ejemplares se agotaron en cuestión de horas. Se suponía que el resto de las librerías lo pondrían a la venta hoy, pero había dudas acerca de si se podría hacer frente a la demanda. En la editorial Pengüin Random House avisaron que se están imprimiendo más ejemplares, pero que no es un proceso veloz. En el libro de 600 páginas, la ex presidenta cuenta intimidades y da sus opiniones sobre distintos hechos ocurridos en los últimos años y de la actualidad. También habla sobre la persecución judicial que sufre y el origen de la fortuna familiar. Aquí van algunas de las cuestiones sobre las que escribió Cristina Kirchner.

Dictadura

“En la madrugada del 6 de enero de 1976, en Río Gallegos, nos detuvo la policía provincial por orden del Ejército, junto a una pareja de amigos, Oscar ‘Cacho’ Vázquez y su esposa Mabel Velásquez. La orden de detención era para Cacho, que había sido delegado de la Regional VII de la juventud Peronista, y para todo aquel que lo acompañara. Estuvimos presos 16 días. Recuerdo que nos reencontramos con Néstor en la puerta de la vieja casa familiar de la calle 25 de Mayo. Nos abrazamos muy fuerte y le dije: ‘Tenemos que irnos del país, esto va a ser una masacre, nos van a pasar por arriba como una Caterpillar’. El quiso tranquilizarme y me dijo: ‘No...no va a ser para tanto, va a ser como todos los golpes, los primeros dos o tres meses habrá que cuidarse y después todos se aflojan’. Lamentablemente, la historia se encargó de darme la razón”. 

Derechos humanos

“Me causa gracia cuando algunos afirman que instalamos la cuestión de los derechos humanos por conveniencia, como si hubiera sido un tema que en la Argentina de aquellos años diera rédito político. Al contrario, las dirigencias partidarias más relevantes miraban para otro lado frente a las leyes de impunidad, y los únicos que batallaban ese tema eran los organismos de derechos humanos”.

Néstor

“Si me preguntan qué fue lo que más amé de Néstor, contestaría que todo. Era un personaje. Al Teatro Colón, por ejemplo, Néstor decidió no ir jamás. Cuando en marzo de 2006 nos visitó la reina Beatriz de Holanda, acompañada por su hijo Guillermo de Orange y su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta, nosotros le ofrecimos una recepción en los salones de la Cancillería, frente a la Plaza San Martín. Todavía no teníamos el Museo del Bicentenario, que él no llegó a ver inaugurado. Nos explicaron que luego, como retribución, la reina ofrecía una fiesta al presidente y a su gobierno y que para eso decidió alquilar al Teatro Colón. Pero el presidente... no fue al Colón. Y tuve que ir yo. No pude convencer a Néstor. Literalmente le rogué: ‘Néstor, por favor, tenés que ir’. El me retrucaba: ‘Al Colón no voy a ir, no se los voy a pisar’. Le supliqué: ‘Néstor, tenés que entender que es una equivocación. El Colón es una de las salas líricas más importantes del mundo y es nuestra. ¿Por qué no vas a ir?’. Me contestó: ‘No pienso ir ni loco al teatro de la oligarquía argentina, no se los voy a pisar, no les voy a dar el gusto’”.   

Estudio

“Decidimos abrir el estudio jurídico y de a poco empezamos a tener clientes muy importantes de Santa Cruz, que era amigos de su padre. Entre los primeros, Cayetano Drisaldi, concesionario de      Citroën y agente oficial de YPF    en Santa Cruz. También los dueños de la concesionaria Dodge Chrysler: Pablo Sancho y Victoriano Manzanares; este último además fue nuestro primer contador y padre de Víctor Alejandro Manzanares, que años después no sólo fue síndico del banco de Santa Cruz sino también, cuando su padre se retiró, nuestro contador. Fue a partir de ese momento que comenzamos a crecer económicamente”. 

Fortuna

“En el año 2003 Néstor presentaba su primera declaración jurada como presidente y en ella, en el rubro 4.6 de ‘Depósitos y dinero en efectivo’, en la columna correspondiente a tipo de cuenta, depósitos a plazo fijo en dólares americanos figuraba la suma de U$S 4.387.674. Repito: en el 2003, Néstor ya declaraba tenencia de depósitos en efectivo por más de 4 millones de dólares. Sin embargo, se cansaron de decir que Néstor y yo habíamos llegado pobres al gobierno pero nos fuimos ricos. No es así. Nunca llegamos pobres a ningún cargo de la función pública. Y menos a la Presidencia de la Nación”. 

