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HABLA YVON LE BOT, AUTORA DE "EL SUEÑO ZAPATISTA", NUEVO LIBRO DE ENTREVISTAS A LOS COMANDANTES.

"LOS ZAPATISTAS SON LOS DEMOCRATIZADORES"

Acaba de aparecer "El sueño zapatista", de Yvon Le Bot, es un nuevo libo de entrevistas al Subcomandante Marcos y otros líderees del EZLN. En estas páginas, un reportaje de Página/12 a la autora y un fragmento de su charla con Marcos.

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Por Alfredo Grieco y Bavio

t.gif (67 bytes)  "Los zapatistas concilian la política identitaria y la democracia. Son, de hecho, los principales actores de la democratización en México. De ahí su carácter ejemplar, y los procesos de identificación que permiten", afirma Yvon Le Bot, autora de El sueño zapatista, un libro de entrevistas con el Subcomandante Marcos, el mayor Moisés y el comandante Tacho, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que acaba de salir bajo el sello editorial Plaza & Janés en Buenos Aires. Le Bot dialogó telefónicamente con Página/12 desde París para explicar qué había visto y hecho en La Realidad, donde se realizaron las entrevistas. Siguen los principales tramos del reportaje.

--¿Cuál fue el origen en Chiapas de la guerrilla zapatista?

--El núcleo guerrillero fue un núcleo clásico, de inspiración guevarista. Pero después se topó con una realidad diferente de la realidad prevista, de la que figuraba en sus proyectos. Esto ocurrió básicamente en tres oportunidades. En primer lugar, en su encuentro con la realidad indígena comunitaria. Fue un verdadero choque cultural. Los indígenas venían llevando a cabo verdaderas experiencias comunitarias de movimiento social que los guerrilleros foquistas no tenían de ningún modo contempladas en sus previsiones. Los indios obligaron así a cambiar a los guerrilleros. En segundo lugar, el encuentro inevitable con el derrumbe del comunismo. En Europa del este por cierto, pero también, y muy fundamentalmente, en América Central, en los proyectos de izquierda vinculados con el comunismo: El Salvador, Nicaragua, Guatemala. Esto les enseñó a los zapatistas una lección: que su proyecto no podía tener nada que ver con el régimen que se derrumbaba, y que era a partir del derrumbe que tenían que pensar el futuro. Y en tercer lugar, el descubrimiento de la sociedad civil mexicana. Y ya casi a partir del 1º de enero del '94, tienen que reconocer que la sociedad civil mexicana no era lo que ellos creían, era muy distinta. Tienen que admitir que el país ya no quiere lucha armada, sino que quiere la paz. Los zapatistas pueden obtener simpatía, pero no seguidores. Y es así que la guerrilla zapatista se ha visto obligada a reformarse en movimiento social.

 

--¿Cuál fue la importancia como modelo del régimen de Cuba para los zapatistas?

--El reflujo de Cuba ocurrió en 1989 con el juicio a Ochoa. Por entonces se produjo una crisis definitiva en México del modelo cubano. Porque en la izquierda mexicana Cuba había jugado siempre un papel central, a partir de entonces entró en la crisis final. Y como el núcleo original de los zapatistas había sido muy procubano, después se fue produciendo el alejamiento.

 

--¿Cuáles son las relaciones con el marxismo y con el cristianismo?

--En principio, las relaciones con el marxismo. El núcleo primigenio de la guerrilla había sido de tipo guevarista, pero también fue notable allí el influjo maoísta. Pero el enfrentamiento con el terreno, en Chiapas, obligó a una transformación necesaria por el contacto con la realidad. También estaba --es cierto y era importante-- la presencia del cristianismo. Sobre todo, de la Teología de la Liberación católica. Y la presencia de esa teología en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, y las relaciones de la diócesis con los zapatistas. Pero hubo un importante distanciamiento a fines de la década de 1980. En ese momento, la Teología de la Liberación empezó a decir que la experiencia revolucionaria se acabó. Y los zapatistas empezaron a andar por otro camino al predicar la insurrección.

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Protesta por los abusos y violaciones a los drechos humanos en las comunidades de Chiapas


"Al principio fue un choque cultural, y luego los indios obligaron a cambiar a los guerrilleros".

