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EN LA ASAMBLEA DE TRACTEBEL, EN BRUSELAS, DENUNCIO DAÑOS AMBIENTALES POR UN GASODUCTO EN SALTA
LA COLLA QUE DESAFIÓ A LA MULTINACIONAL

Serafina Cruz partió de la selva de Yungas y llegó a Bélgica, apoyada por Greenpeace, con su demanda contra Tractebel. La obra para llevar gas a Chile atraviesa su comunidad y un parque selvático.

Serafina Cruz entró a la asamblea de accionistas de Tractebel ataviada con las típicas y coloridas ropas de los collas.
Los azorados hombres de empresa escucharon, con lujo de detalles, las consecuencias ambientales de la obra que impulsan en Salta.

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Por Hernando Albornoz

t.gif (67 bytes) Ataviada con la típica ropa del Altiplano, la dirigente colla Serafina Cruz causó un inesperado revuelo cuando se presentó a la atildada asamblea de accionistas de Tractebel, en la ciudad de Bruselas. Un nada discreto operativo de seguridad se encargó de obstaculizar su paso, pero con la ayuda del traductor y de integrantes de la comunidad Roeser (belga) pudo hacer valer la tenencia de dos acciones de la más grande empresa de energía belga y uno de los mayores comercializadores eléctricos de la Unión Europea. Los papeles habían sido previamente adquiridos por Greenpeace. Los 150 azorados accionistas, funcionarios y directivos de Tractebel presentes en el coqueto auditorio debieron escuchar la denuncia de la asociación Tinkunaku, de la provincia de Salta, acerca de los graves daños ambientales que causará la construcción del gasoducto que pretende trazar Tractebel a través de la selva de Yungas, donde habita la comunidad colla.

Ante el desconcierto generalizado, mostraron en sus manos los certificados correspondientes a las acciones compradas horas antes en la Bolsa local, por lo cual no tuvieron más remedio que dejarla entrar. La líder indígena viajó a Bélgica acompañada de un biólogo, con quien explicaron, traducción mediante, quiénes son los collas, dónde viven, qué valor tiene las Yungas y qué perjuicios ecológicos y sociales acarrea el emprendimiento, que según la traza decidida por el consorcio Norandino S.A. "destruirá tres cementerios, numerosas casas y corrales, deteriorando aún más la precaria economía colla", según advirtieron.

Para envidia de millones de accionistas de un sinnúmero de empresas del mundo, Serafina Cruz estaba sentada en medio de la sala concentrando todas las miradas, e incluso las de las cámaras de la televisión y la prensa en general, que la aguardó al final de la reunión. Luego del informe del síndico, Cruz solicitó hablar, lo que le fue denegado varias veces hasta que finalmente, por cansancio, el presidente de la asamblea accedió al pedido.

Con hablar cansino y haciendo los paréntesis necesarios para dar lugar a la traducción, la mujer explicó la posición de su comunidad, que reclama la modificación de la traza de la obra. Informó no sólo de los perjuicios directos, sino de los efectos del uso de explosivos en zonas de montes y sierras, mostrando a la vez un plano con las distintas alternativas. También propuso y ejemplificó con opiniones de técnicos, funcionarios y empresarios del sector, que dos gasoductos (el otro es el de Gas Atacama) en la misma zona y con igual destino, no se justifican. También mencionó la opinión fundada en contra de la traza de la obra por parte de la administración de Parques Nacionales, un organismo conservacionista reconocido mundialmente.

Tractebel es el socio mayoritario de un consorcio que integran también Southern de Estados Unidos, Iberdrola de España y Enargas de Chile, y que con una inversión de 400 millones de dólares conectará Salta con las regiones I y II chilena. El otro proyecto paralelo es Gas Atacama, liderado por CMS Energy de Estados Unidos y Endesa de Chile.

