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TROVATO SE NEGO A DECLARAR Y QUEDO DETENIDO

"NO RESPONDO, POR PRUDENCIA"

Su abogado había prometido que hablaría "hasta por los codos". Pero, sorprendido por las pruebas que había acumulado la jueza en su contra, optó por interrumpir su declaración. Hay más datos de su temporada en Barra de Tijuca y el relato de un taxista al que dejaba jugosas propinas.

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Francisco Trovato, el ex juez que fue arrestado en Brasil tras cuatro meses de estar prófugo.

Ayer debió ir a Tribunales, mientras la Policía realizaba averiguaciones en su domicilio.

t.gif (67 bytes)  "Mi defendido va a hablar hasta por los codos y va a aclarar punto por punto los cargos que se le formulan", anunció ayer temprano el abogado del ex juez Francisco Trovato, sin saber que a su cliente le esperaba una sorpresa: cuando llegó la hora de su indagatoria se encontró con que la jueza que lo acusa de enriquecimiento ilícito y cohecho había reunido, durante los meses que estuvo prófugo, importantes pruebas en su contra.

Aunque la "prudencia" no solía ser una de sus virtudes --al menos cuando aceptaba posar para la revista Caras o cuando le hacía arrumacos en público a la vedette Silvia Süller--, esa fue la razón que invocó ante la novedad para hacer uso de su derecho a no declarar. Trovato quedó finalmente detenido en dependencias de la Gendarmería Nacional, hasta tanto la Justicia resuelva su situación procesal.

Jogging azul, remera blanca, barba crecida (que pronto iba a desaparecer), anteojos, un tanto demacrado y esposado: así llegó Trovato al Palacio de Tribunales, el mismo ámbito en el que se desempeñó como magistrado hasta que el Senado lo removió de su cargo el 18 de diciembre último. Eran las dos de la tarde y para entonces, en la televisión y las radios, se desarrollaba una historia paralela al trámite judicial en marcha: la de sus desavenencias matrimoniales y su romance con la abogada con la que huyó a Brasil, desde donde fue deportado el sábado último con la intervención de la Policía de aquel país. Fueron precisamente estas cuestiones del corazón las que le tendieron una trampa: los reiterados llamados telefónicos a su esposa, para recomponer la relación, delataron su escondite en Barra de Tijuca, Río de Janeiro, donde pasó casi cuatro meses como turista de lujo.

Traje (azul como el jogging), camisa y corbata fue, en cambio, el atuendo con el que el ex juez se presentó ante su ex colega, la jueza de instrucción Silvia Ramond, poco después de las cinco de la tarde. Su espera en la alcaidía de Tribunales le alcanzó también para pedir, y conseguir, los elementos necesarios para afeitar su barba. Iniciada la indagatoria, Trovato se explayó al principio sobre el juicio político en su contra. Pero cuando la jueza Ramond comenzó después a exhibirle la prueba recolectada en la causa durante los últimos meses --entre la que figuran nuevos testimonios y pericias contables--, el ex juez anunció que cambiaba de opinión, y que "por prudencia" rehusaría contestar las siguientes preguntas.

Así, todos las promesas del abogado del ex juez, Carlos Wiater, quedaron reducidas sólo a eso: promesas. "Mi cliente tiene mucho para decir. El doctor Trovato contestará puntualmente una por una todas las imputaciones en su contra y esclarecerá su inocencia sin lugar a dudas", había asegurado Wiater.

Las pruebas en cuestión no hacen más que reforzar los cargos en su contra, que se remontan a su desempeño como instructor de la causa por la muerte de una niña de cinco años que, en 1994, cayó por el hueco de un ascensor en un edificio de La Boca, levantado por la empresa Almagro Construcciones. Poco después de cerrar la causa en contra de esa firma, Trovato recibió como regalo de la empresa un placard valuado en 20 mil dólares. A ese hecho se sumaron, después, las pruebas reunidas sobre el incremento desmedido de su patrimonio --entre otros bienes, un lujoso piso en Quintana 59, del barrio de Recoleta, y otro departamento en Montevideo 1163, Barrio Norte, en el que todavía vive su esposa--, que fundamentan la acusación por enriquecimiento ilícito.

Precisamente ayer, horas antes de que se iniciara la indagatoria, funcionarios judiciales y de la Policía Federal se presentaron en ese departamento de la calle Montevideo para un trámite formal, el de comprobar el domicilio fehaciente del acusado. La esposa del ex juez se negó a atender los llamados a través del portero eléctrico, pero el encargado del edificio sí colaboró.

La negativa de la esposa tiene que ver con la otra historia paralela a la judicial, la de la vida afectiva del ex juez. También de ese tema se ocupó el abogado Wiater al hablar por radio y televisión desde temprano.

En Río de Janeiro, Trovato fue encontrado junto a la abogada Roxana Donadío. Y Wiater explicó ayer que "esa chica es amiga del hermano de Trovato. Lo que pasó es que un canal de televisión y una revista de Buenos Aires estaban muy interesados en hacerle una nota a mi cliente y nos remitieron un cuestionario. Entonces nosotros se lo hicimos llegar al hermano y esa chica viajó para llevárselo". Casi a la misma hora en que Wiater se deshacía en estas explicaciones, un canal de TV entrevistaba a un taxista de Río que contaba cómo había llevado varias veces al ex juez y su acompañante "que me dejaban muy buenas propinas". Y revelaba que Trovato le había contestado que sí cuando en uno de esos viajes le preguntó si la joven era su "enamorada".



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