La Universidad de Buenos Aires es reconocida mundialmente por su excelencia académica pero mucho menos por las condiciones laborales en las que ésta se produce. Dicho rápidamente la UBA se sostiene por el aporte de un gran número de docentes que no cobran por su trabajo. Estos trabajadores sin salario son identificados con una palabra latina, “ad honorem” –que significa “por el honor”–, y que es eficaz para eufemizar lo que dicho abiertamente resultaría intolerable: eso que llaman “honor” es trabajo no pago.

Aunque se estima que la cantidad de ad honorem supera el cincuenta por ciento de la totalidad del plantel docente en algunas facultades, hasta la fecha no se cuenta con una cifra oficial de docentes ad honorem ofrecida por la Universidad. En efecto, ésta afirma no disponer de un registro actualizado de los y las docentes que conforman su plantel en calidad de ad honorem. Tampoco cuenta con reglas claras de cómo debería realizarse el acceso a la docencia en esa casa de estudios. Los usos y costumbres de la UBA, en particular en la Facultad de Ciencias Sociales, llevan a que el trabajo al interior de un equipo de cátedra se inicie, en la mayoría de los casos, a través de la figura de un cargo docente ad honorem. Se argumenta que, a través de esta experiencia se forma al docente hasta tanto se regularice su situación, a través del otorgamiento de una renta y del concurso de su cargo. Sin embargo, en los hechos, la docencia ad honorem se prolonga de manera indeterminada. Llegando a durar entre siete y diez años y en ocasiones más. No en vano, en el año 2014, la Universidad de Buenos Aires se negó a homologar el Convenio Colectivo de Trabajo, por cuanto éste presume al trabajo como oneroso. Es decir que se debe pagar por él. 

En este encuadre, los y las docentes ad honorem de la Facultad de Ciencias Sociales han organizado una “Comisión de docentes ad honorem” impulsada desde la Asociación Gremial Docente. Esta comisión replica iniciativas que no sólo han tenido lugar en el pasado –y que culminaron con el desarrollo del programa Preda, una partida presupuestaria extraordinaria que el Rectorado de la UBA destinó para el otorgamiento de rentas– sino que también se dan actualmente en otras facultades como la de Derecho, Filosofía y Letras, Psicología, Medicina y Arquitectura y Diseño urbanístico (FADU). 

La Comisión de docentes ad honorem de la Facultad de Cs. Sociales tiene entre sus objetivos desnaturalizar el trabajo gratuito y conocer de manera rigurosa la cifra actual de docentes ad honorem y las condiciones en las que desempeñan su trabajo. Tras la iniciativa de los y las estudiantes, que apoyan el reclamo, y de la Comisión, se presentó un pedido de informes del número exacto de docentes en esta situación, que el Consejo Directivo –órgano superior de gobierno de esa casa de estudios–, se comprometió a elaborar. En el marco de la crisis económica que atraviesa la Argentina y del recorte presupuestario que viene sufriendo la educación y la investigación, resulta imperioso poner en agenda la situación de los y las docentes que cada día trabajan para asegurar la enseñanza pública de calidad. Esa de la que todos estamos orgullosos pero que se sostiene con trabajo no pago. 

* Docentes ad honorem de las carreras Cs. de la Comunicación, Sociología y Trabajo Social. Integrantes de la Comisión de docentes ad honorem Facultad de Cs. Sociales, UBA.