El periodista Daniel Santoro fue llamado a indagatoria en la causa que investiga una megared de espionaje ilegal. De este modo, deberá comparecer en Dolores el martes 25 de junio a las 11 de la mañana. El juez Alejo Ramos Padilla consideró que “se ha corroborado ‘prima facie’ no sólo el vínculo de conocimiento y confianza que mantenía con Marcelo D’Alessio, sino su participación y su aporte en las actividades ilegales que llevaba adelante la organización delictiva investigada”.
Para el magistrado, el rol del periodista era clave en el engranaje para concretar las extorsiones y amenazas. Según afirma, “D’Alessio utilizaba su relación con Daniel Santoro para amedrentar y extorsionar a sus víctimas y las intimidaba con publicaciones periodísticas”, como por ejemplo en los casos de Gabriel Traficante y Mario Cifuentes.
El juez de Dolores considera que, a diferencia de otros periodistas que sólo se nutrían de la información que les proveía el falso abogado, Santoro “habría tenido conocimiento de las actividades de espionaje ilegal que desarrollaba, sus métodos, y contribuía al desarrollo de los planes ilícitos que llevaba a cabo la organización”.
En una entrevista con Perfil, el periodista de Clarín y de Animales sueltos había asegurado que por parte de D’Alessio sólo recibía información. Es decir, que solo era una fuente periodística. Según había señalado en esa oportunidad, sólo cometió “errores”, porque –según él– le dio demasiada confianza al falso abogado hoy detenido y procesado en la causa.
En concreto, a Santoro se le imputa haber colaborado en la extorsión al ex directivo de Pdvsa Gonzalo Brusa Dovat. Según el llamado a indagatoria materializado ayer, “no sólo habría tenido conocimiento de los métodos intimidatorios y coactivos que fueron ejercidos sobre el ex director de Pdvsa Argentina para que brindara una entrevista en el restaurant Sarkis, sino que su actividad habría estado encaminada a la continuidad del plan pergeñado para que, en contra de su voluntad, Brusa Dovat finalmente formulara una denuncia penal con un contenido direccionado en la Fiscalía Federal del Dr. Carlos Stornelli”. Incluso, según denunció Brusa Dovat, también la entrevista con Santoro fue “contra su voluntad”.
En un descargo que hizo público tras conocerse el llamado a indagatoria, el periodista acusó a Ramos Padilla de querer acallarlo: “Lamento que la jurisdicción de Dolores se haya hecho eco de una maniobra que busca callar mis investigaciones sobre corrupción”. Negó haber participado de la extorsión a Brusa Dovat ya que, según él, la entrevista le fue ofrecida por D’Alessio y Dovat había dado su consentimiento. Lo que declaró en Dolores el ex directivo de Pdvsa es que se sintió amenazado y no pudo negarse a dar el testimonio que le pedían. También Santoro negó su participación en la coacción al empresario Mario Cifuentes: “Jamás mandé un mensaje mafioso ni participé de una coerción contra el empresario y dueño de la empresa OPS Mario Cifuentes. Mis notas sobre Cifuentes están basadas en una investigación que realizó, primero, el diario Río Negro, luego el diario La Nación, y yo continúe en el diario Clarín. Ello así, pues es un caso de interés público, en la medida que se trata de un contratista del Estado con una deuda millonaria con la AFIP”, se defendió. Cuando declaró como testigo, Cifuentes contó que vivió una verdadera pesadilla en manos de la banda de D’Alessio, que incluyó advertencias a través de menciones de su empresa por parte de Santoro en el programa Animales sueltos y una nota en Clarín. “El 04/04 me llamó (D’Alessio) y me dijo ‘mirá esta noche Animales Sueltos’. Esa noche lo miré y en un momento Daniel Santoro, cuando hablaba del caso de corrupción de una empresa constructora de Brasil (OAS), en vez de decir la empresa de Brasil dijo el nombre de mi empresa, OPS”. Era evidente que eso era un mensaje para mí”, concluyó. Como no cedía, D’Alessio lo volvió a llamar otro día y le advirtió: “Último aviso, mirá el programa de esta noche, si no reaccionas mañana, esto es una guerra, te sacan en Clarín y ahí empieza”. “Después de esto el diario Clarín publicó un artículo sobre mi persona donde me trató como ‘el nuevo Lázaro’ o algo así, eso lo firmó Santoro”, declaró el empresario en Dolores.
También se lo acusa a Santoro de haberle entregado información a D’Alessio sobre sus colegas del programa Animales sueltos, “que luego era reportada a otros miembros de la asociación ilícita”. De hecho, en la causa ya declararon como testigos Alejandro Fantino y Romina Manguel, quienes habrían sido espiados por la organización, con participación de su propio compañero de trabajo.
En aquella entrevista con Jorge Fontevecchia en Perfil, Santoro buscó mostrarse como una víctima del engaño de D’Alessio y dijo que antes de un allanamiento que había sido ordenado por Ramos Padilla decidió borrar de su teléfono todos los chats que había tenido “con jueces, con fiscales, con abogados”, para no perjudicarlos. Además, dijo que el kirchnerismo quiere vengarse de él y buscó justificar su vínculo íntimo con D’Alessio: “Lo conocí en noviembre de 2016 y en enero sufrí una embolia pulmonar. Me llamaba y me decía “Daniel, Daniel, te tengo que ver”. Yo no podía salir, estaba en reposo. Ahí fue cuando le dije “bueno, vení a mi casa”. Lo recibí a tomar un café y empezó a meterse. Es una persona muy educada, muy agradable. Así logró ganar mi confianza. Esa fue mi imprudencia, haber dejado que se metiera en mi entorno de amistad y familiar”.
Para Ramos Padilla, Santoro mantuvo un “vínculo estrecho y de mutua colaboración con las actividades de espionaje ilegal” que llevaba a cabo la organización.