La secretaria de Cultura, Beatriz Gutiérrez Walker, canceló ayer una presentación
pública prevista para las 11, cuando se iba a firmar el traspaso de un edificio para la
Secretaría. Walker dedicó toda la mañana a desmentir --por radio y televisión-- que
haya utilizado fondos públicos para gastos personales, tal como publicó ayer Página/12.
La secretaria dio una explicación lógica sobre la resolución que firmó aumentando su
sueldo, pero no convenció al responder sobre los otros tres puntos oscuros que destacó
la nota de ayer: las compras en casas de ropa, los gastos de peluquería y pasajes de
avión de su marido.
La diputada Irma Parentella presentó un proyecto de resolución
"para que la Secretaría informe si realizó compras de cosméticos, alhajas, prendas
de alta costura, etcétera, y pasajes para Juan Gutiérrez Walker con el dinero asignado
al presupuesto". Parentella afirmó que "la naturaleza de los gastos que
aparentemente fueron imputados a las cuentas de la Secretaría resulta extraña para las
funciones y objetivos que la misma debería cumplir".
Una radio despertó a Gutiérrez Walker a las 6 y media. La funcionaria
siguió atendiendo el teléfono durante la mañana, habló con los periodistas que la
esperaban en la puerta de su casa, y volvió a salir al aire desde la Secretaría. En las
seis entrevistas radiales que dio, Walker respetó el mismo orden a la hora de hacer su
descargo.
"En primer lugar --repitió-- quiero aclarar que no firmé un
aumento retroactivo de mi propio sueldo. La resolución que firmé es una evaluación que
salió en el '95, cuando era funcionaria de carrera. La firmé recién ahora porque
durante todo el tiempo que pasó se resolvieron los recursos de los funcionarios que
estaban disconformes con su evaluación. Entonces, me tocó firmarla como secretaria.
Además, al asumir este cargo político pedí licencia sin goce de sueldo, por lo que
sólo cobraré los 50 pesos de mi aumento cuando deje de ser secretaria", explicó.
Página/12 publicó el facsímil de un recibo por un pasaje de
Juan Gutiérrez Walker a Madrid, que está en la Secretaría. Su mujer se refirió al tema
como "el segundo punto. Jamás la Secretaría me pagó un pasaje de mi marido."
Gutiérrez Walker afirmó que todos los recibos de sus gastos están en su poder, y
adjudicó el hecho de que hayan llegado a la prensa a que "están en juego algunos
concursos, que se van a hacer con la transparencia del caso".
Consultada por las facturas por ropa y peinados que llevan su firma y
sello, y también están en la Secretaría, Gutiérrez Walker respondió que fueron
pagadas con "gastos de representación", que utiliza para hacer "atenciones
a las personas que visito". "Yo gano 3 mil pesos de sueldo y 2 mil de gastos de
representación. Puedo no rendirlos; igual me los depositan en mi cuenta". La
explicación confundió un poco más las cosas, sobre todo en el caso de una factura de 13
pesos pagados por un par de medias, el 14 de junio del año pasado, que la funcionaria
justificó así:
--Muchas veces, por ejemplo para fin de año, le digo a una secretaria:
"Comprá un regalo para todo el personal y comprale alguna cosita a cada una de las
secretarias".
--El 14 de junio no es fin de año --le recordó el periodista
Román Lejtman.
La secretaria reconoció que destina parte de los gastos de
representación al peluquero Rubén Orlando, que la peina, maquilla y le hace las manos en
su local de Rodríguez Peña 1886. "Yo no puedo ir a un acto sin estar perfectamente
peinada --aseguró la secretaria--. Muchas veces hay que ir a una embajada. ¿Por qué la
peluquería? Porque está enfrente de la Secretaría. Voy, me lavo la cabeza y hago que me
peinen."
