La difusión del "Plan Y" (que María Eugenia Vidal lleve como candidatos a presidentes a peronistas no K, además de a Mauricio Macri) generó un pase de facturas entre distintos sectores del macrismo por su difusión adelantada. Algunos aseguraron que filtrar la negociación fue una movida del jefe de Gabinete, Marcos Peña, para frustrar esas conversaciones (algo que, efectivamente, está ocurriendo). Desde el Gobierno nacional sostuvieron que eso es falso. En el entorno de Vidal, en tanto, dijeron que las negociaciones hasta ahora no existen, por lo que la pelea es en torno a una idea no concretada. La decisión de intentar sumar otras boletas presidenciales choca con un decreto firmado por Macri para evitar que el peronismo pudiera hacer eso mismo: armar colectoras presidenciales de un único candidato a gobernador. La marcha atrás con esa normativa dejaría en evidencia la preocupación en el oficialismo por las proyecciones electorales hacia octubre.

La noticia impactó en las tapas de los diarios alineados con el gobierno: Macri habría habilitado a Vidal para negociar con los sectores del peronismo no kirchnerista para que pueda colgar su boleta de gobernadora de otras candidaturas presidenciales. El motivo, deslizaron desde el oficialismo, era la preocupación que hay por las encuestas que muestran a Vidal con dificultades para octubre, sobre todo con el lastre que le representa el presidente Macri en el conurbano, donde su imagen es pésima.

La decisión de intentar colgar a Vidal de otros candidatos a presidente viene luego de un largo camino recorrido en el que la cúpula del PRO volteó la propuesta de desdoblar las elecciones bonaerenses por los mismos problemas que ahora los llevan a pensar en varias boletas presidenciales con Vidal como única candidata. Y después de que sepultaran unas cien veces el Plan V (que implicaba que Macri se baje y Vidal lo reemplace como candidata a presidenta), un plan que cada tanto sale de su tumba.

La voltereta oficial tiene como condimento que Macri emitió un decreto este año (el 259/19) en el cual prohibió justamente las colectoras. Lo hizo ante el temor del oficialismo de que todas las vertientes del peronismo eligieran un único candidato a gobernador, con distintas listas presidenciales. Unos meses más tarde, es Vidal la que necesita la posibilidad de ir a colectoras, lo que fue bautizado como el Plan Y. 

Esto lleva a una serie de consideraciones legales: Macri puede derogar el decreto con otro decreto, o bien puede intentar aclarar que ese decreto no regirá ese año. Sus asesores legales estaban evaluando esas posibilidades así como otra: que prospere alguno de los planteos que hizo el PJ cuestionando ese decreto ante el Poder Judicial. En cualquier caso, Vidal terminaría haciendo algo que, meses atrás, Macri prohibió. Puro realpolitik.

El jefe de Gabinete nacional hizo un esfuerzo por justificar ese cambio de postura de 360 grados en un programa de televisión: "Si al final del día hay más candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra candidata a gobernadora y con eso se consolida la decisión de no volver al kirchnerismo en la Provincia no me parece un atajo ni una discusión que altere la previsibilidad", aseguró Peña. "Si hay otros candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra gobernadora no nos parece una alquimia", insistió. 

"Pienso que la diferencia de la Provincia con el resto es que por su propio sistema no tiene un sistema de comunicación aislado de lo nacional, por lo tanto la Provincia es nacional por definición. Era inevitable que se nacionalice", aseguró.

Facturas bonaerenses

Como ocurrió con la difusión pública de los 10 puntos con los que Macri pretendía retomar la agenda y convocar a los presidenciables, la difusión pública del Plan Y generó el efecto contrario al buscado: la mayoría de los precandidatos a presidente del peronismo no K salieron a decir que no. En la administración bonaerense, no faltó quien considerara que esa frustración de las negociaciones era el verdadero objetivo de Peña: "Lo veníamos negociando por lo bajo con el massismo, que se había mostrado interesado. Marcos lo tiró en público para quemarlo", mascullaba bronca uno de los operadores bonaerenses. Por supuesto, en la Rosada negaron que esto fuera así y apuntaron al Gobierno de Vidal por la filtración. 

Un funcionario muy cercano a Vidal, no obstante, dijo a este diario que las conversaciones por el Plan Y, en verdad, no existieron hasta ahora. "Es mucho ruido y pocas nueces. Hasta ahora, no hubo negociaciones", indicó el funcionario.

En tanto, en el Gobierno nacional hacían cuentas y consideraban que si la movida llegara a concretarse --lo que, de momento, está lejos de ser algo seguro-- beneficiaría a Vidal, aunque no tanto a Macri. "Hay que revisar los números. A Vidal la beneficia seguro. Le conviene. No tengo tan claro si le conviene a Mauricio", sostuvo ante PáginaI12 un funcionario nacional que conoce la provincia de cerca. Por lo pronto, la idea comenzó como lo habían hecho los olvidados 10 puntos: con el anuncio mediático antes de que estuviera concluida la negociación concreta.