Cajas

“Los plazos fijos que estaban, como siempre durante todos aquellos años, en el banco Galicia, que fue el que nos vendió los dólares en efectivo que se colocaron en las cajas de seguridad... ¿de qué banco?... Galicia. El dinero nunca salió del banco, hay una línea de continuidad sin ningún tipo de fisuras. ¿Por qué las cajas de seguridad estaban a nombre de Florencia, mi hija? Muy simple: porque tanto Máximo como yo estábamos viviendo en Río Gallegos y la única persona que vivía en Buenos Aires para hacer ese trámite, que es personal, era Florencia”.

Retenciones

“Vino Martín Lousteau con Gastón Rossi, su asesor, a explicarnos el tema de las retenciones móviles que se basaban en el criterio de la renta extraordinaria. No me pareció mal, porque es un criterio que comparto. Me acuerdo como si fuera hoy de aquella reunión. Estábamos los tres: Alberto Fernández, Lousteau y yo. El jefe de Gabinete le pregunta: ‘¿Estás seguro que no habrá problemas con eso?’. Y Lousteau, muy seguro de lo que decía, contestó: ‘No, a ellos la soja no les interesa’. Juro por la vida de mis tres nietos y mis dos hijos, que es lo que más quiero en el mundo, que dijo eso”.

Clase media

“El 13 de noviembre de 2012 el Banco Mundial publicó un informe que revelaba que la clase media en Argentina se había duplicado en la última década y que se destacaba como el país latinoamericano con el mayor aumento de su clase media como porcentaje de la población total. Y pensar que me tuve que fumar que dijeran que no había combatido la pobreza. ¡Justo a nosotros, que duplicamos la clase media! O sea, una parte importante de los argentinos y las argentinas dejaron, durante nuestros gobiernos, de ser pobres... y no lo digo yo, lo dijo el Banco Mundial. Aunque también, a pesar de ello, una porción importante de esa misma clase media terminó votando a Mauricio Macri”. 

Macri

“Si alguien me pidiera que definiera a Mauricio Macri en una sola palabra, la única que se me ocurriría es: caos. Sí... Mauricio Macri es el caos y por eso creo firmemente que hay que volver a ordenar la Argentina. Como se dice por ahí: que cada cosa esté en su lugar; la heladera en la cocina y el inodoro en el baño. Esto exige a cada uno de los argentinos y las argentinas, cualquiera sea su lugar en la sociedad, una primera decisión casi actitudinal que permita encarar los problemas que el gobierno de Mauricio Macri nos está dejando y que no existían en 2015”.  

Atributos

“Muchas veces, después del balotaje, pensé en eso que finalmente no se dio: yo, frente a la Asamblea Legislativa, entregándole los atributos presidenciales a... ¡Mauricio Macri! Lo pensaba y se me estrujaba el corazón. Es más, ya había imaginado cómo hacerlo: me sacaba la banda y, junto al bastón, los depositaba suavemente sobre el estrado de la presidencia de la Asamblea, lo saludaba y me retiraba. Todo Cambiemos quería esa foto mía entregándole el mando a Macri porque no era cualquier otro presidente. Era Cristina, era la ‘yegua’, la soberbia, la autoritaria, la populista en un acto de rendición”.

Género

“Me llamaron loca, histérica, orgásmica, desesperada por el poder. Mientras escribo, pienso con dolor que a pesar de haber sido la primera mujer electa presidenta de la historia, no se alzó ninguna voz feminista para condenar el ataque por mi condición de mujer. Ojo, no digo para defender el gobierno, ni las políticas, ni a ninguna persona en particular, sino el género que era agredido como tal”. 

Aborto

“Yo antes era una persona que decía ‘no soy feminista, soy femenina’. ¡Qué estupidez! ¡Qué inmensa estupidez y lugar común! En la marcha de 2018 salieron las adolescentes de 13, 14 y 15 años. Eran decenas de miles que salían de los colegios, religiosos inclusive –porque se les veía los uniformes–, se sacaban la camisa y se ponían pañuelos verdes. Ahí me puse a pensar... dentro de quince años yo voy a tener 80, voy a ser una vieja y Helenita va a estar en quinto año, María Emilia va a estar en cuarto y les van a preguntar las compañeritas: ‘Che, ¿qué votó tu abuela?’ Y ellas van a contestar: ‘Esa vieja votó en contra’. ¡No señor! Eso no lo voy a permitir”.  

Legado

“El legado de Néstor se proyecta en los jóvenes que tomaron las mismas banderas con firmeza y que hoy resisten para que la patria no vuelva a estar de rodillas. Pienso que tal vez ese sea mi rol, el de ser un puente entre las nuevas generaciones y las anteriores; nosotros tomamos la posta de otros para construir la Argentina y, a pesar del fuerte revés que nos acecha, serán los y las jóvenes quienes deberán seguir adelante”.