"Esa yo quisiera verla", contestó Walker cada vez que le
preguntaron por la factura de 1.290 pesos de una casa de alta costura, o por algún otro
papel controversial. Desde su casa, la secretaria aseguró que tenía los recibos en su
oficina. "Estoy en el auto yendo a la Secretaría", afirmó a las 10 y media.
Una hora más tarde, le volvieron a preguntar por la factura de las medias. "Ni
siquiera sé qué fotocopia han hecho --respondió--. Después la voy a mirar y voy a
poder decirle."
| LA SECRETARIA GALARDONO AL DIRECTOR
DE UNA REVISTA ANTISEMITA
BEATRIZ Y EL NACIONALISMO CATÓLICO
A pesar de que el gobierno denunció hace dos años a varias
publicaciones antisemitas por generar violencia racial y religiosa ante el juez federal
Jorge Urso, la secretaria de Cultura de la Nación, Beatriz Gutiérrez Walker, no se dio
por aludida y nombró el año pasado a Federico Ibarguren, "director emérito"
de una de ellas, como "Académico de Número" del Instituto Nacional de
Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", un organismo que a partir
del decreto 940/97 depende directamente de su secretaría.
Cuando el canciller Guido Di Tella escuchó hace dos años las quejas
del embajador Itzhak Avirán por las innumerables publicaciones antisemitas que se
vendían en Buenos Aires, solicitó rápidamente al Ministerio del Interior que las
investigara e iniciara las denuncias correspondientes. Sin embargo, meses después, otro
miembro del mismo gobierno, Beatriz Gutiérrez Walker, le dio un cargo honorífico al
fundador y "director emérito" de una de esas publicaciones, el conocido
militante del nacionalismo católico Federico Ibarguren.
Ibarguren no sólo es el director emérito del periódico Patria
Argentina, "un pasquín autodenominado nacionalista, de ultraderecha, querellado
por negar el Holocausto y difundir literatura antisemita" que ya lleva once años en
circulación, según Rogelio Cichowolski, secretario general de la DAIA, sino que también
fue el presidente de la Confederación Nacionalista Argentina, una agrupación que según
voceros de la misma institución, se encuentra impugnada por su ideología fascista.
En las páginas de Patria Argentina se pueden leer frases
discriminatorias contra los judíos, hipótesis sobre un autoatentado a la Embajada de
Israel y acusaciones contra miembros del gobierno nacional de ese origen (ver
facsímiles). Bajo el título "El cripto-judío Menem", publicado en la edición
de octubre de 1997, el periódico de Ibarguren comenta que "Menem siendo hijo directo
de sirios se comporta como cripto-judío y su Secretario General de la Presidencia,
Alberto Kohan (judío), Vladimiro Corach (judío), Ministro del Interior y otros
funcionarios más" quieren acusar "a la honesta y trabajadora colectividad
sirio-libanesa" del atentado a la AMIA. "¿Será que comparten el delito de ser
honrados?... al contrario de los aprovechados judíos, que depredan y aprovechan las
ventajas que ofrece la nación Argentina", sostiene la publicación.
En la misma nota, la publicación acusa a la "juventud judía
capacitada gratuitamente" de emigrar a Israel "sin ningún tipo de pudor"
mientras "sus mayores siguen estafando, contrabandeando con toda actividad ilegal
para llevar sus fortunas al Estado sionista"... "llama mucho la atención que
los judíos siempre tuvieran problemas en todos los países de Oriente y Occidente, siglos
antes de que naciera Hitler, ¿será por su bondad genética?", se preguntan.
Pero Gutiérrez Walker seguramente no tuvo tiempo de leer este tipo de
bibliografía, que según estudios sociológicos presentados por la DAIA ante el juez
federal Urso, "incrementa la violencia racial y religiosa". Sin embargo, pudo
designar a Ibarguren con un cargo honorífico de carácter vitalicio dentro de una
organización de historia revisionista que ella misma ubicó dentro de la órbita de su
Secretaría.
Informe: Darío Pirogovsky |
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