Un mensaje de Andrés Manuel López Obrador tensionó las relaciones entre México y España. En marzo, el presidente mexicano comunicó que había enviado “una carta al rey de España y otra al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos...hubo matanzas, imposiciones. La llamada Conquista se hizo con la espada y la cruz”. 

El macrismo eligió un camino muy diferente al de AMLO. Desde sus inicios, el gobierno de la Alianza Cambiemos multiplicó los gestos amigables a la realeza y capitales españoles. La excepción a la regla fueron algunos roces con Telefónica por los favores dispensados al Grupo Clarín. 

Más allá de eso, el macrismo estrechó vínculos con el poder simbólico y económico español. Los capitales ibéricos tienen una destacada presencia en la economía local. Más de 200 compañías locales están bajo control de compañías españolas, entre ellas: BBVA, Banco Santander, Indra, Telefónica, Iberia, Llorente & Cuenca, Grupo Planeta, NH Hotel Group, Prosegur, Abertis, Mapfre, Naturgy, Santillana. 

La política de seducción fue inaugurada por Alfonso Prat Gay. En mayo de 2016, el entonces ministro de Hacienda y Finanzas pidió disculpas por las políticas económicas kirchneristas. Al disertar en un encuentro organizado por Nueva Economía Forum en Madrid, Prat Gay planteó que “sé de los abusos que han sufrido los capitales españoles y les agradezco la paciencia”, mientras solicitaba un aplauso “porque Argentina está de vuelta”. El ex asesor financiero de Amalita Fortabat también calificó de “disparate” la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF en manos de Repsol. Tal vez por educación, Prat Gay omitió mencionar la planificada política desinversora de esa compañía, el vaciamiento de Aerolíneas Argentinas (realizado por el grupo Marsans) o el desmanejo de Aguas de Barcelona en AySA.

En julio de ese año, el presidente Mauricio Macri invitó a Juan Carlos de Borbón a los actos celebratorios del Bicentenario de la Independencia. En Tucumán, sostuvo que los congresales “deberían tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España”.  

La reciente visita de la realeza española agregó un capítulo más en la relación bilateral, encuentro que no pasó desapercibido. El anecdotario incluyó la falta de escalera en el aeropuerto, el duelo de vestuarios de Letizia/Juliana Awada y la confusión del nombre de Borges. 

Como se sabe, el monarca participó del VIII Congreso de la Lengua Española celebrado en Córdoba. Felipe VI hizo una escala previa por Buenos Aires en carácter de visita de Estado. El gobierno publicitó el gesto como una muestra del respaldo mundial a la Argentina. En esa línea, el rey Felipe VI sostuvo que “apoyamos todos los programas de reformas que están en marcha”. 

Lo cierto es que los inversores ibéricos miran con desconfianza la economía doméstica, tal como quedó reflejado en el último relevamiento de la escuela de negocios IE Business School. El reporte señala que las inversiones españolas continuarán expandiéndose en Sudamérica en 2019 excepto en dos países: Venezuela y Argentina. Vaya paradoja para un gobierno que vino a salvar al país del “Pepe” Borges de terminar como Venezuela.

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@diegorubinzal