Los elevados vencimientos de deuda de corto plazo previstos para lo que resta del año incrementan la incertidumbre entre los inversores sobre la estrategia que viene llevando adelante el gobierno. La consultora Ecolatina advirtió ayer que entre fin del año pasado y fines de abril los vencimientos programados de Letras para el tercer trimestre treparon de 2008 a 9808 millones de dólares. Asimismo, las obligaciones en estos instrumentos para el cuarto trimestre saltaron de 3.405 millones a 5772 millones de dólares en igual período. A esa cifra se le suman otros 7805 millones que vencen entre este mes y el próximo. Por lo tanto, el total todavía pendiente trepa a 23.384 millones de dólares, solo 9 por ciento menos de lo que había sido programado para todo 2019. “Teniendo en cuenta que durante el segundo semestre las presiones cambiarias serán importantes (dolarización preelectoral), y las dudas que versan sobre el poder de fuego del Banco Central en el mercado cambiario, la estrategia es controvertida”, asegura Ecolatina. 

A fines de 2017, la deuda pública representaba poco más de la mitad del PBI. Considerando los ratios del resto de los países emergentes, este número no encendía señales de alerta. Sin embargo, el año pasado la situación cambió radicalmente. Si bien la deuda pública no creció de manera sustancial (3,5 por ciento interanual en dólares), producto del salto cambiario, se desplomó el PBI en dólares, de modo que este cociente superó el 85 por ciento. 

Debido a esta situación, la sustentabilidad de la deuda fue puesta en duda. De hecho, el Fondo Monetario Internacional aseguró recientemente que Argentina es “solvente pero no con alta probabilidad”. La consecuencia fue una huida de los inversores que vienen realizando ventas masivas de bonos argentinos con la consiguiente suba del riesgo país, el cual ya duplica al promedio de los países emergentes. “Producto de este escenario, en 2019 los mercados privados de crédito a mediano plazo permanecen virtualmente cerrados: la tasa que pagan los bonos argentinos en dólares ronda el 11 por ciento”, advirtió Ecolatina.

El gobierno mientras tanto siguió financiándose a través de la colocación de Letras del Tesoro (pasivos a corto plazo). Durante el primer cuatrimestre de este año se renovaron los vencimientos de 15.000 millones de dólares de Letes (en dólares), Lecap y Lecer (nominadas en pesos). De esta forma, el Ejecutivo logró acumular liquidez y las reservas no debieron ser utilizadas para pagos de deuda, a la par que el stock de obligaciones continuó en avance, a un rimo moderado. La contracara fue un creciente cronograma de vencimientos para los meses donde la incertidumbre electoral hace prever una creciente dolarización de activos. 

“El problema con las Letras no cambió sustancialmente: ni se cancelaron vencimientos de capital (reducción de stock) ni se estiraron los plazos de los pasivos en moneda extranjera. Por el contrario, se redujo su duración. Por lo tanto, la necesidad de renovación del 46 por ciento de las Letes en dólares explicitada en el Programa Financiero 2019 luce tan intacta como exigente. Dada la dinámica reciente del riesgo país (creció alrededor de 100 puntos básicos desde que comenzó el año), las posibilidades de renovación, y sobre todo las de hacerlo a una tasa razonable, se van achicando conforme el tiempo avanza”, afirma Ecolatina. 

El anuncio de que el Banco Central intervendrá en el mercado para contener el dólar aún si se ubica por debajo del techo de la antes llamada “zona de no intervención” (51,45 pesos) disipó algunas presiones cambiarias. No obstante, Ecolatina sostiene que esta decisión podría traer aparejados nuevos riesgos ya que ante un incremento de las presiones cambiarias, el Banco Central tiene dos opciones. Si decide intervenir con Reservas, puede contener al tipo de cambio, pero también podría perder una parte significativa de éstas, reduciendo el stock que garantiza el cumplimiento de los pagos de deuda en moneda extranjera. En ese caso, las tensiones iniciales recrudecerían. Como segunda alternativa, podría dejar correr a la divisa, lo que también podría comprometer su solvencia y, además, complicaría las chances de reelección de Cambiemos, aumentando las presiones en este frente.

“Para evitar esto, es importante acotar la liquidez de ahorros privados en pesos con capacidad de dolarizarse y, a la vez, llegar con las reservas en el mayor nivel posible. Para cumplir ambos objetivos, es fundamental estirar los plazos de pago tanto de las Letras en pesos (presiones sobre el tipo de cambio) como aquellas nominadas en moneda extranjera (potencial pérdida de Reservas)”, señala Ecolatina, aunque al mismo tiempo reitera que la concentración de  vencimientos de Letras en el tercer y cuarto trimestre es riesgosa, máxime considerando que en ese momento se agudizarán las tensiones.