Serafina Cruz explicó que el pueblo colla está compuesto por unas 2500 personas de las localidades Naranjo, San Andrés, Río Blanquito y Angosto del Paraní, que viven a 3500 metros de altura, y se sostienen con la siembra, la cría de ganado, cultivos de cítricos y las artesanías. Señaló que pobladores de San Andrés sufrieron distintas presiones de parte del intendente y del jefe de obra de Techint (la empresa constructora), Juan María Arzuaga, para que abandonaran sus casas. También que el juez Abel Cornejo del juzgado federal nº 1 de Salta, dictó una resolución que les impide realizar protestas pacíficas bajo amenaza de penarlos con cuatro años de cárcel.

Antes de terminar, mostró copias del arreglo que la empresa Techint --constructora de la obra-- había ofrecido días antes y que fue rechazado por la comunidad. Techint propuso pagar 350 mil pesos (antes hubo otra oferta de 250 mil) y cinco camionetas doble cabina, tipo 4x4 modelo 1998, de las usadas para la obra, si olvidaban la protesta.

La representante colla preguntó a la audiencia: "¿Ustedes aceptarían que les destruyan sus casas, sus granjas y sus cementerios, aparte del daño irreparable a la selva de Yungas que es la casa de una gran variedad de especies animales y vegetales, y el lugar donde vivieron sus antepasados, a cambio de dinero?" La respuesta fue, obviamente, un rotundo silencio.

"Nosotros no queremos dinero, pedimos un cambio en el trazado, no estamos en venta", cerró Cruz. Inmediatamente recibió la réplica de Philippe Bogdson, director ejecutivo de Tractebel, quien visiblemente alterado intentó desmentir a la indígena. Calificó a sus dichos como "una exageración" y pidió que la declaración de la visitante no fuera tenida en cuenta.

Serafina Cruz explicó a Página/12 que los collas están vinculados con la comunidad Roeser de Bélgica desde 1993, y se han sumado a la acción en favor de la defensa ambiental que realiza Greenpeace a nivel mundial. La organización ecologista presentó un recurso de amparo ante la justicia federal en defensa de la selva de Yungas --un corredor biológico entre los parques nacionales Baritú, en Salta, y Calilegua, en Jujuy-- y en contra de la resolución del Enargas que autorizó la construcción de dos gasoductos en la misma zona, de los cuales el Norandino tendría consecuencias ecológicas irreparables. El recurso de amparo se basa en el incumplimiento legal del Enargas de convocar a una audiencia pública para que la comunidad apruebe el proyecto.

 


 

SEMBRANDO CAÑOS EN MEDIO DE
                      LA SELVA
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Ambos proyectos de gasoductos que se disputan el abastecimiento del norte chileno parten de la ciudad de Tartagal, en Salta. Sólo que el Nor Andino, de la empresa belga Tractebel (arriba en el mapa), atraviesa la selva de Yungas, un corredor norte-sur que une los parques nacionales Baritú (asentamiento de los collas) y Calilegua (rectángulo sombreado). El trazado del Atacama, comandado por la estadounidense CMS Energy (abajo en el mapa), es algo más extenso en su recorrido por territorio argentino, porque se desvía hacia el sur para evitar las zonas conflictivas por el eventual impacto ambiental. El Enargás no contempló las consecuencias ecológicas al autorizarlos.

 


 

LA DISPUTA ENTRE LOS DOS PROYECTOS PARA VENDER GAS AL NORTE DE CHILE
"CON UN SOLO GASODUCTO ALCANZARÍA"

Por H.A.

t.gif (67 bytes) Los consorcios adjudicatarios de los gasoductos Gas Atacama y Norandino, ambos con punto de partida en la provincia de Salta y destino en el norte chileno, reconocen que la demanda actual y de mediano plazo de la región se puede abastecer con un solo gasoducto. Los proyectos fueron aprobados por el Enargás sin considerar el impacto ambiental que las obras provocarían. En el caso del Norandino, en su trazado atraviesa la selva de Yungas, valioso corredor biológico entre los parques nacionales Baritú y Calilegua.

