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INDIVIDUALIDADES PAREJAS

NINGUNO SE DESTACÓ DEMASIADO


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t.gif (67 bytes)  Burgos (6): dio rebote en un tiro de Parraguez. Después estuvo seguro y cumplió un buen segundo tiempo.Ayala (6): muy firme en el peor momento de la selección. Ganó casi siempre en el juego aéreo con Salas y Zamorano. Se repitió en pelotazos cuando fue la salida desde el fondo.

Paz (5): ganó en la lucha cuerpo a cuerpo, como siempre flojo en la salida. Descontrolado, hizo un penal innecesario en el segundo tiempo a Salas que el referí le perdonó. Cumple, es regular pero su nivel siempre es inferior al de Chamot.

Sensini (6): con categoría para soportar la presión inicial de los chilenos y con mucho oficio para no "comerse" las diagonales de Zamorano o Salas. Mano a mano fue impasable, regular como salida.

Zanetti (6): tuvo un duelo particular con Rojas, el "carrilero" del lado chileno. Al principio perdió siempre porque no encontraba la posición ni el auxilio de Almeyda. Cuando el equipo emparejó la lucha, fue más importante atacando que defendiendo. Casi hace un golazo después de tirar un sombrero a la entrada al área, cuando estaban empatados.

Almeyda (4): le tocó la más fea y, aunque en los problemas de marca en el medio, las responsabilidades son compartidas, nunca encontró a Estay, que hizo mover a todo Chile, sobre todo en la primera media hora. Después, cuando todo el equipo levantó, él también superó su trabajo.

Simeone (4): golpeó, como siempre. Casi inutiliza a un rival. La posición no lo favorece. Sobre izquierda no tiene perfil para llegar al fondo, debe enganchar y centraliza. Pisó una vez el área y le dejó servido el gol a Batistuta, pero controló Tapia.

Verón (6): empezó mal y mejoró. Cuando ganó en confianza, también creció su precisión y entonces no recurrió tanto a los pelotazos.

Ortega (7): creció cuando fue más de punta y cuando tuvo la pelota. Sin ella se pierde y, por físico, no incide en la marca.

López (6): obligó como siempre. A veces las termina mal pero la quiso bien. Definió el partido.

Batistuta (6): tuvo varias, una fue gol. Generoso para ofrecerse y con calidad para soportar la marca encima y del que lo espera. Se impuso por potencia y desmarque.

 


 

ARGENTINA BATIO A CHILE SIN SOBRARLE NADA, ANTE UNA MULTITUD

APENAS EL GOL, Y NADA MÁS PARA DISFRUTAR

En un partido nervioso, lleno de roces e imprecisiones, Argentina no jugó bien pero le ganó a Chile con lo justo y con una palomita de Batistuta al comienzo del segundo tiempo. Zamorano tiró un penal a las nubes en el último minuto.

1 ARGENTINA: Burgos; Ayala, Sensini, Paz; Zanetti, Almeyda, Simeone, Verón; Ortega; López, Batistuta. DT: Daniel Passarella.
0 CHILE: Tapia; Castañeda, Fuentes, F. Rojas, M. Ramírez; Parraguez, Musrri, R. Rojas, Estay; Salas, Zamorano. DT: Nelson Acosta.
Goles: En el segundo tiempo, 2m Batistuta (A).
Cambios: En el segundo tiempo, 16m Cornejo por Musrri y Sierra por Estay (Ch); 29m Gallardo por Simeone y Delgado por López (A); 33m Carreño por R. Rojas (Ch); 41m Pineda por Ortega (A).
Incidencias: En el segundo tiempo, 44m Zamorano (Ch) desvió un penal.
Cancha: Estadio Malvinas Argentinas (Mendoza).
Arbitro: Ubaldo Aquino (Paraguay).

Por Carlos Stroker

t.gif (67 bytes) Fue un partido regular, de cinco puntos, con diferencias de ritmo entre la primera y la segunda etapa, pero siempre con muchas imprecisiones y demasiada fricción. Pese a serlo, el partido no tuvo espíritu de amistoso sino excesivos roces. El benigno juez Ubaldo Aquino sacó seis amarillas --cuatro a Argentina, dos a Chile--, pero podría haber llegado alguna roja. En general, se puede afirmar que Argentina ganó bien, con lo justo, porque tuvo algunos momentos, pocos: los minutos finales del primer tiempo y los iniciales del segundo, cuando hizo el gol, en que tuvo precisión, velocidad y llegada. En ese lapso pudo haber definido el partido, ya que tuvo dos o tres ocasiones más en pocos minutos. No lo hizo, reguló e incluso perdió el control de la pelota mientras el partido se deslucía y Chile intentaba. Pudo haber empatado al final con un penal que inventó el árbitro en compensación de uno anterior de Paz a Salas que no vio. Pero está bien la mínima diferencia. Porque a Chile, incluso cuando tuvo el control de la pelota, durante gran parte del primer tiempo, le costó una enormidad crear juego para los dos de arriba, Salas y Zamorano, que no anduvieron bien, correctamente controlados por los dos stoppers y el líbero argentinos.

El equipo de Passarella no repitió últimas actuaciones. Chile sorprendió en los primeros minutos presionando muy arriba y arrebatándoles la pelota a los imprecisos volantes argentinos. Estay se instaló a las espaldas de Almeyda y, por derecha y por izquierda, dominó la zona con el simple atributo de saber hacer la pausa, juntar a dos o tres y tocar. Pero a Chile le costó --siempre-- progresar ofensivamente. Por ejemplo, nunca pudo ganar por arriba ya que buscó poco por esa vía, prefiriendo el toque por abajo, que prácticamente nunca le sirvió para colocar un hombre en posición de disparo mano a mano con Burgos. Por el contrario, debió intentar de afuera, y el rebote que dio Burgos ante un remate de media distancia en el primer tiempo que no pudieron aprovechar los delanteros en off side fue la más clara que tuvo.

Argentina abusó del pelotazo, las corridas y los esfuerzos individuales para López y Batistuta que alternaron buenas y malas. Y el gol vino de una habilitación larga de Verón, toque preciso de López y gran definición de paloma de Bati. El que desniveló fue Ortega, el mejor jugador de la cancha, pasando él y juntándose con Batistuta y Zanetti para generar lo mejor, ofensivamente, del equipo. Lo más flojo estuvo, sin duda, en el medio campo. Almeyda --sobre todo-- y Simeone tuvieron poco corte y estuvieron imprecisos con la pelota. El mejor, porque se mandó y desequilibró por derecha, fue Zanetti, aunque tuvo problemas para controlar al buen lateral chileno que se mandó durante todo el primer tiempo. El despliegue de Verón, muy movedizo, no estuvo siempre compensado con un buen destino para la pelota. Cabe adosarle el mérito de la precisa habilitación previa al único gol. En síntesis: ante un rival muy motivado, Argentina respondió bien en defensa, defeccionó en el medio y definió una de cinco. Le alcanzó sólo para ganar. No jugó bien.


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