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Manifestaciones por Chiapas en Ciudad de México


El de la metralleta lleva una máscara de Zedillo

 

--¿Cómo son las relaciones de los zapatistas con Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas y hasta hace 10 días titular de la Comisión Nacional de Intermediación?

--Después de la sublevación, la figura del obispo Ruiz fue una pieza necesaria en la intermediación entre los zapatistas y el gobierno. El suyo fue un papel activo, positivo. Pero desde la autodisolución de la Comisión ya no hay lugar para la mediación, y va a ser muy difícil continuar un proceso de paz. El gobierno está decidido a evitar las negociaciones, y quiere llevar a un enfrentamiento.

 

--¿Qué significa hoy el zapatismo, y en particular qué significa la figura del Subcomandante Marcos?

--El zapatismo es la principal experiencia mundial de una tentativa por conciliar identidad y democracia. A ello es que debe el enorme eco que ha tenido. En el mundo actual pugnan las fuerzas del mercado y de la identidad, y ninguna de las dos son democráticas. Del lado de la identidad están los diferentes fundamentalismos y comunitarismos antidemocráticos en Asia, Africa, Europa. Los zapatistas concilian la política identitaria y la democracia. Son de hecho los principales actores de la democratización en México.

 

--¿Por qué dice usted que el mercado no es democrático?

--Puede haber mercado en un régimen autoritario, y puede haberlo en la democracia. Pero el mercado en sí solo no es democrático. El neoliberalismo existe en regímenes profundamente autoritarios, como el Chile de Pinochet, Malasia, Singapur, y ahora en China. El mercado es un elemento necesario de la democracia, pero no es democrático de por sí.

 

--¿Cómo ve usted el futuro del zapatismo?

--El futuro zapatista es incierto. Se encuentra en una situación difícil. En el corto plazo, el zapatismo se ve confrontado por una situación polarizada. Altamente polarizada por el debate electoral de las elecciones presidenciales del año 2000, en las que se juega el futuro del PRI. Esto determina todo lo que pasa ahora. Es por ello que el gobierno ejerce toda su presión, y manifiesta una plena voluntad de acabar con ellos. Es una especie de Guerra del Fin del Mundo, como el título de la novela de Mario Vargas Llosa sobre el aniquilamiento de la rebelión cristiana de O Conselheiro en Canudos, en el nordeste de Brasil. Los zapatistas son una molestia para el gobierno en la perspectiva de las elecciones, y por eso va a someterlos a una ofensiva sistemática. En el mediano plazo, las cosas son distintas. El tiempo mayo no es el mismo que el occidental. Lo que están planteando los zapatistas no se puede realizar en plazos electorales. Son cambios de larga duración.

 

--¿Qué significa el zapatismo para el resto de Latinoamérica y qué significa para Europa y Estados Unidos?

--El zapatismo es una prolongación de procesos de democratización y de salida de regímenes autoritarios. El autoritarismo, el populismo y el clientelismo son muy fuertes en América latina, pero de los que se está saliendo. No hay experiencias parecidas al zapatismo, pero en países con fuerte presencia indígena hay intentos, como en Ecuador o Guatemala. En Europa es en donde el zapatismo ha tenido su eco mayor, particularmente en Italia, España, y en menor medida también en Francia. Esto ocurre porque se están planteando problemas semejantes a los que se planteó el zapatismo. Por esto es que no se trata de una simpatía por causa lejana, sino de una verdadera resonancia, en países que están buscando una salida a la transición neoliberal, y que deben conciliar la democracia con una diversidad cultural presente y creciente. Por eso ha tenido un mayor impacto entre los jóvenes.


MARCOS EXPLICA COMO RESEMANTIZO A ZAPATA

"EL EZLN SALIÓ A DISPUTAR SÍMBOLOS"

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El nuevo libro de entrevistas


Son también con Moisés y Tacho

 

 

--¿Una guerrilla posmoderna?

--Que ésa es la que pierde el gobierno mexicano. La que quiere es la de balas, porque ésa es la que gana, y ésta la pierde.

