El ajuste que asedia al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) alcanza a todas las áreas del conocimiento, pero afecta más a los investigadores de las Ciencias Sociales y Humanas. Como ya se informó, el recorte en los ingresos a la carrera del investigador este año dejó afuera del sistema científico público a más de dos mil doctores formados en universidades nacionales durante la última década: el Conicet sólo admitió al 17,7 por ciento de los postulantes con calificaciones para ingresar. Pero los excluidos fueron muchos más en Sociales y Humanidades, en términos absolutos y relativos: en este área, la que más candidatos tuvo, apenas un 6,8 por ciento de los doctores postulados pudo entrar.

“Más del 90 por ciento de las personas que se presentaron quedaron afuera. El impacto y el volumen del ajuste en Humanidades es brutal”, dijo a PáginaI12 la decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Graciela Morgade. “Es mucho más duro entrar en el Conicet por Sociales y Humanidades que entrar por las otras grandes áreas –señaló el investigador Mario Pecheny–. Dicho esto, la lucha no pasa por sacarles lugar a las otras grandes áreas, sino por que el número de ingresos sea razonable con lo que el Estado argentino inició en todos estos años con los posgrados y doctorados”, agregó Pecheny, que es doctor en Ciencia Política y fue electo el año pasado como miembro del directorio del Conicet en representación del área de Ciencias Sociales, aunque su designación en el cargo nunca fue concretada por el Gobierno.

Para entrar en el Conicet en 2019 había 2595 investigadores calificados, pero sólo se aprobó el ingreso de 450 –cuando, de haberse respetado el Plan Argentina Innovadora 2020, deberían haber entrado 1366–. El ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA) Jorge Aliaga, quien también se desempeñó en el ex Ministerio de Ciencia, analizó postulaciones e ingresos, y detalló a qué área del conocimiento correspondió cada uno. En la convocatoria general, el área de Ciencias Biológicas y de la Salud tuvo 321 candidatos e ingresaron 64 investigadores (el 19,9 por ciento). En Ciencias Exactas y Naturales hubo 255 postulantes y 64 ingresos (25 por ciento). En Ciencias Agrarias e Ingeniería los postulantes fueron 254 y los ingresantes 42 (16,5 por ciento). Y en Ciencias Sociales y Humanidades se presentaron 556 investigadores y pudieron entrar 38 (6,8 por ciento). Además de la convocatoria general, el Conicet también aprueba ingresos por otras dos vías: una es Temas Estratégicos (874 investigadores se postularon y 154 entraron) y la otra es Fortalecimiento (hubo 335 candidatos y 88 ingresantes).

Las Ciencias Sociales y Humanidades se vieron más perjudicadas proporcionalmente no sólo porque tuvieron la mayor cantidad de postulantes, sino también porque hubo vacantes excedentes de la modalidad Fortalecimiento que pasaron a temas generales, pero “en ningún caso fue para Sociales. Se repartieron en las otras tres áreas”, remarcó Aliaga.

Para Dora Barrancos, directora del Conicet en el área de Ciencias Sociales, particularmente las Humanidades fueron más afectadas en los Temas Estratégicos. Este área deriva del Plan Argentina Innovadora 2020 y se creó para redirigir el 10 por ciento del personal científico hacia disciplinas consideradas prioritarias para el país (agroindustria, ambiente y desarrollo sustentable, energía, industria, tecnología y salud, entre otros). Pero bajo el gobierno de Mauricio Macri, por decisión del Directorio, el porcentaje de ingresos por Temas Estratégicos se elevó al 50 por ciento –Barrancos fue la única integrante del Directorio que votó en contra–. Como se trata de un área con mayor representación de ciencias duras y básicas, las Humanidades sufrieron otro achicamiento en el cupo de ingresos. “Las Ciencias Sociales en su conjunto representan el 24,4 por ciento, pero si ves cómo les va a las Humanidades, tienen una mengua enorme”, explicó Barrancos.

“Hay disciplinas o modos de hacer las disciplinas que no encajan en la modalidad estratégica, por ejemplo disciplinas como Letras o Filosofía, les es más complicado     –agregó Pecheny–. Son ramas muy importantes de la ciencia y son las que se vieron más perjudicadas o tuvieron que inventar algo que no es lo que hacen, o solamente quedaron restringidas a la convocatoria general, que al verse reducido el número a un nivel tan ridículo, fue condenarlas a la frustración.” 

Carolina Mera, decana de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), resaltó que el recorte que sufre el Conicet es un paso más de una política de desmantelamiento general del sistema científico y universitario público. 

Y agregó: “Las ciencias sociales producen nuevos horizontes de sentido, producen cambios culturales. Si uno ve el proceso de ampliación de derechos que vivimos durante los 12 años del gobierno pasado, la ley de identidad de género, la ley del matrimonio igualitario, la ley de medios, todo eso tuvo que ver con una construcción cultural nueva relacionada con las ciencias sociales. Eso es lo que se esté menospreciando hoy y es un mal enorme para el país”.