En el barrio de Chacarita, al lado del cementerio, se levanta el Nuevo Parque Elcano sobre la avenida del mismo nombre, entre Stephenson y Caldas. Camila Rodríguez, comunera del barrio por el Frente para la Victoria, definió a ese espacio público como “una plaza del espanto y el terror”. Las tumbas se ven desde ese lugar que ahora luce enrejado y cuya construcción demandó la demolición de un paredón que se había levantado en 1871. Los conservacionistas criticaron la medida, que en su primera etapa se llevó adelante sin un plan de obras ni un cartel que la señalizara. Recién cuando se puso en marcha la “Segunda etapa del Plan Maestro Chacarita” se supo bien de qué se trataba.

El jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, la describió en agosto pasado como “una obra alrededor del cementerio para ganar espacios verdes, en una zona a la que le faltan”. Es posible que sea una carencia en esas cuadras, pese a que el Parque Los Andes está muy próximo. Pero la comunera Rodríguez señala que “el borde de la plaza queda al lado de unos nichos que están en uso. La gente que está en la plaza va a estar mirando los nichos”. La obra se emplazó sobre tierras ganadas al cementerio. Se derrumbó el viejo muro, se corrió la línea municipal hacia su interior, se colocaron rejas y comenzó la construcción de las tres hectáreas del polémico espacio público que hacia el este tiene a las vías del ferrocarril Urquiza.

El proyecto del Nuevo Parque Elcano contiene varias ofertas de esparcimiento para sus usuarios. Una senda aeróbica, un patio de juegos, una bicisenda, un sector con bancos para descansar, otro con canchas de fútbol tenis y hasta un área de postas aeróbicas. Como se observa, parece bastante ambicioso. Pero sus constructores no repararon en un detalle, además de que linda con el camposanto declarado monumento histórico nacional. 

El lugar destinado para hacer gimnasia con aparatos está pegado a una cámara frigorífica donde según la comunera “se reparan los ataúdes que a veces se rompen y desprenden líquido cadavérico, que es lo más contaminante que existe. Esta cámara recibe los líquidos cadavéricos de los ataúdes. Huele muy mal, genera contaminación olfativa”, le dijo a Nueva Ciudad.

Rodríguez visitó las obras junto a un grupo de vecinos y dirigentes barriales que se oponen a ellas. En determinado momento, se dio una situación macabra. Uno de los hombres que la acompañaba levantó de la tierra restos óseos que estaban detectables a simple vista. Este despropósito urbanístico se completa con que ahora hay más cemento y senderos con listones de ladrillo donde antes prevalecía la superficie verde. Ahí jugarán niños y adolescentes con vista a los nichos que solo están separados del nuevo parque por rejas negras y flores de plástico que decoran el entorno.

El Plan Maestro Chacarita también incluye remodelaciones y cambios de fondo hacia el interior del cementerio. En el presupuesto de Ambiente y Espacio Público se contempla el traslado del osario general. Ahí se encontraron los restos del joven Luciano Arruga. Había estado desaparecido cinco años y ocho meses entre 2009 y 2014. Además se menciona la construcción de un nuevo osario.

En el espacio público que proyectó el gobierno junto al cementerio, algunos vecinos ya hicieron saber lo que piensan. “Larreta, no respetás ni la paz de los muertos”, escribieron sobre un cartel amarillo de esos con que el PRO satura la ciudad de Buenos Aires.