Cuando sale el EZLN y está construyéndose el zapatismo, el manejo de los símbolos es una contribución de la parte indígena y el manejo de los símbolos históricos es aporte de la organización político-militar urbana. Entonces cuando aparece el EZLN tiene que disputar al Estado mexicano ciertos símbolos de la historia nacional. El terreno de los símbolos es un terreno ocupado, sobre todo en lo que es historia de México. A la hora en que entran en el terreno del lenguaje, del símbolo, es un terreno al que uno tiene que entrar combatiendo para ocupar un lugar. En este caso, en el de los símbolos históricos, el Estado mexicano tiene un manejo de ellos que había que disputarle. Zapata, por ejemplo. Cada presidente de México escoge un héroe de la historia nacional. Salinas, paradójicamente, que va a decretar la muerte del artículo 27, escoge a Emiliano Zapata.

--Tiene un hijo llamado Emiliano ...

--Sí, y su avión se llamaba Emiliano Zapata también. Hay una primera disputa por la imagen histórica de Zapata, que permite un primer encuentro y que el EZLN replantee el lenguaje político en otros términos. No inventar un nuevo lenguaje, sino resemantizar o darle un nuevo significante y un nuevo significado a la palabra en la política, y sobre todo a la historia en la política. Y para eso recurre a lo viejo, a la tradición histórica de los indígenas, a su tradición cultural para encontrar viejos personajes, viejas ideas, y en confrontación con las nuevas, ir construyendo este nuevo lenguaje zapatista. Estoy hablando de un lenguaje posmoderno que, paradójicamente, se nutre de la premodernidad histórica para poder constituirse en tanto que tal. Este lenguaje empieza a buscar sus propios terrenos de lucha, el terreno de la prensa, de los símbolos, y ocupa los espacios que aparecen. Un espacio nuevo, novedoso, que era tan nuevo que nadie pensaba que una guerrilla pudiera acudir a él, es la superautopista informativa, el Internet. Era un terreno no ocupado por ninguna fuerza. Se supone que el objetivo es comercial, el flujo de los capitales a través de las computadoras y de los satélites en este mundo globalizado. Y, en todo caso, el lado humanitario está por abrirse. Uno podría ir a las universidades, a los museos, a través de Internet y conectarse, viajar desde la oficina a través de un módem.

Hay gente que nos ha puesto en Internet y el zapatismo ha ocupado un espacio en el que nadie había pensado. El sistema político mexicano ha ganado su prestigio internacional en los medios gracias al control informativo, al control de la producción de noticias, de los noticieros, e incluso gracias al control de periodistas mediante la corrupción, la amenaza, el asesinato. Este es un país donde también asesinan a periodistas con cierta frecuencia. El hecho de que hubiera colado ese tipo de noticias por un canal no controlable, eficaz y rápido, es un golpe muy duro. El problema que angustia a Gurría es que tiene que combatir contra una imagen que no puede controlar desde México, porque la información está simultáneamente en todos lados.

La novedad del EZLN no está en que se haya metido en la comunicación satelital, que digan ahora que los zapatistas son más que guerrilleros, internautas de la computación. Está en una redimensionalización de la palabra política que, paradójicamente, vuelve a mirar al pasado.

Evidentemente esto está vinculado con el desgaste de un sistema político que había sobado tanto las palabras, que las había prostituido. Retomando esos conceptos de nación, patria, libertad, democracia, justicia, el EZLN se conecta con una tradición de lucha, con una tradición cultural y produce este lenguaje que logra permear a estratos de la sociedad muy de símbolos. Llegaba a intelectuales muy altos o a gente muy sencilla, incluso analfabeta, o sea, con poco bagaje. Digamos que el zapatismo llama a una puerta, la puerta del lenguaje político; la encuentra abierta, encuentra que a través de ella se puede entrar a muchas partes y se introduce por allí ... El EZLN, el zapatismo, no nace con esa idea, sino que, ante la falta de una ideología estructurada, comprende la necesidad de improvisar y construir su esquema político. Entonces, ese cóctel molotov, que se gesta antes de 1994, diluye el discurso esquemático dentro del zapatismo, aunque esto no les parezca bien a algunos miembros del EZLN, sobre todo al principio. De pronto se encuentran con que el zapatismo no es un ejército que esté peleando, pero tampoco tiene un lenguaje como zapatismo; entonces tienen que inventarlo en el momento. Y lo inventan con los aportes culturales indígenas y con los de la cultura urbana, y ese lenguaje nuevo se retroalimenta en la medida en que tiene éxito. El zapatista es un lenguaje que se sabe escuchado, es como la seguridad de un escritor que sabe que es leído, eso le da más libertad, más posibilidades de construir su discurso.



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