"Los proyectos eléctricos en danza del lado chileno se pueden abastecer con un solo gasoducto. Si la demanda crece como se espera, a largo plazo se necesitará un segundo ducto, especialmente para los grandes proyectos mineros. Pero, por el momento, dos gasoductos es una redundancia." Sorprendentemente, quien lo afirma es Jos Remacle, gerente general del proyecto Norandino, en relación con la demanda de las centrales eléctricas a construir en Chile y que serán abastecidas con gas argentino.

Las conversaciones para unificar los proyectos entre los grupos Tractebel (belga) y CMS Energy (estadounidense), cabezas de los consorcios respectivos --Norandino y Gas Atacama--, quedaron, por ahora, paralizadas. Francisco Mezzadri, presidente de CMS Energy de la Argentina, afirmó que siguen dispuestos a negociar "si los términos de las propuestas son aceptables". Esto es: permitirles retener el control de la sociedad resultante de la fusión, con el resultado de la venta del gas incluido. El problema es que Tractebel pretende exactamente lo mismo.

Gas Atacama, sociedad conformada por CMS Energy (EE.UU.), Endesa (chileno española) y Astra-Pluspetrol, inauguró su obra del lado argentino con un acto en la ciudad jujeña de Perico, con la presencia del presidente Carlos Menem. La inversión es de 450 millones de dólares en el gasoducto y otros 350 millones en centrales térmicas. Fuentes de la empresa afirmaron que tienen asegurada la colocación en el mercado trasandino de cinco millones de m3 diarios de gas (la capacidad total sería de ocho millones). El ducto tendría 925 kilómetros de extensión entre Coronel Cornejo (Salta) y Mejillones, futuro polo industrial y portuario de Chile, y la construcción estará a cargo de Comercial del Plata (grupo Soldati), Iecsa (grupo Macri) y Bonatti (italiana). El final de obra se prevé para febrero de 1999.

Norandino es un consorcio formado por Tractebel (empresa eléctrica belga dominada por Lyonnaise des Eaux, de Francia) y Edelnor (Southern Electric, de Estados Unidos). La obra tiene un costo de 400 millones de dólares y recién empezaron las tareas del lado chileno. Del lado argentino, los trabajos están demorados por la disputa que mantiene con comunidades collas y la organización ecologista Greenpeace por el daño ambiental que ocasionará la instalación del caño. Sus principales clientes serán también centrales eléctricas trasandinas y algunos usuarios industriales. El caño tendrá una capacidad de 6,5 millones de m3 diarios, con una longitud de 1066 km, y se espera que esté en operación en agosto del año próximo. La obra será realizada por Techint.

Jos Remacle, representante de Tractebel, reconoció que las conversaciones con Endesa (de Gas Atacama) para encontrar una solución razonable datan de hace un año y que no se llegó a un acuerdo porque "una de las condiciones básicas es tener el control del proyecto". "No obstante --dijo-- no están cerradas las puertas." Precisó que para cualquier proyecto se necesitan clientes, aporte tecnológico y financiación.

También aseguró que los precios del gas de Norandino "son mucho más bajos que los de Gas Atacama", ya que fueron fijados a mediados del año último, y "hoy están por debajo de los del gasoducto Gasandes", que ya exporta el fluido a través de una conexión entre Mendoza y Santiago. De hecho, los consumidores industriales chilenos ya están recibiendo los beneficios, dado que el precio del gas ha bajado un 30 por ciento en el norte de Chile desde que se iniciaron las disputas entre los consorcios constructores.

A estos dos proyectos de conductos de gas se suma un tercero de generación y transporte de energía eléctrica desde el departamento salteño de Güemes hasta Atacama y Valdivia, por parte de Interandes (filial de Chilgener, la segunda generadora de Chile) con una inversión de 575 millones de dólares. De continuarse los proyectos sin alteraciones, la capacidad de generación total del Sistema Interconectado del Norte Grande sumará unos 2700 MW extras, que se sumarán a los 1200 existentes. En estas condiciones, la sobreabundancia de energía pondría en duda la rentabilidad de los distintos proyectos.


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