Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

 
PARA SOBREVIVIR, LAS PYMES ARMARÁN UN SHOPPING INDUSTRIAL

 

El viejo galpón de Fabril Financiera será la primera experiencia.


Entre 100 y 200 pymes se reunirán en la fabrica reciclada.


Na09fo01.JPG (12310 bytes)

Por Claudio Zlotnik

t.gif (67 bytes) Ya existen tres proyectos en marcha. Y en lo que resta del año, decenas de galpones que en las últimas dos décadas fueron quedando abandonados en la zona sur de la Capital, en el cordón imaginario que une Villa Luro con Barracas, volverán a la vida cobijando a pequeñas y medianas empresas. La iniciativa --concebida por la Dirección General de la Industria del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como Pymes bajo el mismo techo-- ya está a punto de dar a luz el primer shopping industrial.

"La idea es darles espacio a las pymes que, ubicadas en zonas residenciales, no están habilitadas para expandirse. Y, además, contribuir a bajar los costos de las empresas para hacerlas más competitivas", explicó a Página/12 Federico Poli, director de la Dirección General de Industria del Gobierno de De la Rúa, y uno de los mentores del proyecto.

El plan consiste en que cada galpón brinde cabida a grupos de pequeñas y medianas empresas, así como en los shoppings conviven cientos de locales. La compañía que opte por mudarse logrará una disminución de sus costos fijos en el orden del 20 al 30 por ciento, según los cálculos de la Dirección. Así, pagará menos de alquiler, ya que pasaría a una zona industrial, y menos de luz y gas porque el conjunto de empresas podrá abastecerse en el mercado mayorista. Como en los consorcios, también compartirá los gastos en vigilancia privada.

En este proceso, el Gobierno de la Ciudad actúa de intermediario entre las empresas y las inmobiliarias o los dueños propietarios de los galpones. Y les asegura a los emprendedores condiciones de infraestructura urbanística alrededor del proyecto. Una vez formalizado el contacto, son los privados quienes deben acordar las condiciones de la ocupación. El Gobierno busca un inversor que financie el reciclaje del galpón a cambio de, luego, alquilar las instalaciones. Este es el caso de Bernardo Fernández de Dios, el mismo que hace unos años construyó el Shopping Sur, en Avellaneda.

En dos meses, la manzana bordeada por las calles Vieytes, California, Iriarte y Herrera --en Barracas-- cambió de cara. Desde que Fabril Financiera quebró, en 1992, el edificio de casi 20 mil metros cuadrados se convirtió en testigo mudo de las sucesivas crisis económicas. Ahora, la mole de cinco plantas luce los colores que le imaginó el pintor Pérez Celis. Azul, violeta, naranja, amarillo, bordó. "Sueño con que dentro de unos meses, mil personas trabajen en las empresas que aquí se instalen. En Francfort, Miami o Tel Aviv, estos emprendimientos funcionan muy bien", se entusiasma Fernández de Dios. Ni bien compró el predio, en un remate, "a un precio bastante alto", el empresario viajó a Miami para convencer a Pérez Celis de que, por primera vez, lleve su arte a los paredones de una fábrica cerrada.

Por ahora, doscientos cincuenta obreros ponen a punto el predio-- construido en 1889-- para habilitarlo a fin de este mes. Entre 100 y 120 pymes se concentrarán en el galpón. Fernández quiere compañías de servicios, textiles y hasta alguna alimentaria operando en el lugar. También habrá un banco, un restaurant de comidas rápidas, estacionamiento para casi 300 autos y un salón de actos.

"Esto va a levantar al barrio. Y a todas las zonas que se involucren, que ahora están tan caídas", comentó Poli. No existe un censo de galpones abandonados en la Capital, pero el funcionario asegura que se hará eje en los que existen en Villa Soldati, Pompeya, Villa Lugano, Flores Sur y Barracas. Por lo pronto, dos galpones, uno vecino al Autódromo municipal, donde funcionaba la planta de Osram, y otro, de 17 mil metros cuadrados en Villa Lugano, se sumarán a este proyecto.



PRINCIPAL