Despacharán algunos que ser dueño de uno de los mementos más morbosos de la historia del arte no tiene precio; pues, equivocados están. Sale entre 40 y 60 mil euros, a decir de la casa de antigüedades Drouot en París, que el venidero 16 de junio dejará que coleccionistas del globo pujen por truculento adminículo: la presunta pistola con la que Vincent Van Gogh se habría pegado un tiro en el pecho en 1890, muriendo del impacto 30 agónicas horas después. Se trata de una muy corroída Lefaucheux de 7 milímetros encontrada en 1965 en un campo del pueblo Auvers-sur-Oise. Según especialistas varios, “hay suficientes pruebas que demuestran que efectivamente fue el arma suicida del atormentado pintor: se encontró en el sitio dónde se disparó; su calibre coincide con la bala recuperada del cuerpo, conforme fue descrita por su médico; estudios han corroborado que el revólver estuvo en el suelo desde 1890; y el ser un arma de baja potencia explicaría por qué Vincent no falleció instantáneamente al recibir el balazo”. En su web, Drouot se hace eco de otra hipótesis, postulada por los autores Steven Naifeh y Gregory White Smith en la controvertida biografía Van Gogh: The Life, de 2011. Creen estos estudiosos estadounidenses que la herida no fue autoinflingida; que el pobre impresionista paseaba por el prado cuando lo alcanzó un disparo perdido, gatillado por error por dos adolescentes que jugaban con una pistola. Aún de ser correcta esta teoría, aclara raudamente la casa de antigüedades, el arma podría ser igualmente la que mató a Van Gogh. Independientemente, el siniestro objeto ya fue exhibido en una expo del museo Van Gogh en Ámsterdam en 2016, junto a un simposio que suscribía a la presunción más extendida: que el artista “se suicidó ante la virulencia de sus brotes psicóticos, que debieron sumirle en la depresión por la pérdida de control sobre la pintura”. El arma que posiblemente haya usado, entonces, pronto será peculiar joya de colección de entusiastas que no pueden pagar los 100 millones de dólares que cuesta un cuadro original o que, aun pudiendo, optan por reliquias menos... convencionales.