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NADA CAMBIA EN MONTECARLO

El circuito es casi el mismo que hace 70 años, y Mika Hakkinen continúa dominando la Fórmula 1. Tuero duró un minuto en carrera.

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t.gif (67 bytes) Algunas cosas no cambian en Mónaco. Ya no existen más ni el bar Tip Top ni el Rosie's Chatham, dónde Fangio o Graham Hill pagaban las copas después del triunfo. Los entrenamientos no se hacen más a las cinco menos cuarto de la mañana para no entorpecer el tránsito del Principado.

Pero el trazado del circuito, la joya de la corona del Mundial de Fórmula 1, permanece casi sin alteraciones. Desde 1929 hasta esta temporada, han pasado 69 años y muchos Grands Prix, pero el dibujo es más o menos el mismo: la largada en el boulevard Alberto, la curva en la Iglesia de Sainte Devote, la subida hasta el Casino, la baja de Mirabeau, la horquillita de la Estación de Tren (ahora el hotel Loew's), el túnel, el Puerto...

La Fórmula 1 también permanece inalterada desde el inicio de esta temporada. Mika Hakkinen nació en Helsinki pero vive en Mónaco, como su coequiper David Coulthard y otros seis pilotos (Fisichella, Villeneuve, Herbert, Frentzen, Ralf Schumacher y Wurz), más de un tercio de los corredores de la F-1 actual.

Más a propósito de la ventaja mecánica que proporciona el McLaren-Mercedes a sus choferes que a su conocimiento del lugar, Hakkinen ganó su cuarta carrera en seis Grands Prix, y sacó una considerable ventaja en el campeonato. Así lo contó él en la conferencia de prensa posterior a la carrera.

 

--¿Cuál es la verdadera presión de Mónaco?

--El circuito es muy difícil porque las líneas blancas pintadas sobre el pavimento cambian abruptamente el agarre. Cuando estás ganando por 20 o 30 segundos, es muy fácil perder concentración y cometer un error allí. Se trata de manejar un poco más lento con esa ventaja, pero la temperatura de las gomas cae, y volvés a perder agarre. Se transforma en una pesadilla.

 

--Le pegaste al guard-rail en una curva...

--Sí, me puse nervioso. Doblaba a fondo y el tren delantero de pronto se agarró más al asfalto, el auto se abrió y la goma trasera tocó el guard-rail. Creí que algo se había roto.

 

--¿Esta victoria significa una alta cuota de posibilidades de ganar el campeonato?

--Todavía falta mucho. Esa es la realidad. Quedan 10 carreras. Es lindo pensar en el título, tenemos la máquina para ganarlo, de manera que no hay excusa por la cual no soñar. Pero hay que concentrarse y mantenerse en lo que estamos haciendo. Cuando nos acerquemos al final de la temporada, podremos relajarnos.

 

--¿No había órdenes de equipo con David Coulthard?

--No, anduvimos a fondo. Yo podía andar más rápido, pero habría sido muy tonto dar cada vuelta como si fuera de clasificación. Así que tres segundos era una buena ventaja, y eso nos separaba cuando David abandonó.

 

--Con ésta, su quinta victoria, es el finlandés más ganador de la historia de la F-1, superando a Keke Rosberg.

--Keke dice que Mónaco es la mejor carrera para ganar. Y yo creo que es increíble.

 


 

MINUTO TUERO EN LA PISTA

Fue una de las carreras más cortas de la historia: menos de dos mil metros, menos de un minuto. A la altura del Casino, el Minardi de Esteban Tuero se estacionó improvisadamente, cuando ni siquiera había cumplido una vuelta. Había largado último... "No llegué a doblar bien y toqué algo --explicó el piloto argentino-- se rompió una llanta y no pude seguir. Debería haber cambiado algunos detalles del auto, como la altura, pero preferí no tocar nada porque no conocía bien la puesta a punto. Todo el fin de semana estuvo mal, espero mejorar en Canadá". Para Giancarlo Minardi, "Tuero cometió un error en la primera vuelta, Montecarlo no perdona".

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