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"QUIEREN CONDUCTORES QUE DEN LA INFORMACIÓN LIMPIA DE OPINIÓN"

EN SÓLO SEIS MESES, HORACIO EMBÓN FUE DESPEDIDO DE DOS CANALES, SIN MAYORES EXPLICACIONES. "ESTOY QUEBRADO", ADMITE.

 

 

Una mañana, Embón se encontró con que le prohibían la entrada al 9.


En el programa de Mirtha había expresado dudas sobre su contrato.

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Por Verónica Abdala

t.gif (67 bytes)  El periodista Horacio Embón define éste como su peor momento profesional en 25 años de carrera: en menos de seis meses, fue despedido de dos canales de aire, América y el 9, en los que estaba a cargo de los noticieros. A pesar de que en ninguno de los dos casos las causas quedaron claras, cuando fue desplazado de América --a finales del año pasado-- declaró que creía que los motivos de su despido obedecían a que "la intención de decir la verdad era contrapuesta a los intereses políticos y comerciales de la empresa". Esta vez, en cambio, prefiere ampararse en la cautela. "Es que estoy quebrado", explica el conductor, que a principios de este mes fue separado del staff del informativo "24 Horas", de canal 9. Invitado al programa "Almorzando con Mirtha Legrand" a fines de abril, Embón había admitido que esperaba que no le renovaran el contrato mensual, porque imaginaba que los nuevos dueños del canal podían no estar a gusto con su estilo. Lo que no imaginó fueron los términos en los que se concretó la rescisión del documento: al día siguiente de su aparición televisiva en "Almorzando...", le fue negado el ingreso a los estudios de la calle Dorrego, y, a los pocos días, recibió el telegrama de despido. Pese a que nadie le supo explicar los motivos, él sugiere que "a veces a los empresarios no les conviene tener periodistas tan pasionales a cargo de dar la información", y que esa es la causa por las que "los programas periodísticos se parezcan tanto entre sí".

"Siento que me faltaron el respeto y que me han lastimado, al punto de que me han llevado a replantearme toda mi carrera como periodista, aunque tenga claro que hay cosas que nunca voy a cambiar, como mi independencia de los empresarios que creen que todo puede comprarse y venderse", relata en la entrevista con Página/12.

Actualmente, Embón conduce un programa diario en Radio El Mundo, busca trabajo en televisión abierta o en cable, y hasta considera la posibilidad de emplearse en algún medio gráfico. En tanto, los nuevos conductores de "24 horas, primera edición" (lunes a viernes a las 12 por canal 9) son Claudio Rígoli --también a cargo de la edición nocturna del informativo junto a Lana Montalbán-- y Gabriela Guimarey.

 

--¿A qué atribuye el hecho de que no le hayan renovado el contrato?

--La verdad es que estoy desconcertado. Supongo que prefieren contratar a conductores más jóvenes que den la información limpia de opinión, y que sean bastante menos apasionados. Otra posibilidad es que mi estilo no guste, que sea algo antiguo. Lo tendría más claro si alguien se hubiera acercado a decirme qué pasó.

 

--¿Usted qué esperaba?

--Yo no soy Gardel, pero hubiera esperado que alguien me despidiera dándome la mano. Siento que me faltaron el respeto, porque se ampararon en sus derechos legales y ni siquiera tuvieron la hombría de conectarse conmigo. El fin fue frío y jurídico.

 

--¿Y a usted eso cómo le cayo?

--Como el culo, ¿cómo le va a caer eso a un tipo tan pasional como yo? Durante seis meses dejé todo en ese noticiero: no sólo conduje sino que participé muy activamente en la producción y la realización.

 

--Si le hubieran pedido que modificara su estilo, ¿hubiera aceptado?

--Sí, dentro de ciertos términos lógicos. Es decir, si hubiera sido una cuestión estilística, superficial, relacionada con la manera en que se dicen las cosas, no hubiera tenido mayor problema. Lo que yo no cambio son ciertas cuestiones que tienen que ver con lo ideológico: a mí no me pueden hacer decir que simplemente chocaron dos autos en la esquina si yo sé que uno de los dos cruzó el semáforo en rojo, porque lo voy a decir.

 

--¿Diría que los dos despidos tienen alguna característica en común?

--Lo que los diferencia es que, mientras en América estaba muy claro que no me perdonaban que mi estilo afectara los intereses de la empresa, con el 9 no quedó nada claro. En diciembre yo reconocí ante Página/12 que sentía que el precio de la independencia era irme a mi casa. Ahora siento que me es muy difícil reponerme de los dos despidos en tan poco tiempo como para poder pensar con claridad. Lo que íntimamente creo es que estos episodios tienen relación con que cada vez haya menos programas periodísticos en la televisión, y que los pocos que hay sean todos iguales: los empresarios no quieren meterse en problemas, y para eso necesitan aliviar la posibilidad de discusión.

Pasiones: "Cómo le va a caer este despido a un tipo tan pasional como yo? Como el culo. Durante seis meses dejé todo en ese noticiero", dice Embón.



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