• Sergio Ziliotto ratificó el invicto del peronismo pampeano en elecciones para gobernador desde 1983 con cómoda diferencia sobre el radical Daniel Kroneberger. Ziliotto expresa al sector del gobernador Carlos Verna, uno de los “hombres fuertes” de la provincia, como antes fueron Rubén Marín u Oscar Jorge. Verna se había excluido de la competencia por razones de salud.
  • Santa Rosa sabe ser fiel al peronismo pero en 2015 venció el radical Leandro Altolaguirre con la divisa de Cambiemos. Ayer, la intendencia fue recobrada por el peronismo, representado por el joven kirchnerista Luciano Di Nápoli. Para ser el primer dirigente de la Cámpora que gobierna una capital de provincia Di Napoli atravesó antes una interna entre justicialistas. No se concretó el temor ulterior a una primaria (en espejo la ilusión de los rivales): eventual fuga de votos de quienes perdieron la interna. El alcalde electo superó la mitad de los sufragios.

En 2015, el sector tradicional y ciertas fracciones del kirchnerismo concurrieron enfrentados a las urnas. Ayer lograron un triunfo en toda la línea, todos unidos.

  • Los radicales se habían dado el gusto de superar con amplitud al macrista Carlos Mac Allister en la interna. En campaña,

habrán agradecido la ausencia de dirigentes nacionales de Cambiemos. Llevaron el nombre de esa coalición en las boletas pero usaron el slogan “Venceremos”. Prescindieron, asimismo, del color amarillo para disimular o diferenciarse. No les bastó, por lo visto. Ayer se le fue de las manos a los correligionarios la intendencia de una capital de provincia, la segunda en dos semanas. La primera, de mucho mayor población y peso económico. fue Córdoba.

  • General Pico, bastión peronista, sostuvo su identidad. Tendrá una intendenta del sector de Verna: Fernanda Alonso, sub-45 como Di Nápoli. El peronismo también prevaleció en Intendente Alvear, fortín tradicional de la oposición en una provincia clásicamente bipartidista
  • La oleada se traducirá también en el Legislativo pampeano.
  • La votación transcurrió con normalidad, una jornada cívica sin tropiezos. La participación efectiva superó el 70 por ciento del padrón, un índice valorable.
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Si vencen oficialismos territoriales de distintos colores, en comarcas bien diferentes las claves son locales pero los resultados rebotan e impactan en el escenario nacional. Más allá de las peculiaridades se reitera la tendencia: van cuatro gobernadores que revalidan, con score holgado. Van cuatro territorios con deprimente desempeño de los paladines de Cambiemos. Los resultados tienen más parentesco con los comicios de 2015 que los de 2017. Hace dos años, pareció que el oficialismo nacional coparía muchos distritos, como un Pacman jugando al TEG. Los radicales se restregaban las manos. Pasaron cosas, las provincias conservan sus ejecutivos y la espuma de Cambiemos bajó, mucho.                                                                                                                                                 **

En conferencia de prensa tras el comicio, Verna vinculó el resultado con el escenario nacional. Aludió al enfrentamiento entre dos modelos: el peronista y el neoliberal del Gobierno nacional. Lo “bajó a tierra” con datos duros: en tiempos del kirchnerismo se construían en La Pampa mil viviendas por año, cifra que bajó a cero durante el mandato del presidente Mauricio Macri.

 Ensalzó cómo se conformaron las listas en su distrito. Un Frente provincial (FREJUPA) liderado por el peronismo y sumando al Frente Renovador, Nuevo Encuentro y el Partido Comunista entre otros. “La sabiduría” de todos los sectores al confluir en lista única para la gobernación. Y la amplitud para disputar internas entre seis listas en Santa Rosa.   Propuso que los peronistas tomaran en cuenta el ejemplo para ir unidos, en un Frente único contra Macri, acompañando a Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner o confrontando con ellos en las PASO.

La Pampa expresa a menos del uno por ciento del padrón nacional, cuantitativamente poco. Pero el pronunciamiento de un gobernador que jamás fue kirchnerista tal vez represente algo más vasto dentro de la dirigencia justicialista.

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El mes que viene se definirán las listas y las candidaturas para las Primarias Abiertas nacionales (PASO). Uno de los enigmas y las claves de la coyuntura es saber cómo (y cuánto) se definirán los gobernadores peronistas. El lanzamiento de Alberto Fernández procura con su mensaje “centrista” persuadir a jefes territoriales del justicialismo para acompañar a su fórmula o. así más no fuera, participar en las PASO, tal como señaló Verna.

La primera impresión, mezclada con olfato del cronista, es que la jugada de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene buenas perspectivas para ablandar recelos y tornar más posibles las tratativas. Pero en política las buenas ondas y las charlas distan de ser todo. Si se tienden las mesas de negociación, se pulseará por las diputaciones y senadurías nacionales. Los jefes locales pedirán una prueba de amor, los dirigentes nacionales porfiarán por colocar a sus aliados en cada provincia.

La sensación térmica, el olfato de los caciques provinciales, las encuestas servirán de insumo. La verdad 23 --“es mejor sumarse a los que ganan o tienen muchos votos” -- se cruzará con el cálculo de posibilidades. Dicho brutalmente: quedarse con la mitad de las bancas de una fuerza que obtiene 2 es menos que tener un tercio de una que saca 9. El tamaño importa y small no es ever beautiful.

Habrá muchos focos puestos sobre los “gobernas”. Desde luego, estos se ocuparán de la contradicción principal: conservar el terruño.    En junio lo defenderán los gobernadores de San Juan, Entre Ríos, Chubut, San Luis y Formosa. El senador santafesino Omar Perotti procurará desplazar a los socialistas del Ejecutivo provincial. Esas contiendas se desplegarán antes del 22 de junio, cierre para inscribir candidatos en las PASO.

Todas esas votaciones se insinúan con resultados desoladores para las huestes del presidente Mauricio Macri y sus aliados radicales. Habrá que esperar, de todas maneras: los partidos solo terminan con la pitada final.

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