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con un gol del joven delantero sobre la hora
El triunfo colombiano más Preciado

Léider Preciado grita el gol de la victoria.
“Se lo dedico a Dios que me permitió jugar este Mundial.”

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Estadio: Municipal de Montpellier.
Arbitro: Bernd Heyneman (Alemania).
Goles: 83m. Preciado (C).
Cambios: 57m. Aristizabal por Rincón (C), Preciado por Valencia (C), 61m. Bolaño por Serna (C), 67m. Ben Younes por Sellimi (T), 77m. Ben Amed por Baya (T), 82m. Ghodhbane por Tahbet (T).

t.gif (862 bytes) Lejos del chauvinismo habitual de los partidos de selecciones, colombianos y tunecinos compartieron la fiesta del Mundial unidos en Francia. El partido parecía irremediablemente muerto en cero, cuando el joven Léider Preciado, de 22 años que, a siete minutos del final, selló la victoria con un gol que dedicó “a todos los colombianos, pero especialmente a Dios que me dio la oportunidad de jugar este Mundial”. El electo presidente de Colombia, Andrés Pastrana, festejó el tanto diciendo que “demuestra que en Colombia está de moda el cambio”, en relación con las variantes introducidas por el técnico Bolillo Gómez.
Poco antes del encuentro, hinchas colombianos tocados con pelucas que semejaban la oxigenada cabellera del Pibe Valderrama bailaban al son de tambores abrazados a fanáticos de piel aceitunada que ostentaban la medialuna roja y la estrella del equipo árabe.
En las tribunas se repitieron las banderas colombianas que clamaban paz durante el debut de los sudamericanos ante Rumania y toda un ala del estadio de La Mosson de Montpellier se vistió del amarillo característico del conjunto sudamericano. Los sonidos de flautas árabes que parecían querer encantar serpientes se adueñaban del sector opuesto del estadio, donde el carmesí de Túnez era el color dominante. El mensaje más elocuente de los colombianos, sin embargo, siguió siendo el retrato de Andrés Escobar, el defensor del seleccionado asesinado a tiros en 1994, poco después de convertir un gol contra su valla en el mundial de Estados Unidos. A lo largo del partido, una ausencia se hizo sentir: la de Faustino Asprilla, expulsado días antes de la disputa por un enfrentamiento verbal con el técnico Gómez. El coreo de “sí se puede” que acompañaba los ataques colombianos contrastaba por momentos con los largos abucheos a Valderrama, uno de los responsables de la expulsión de Asprilla.
Pero el veterano volante volvió a la popularidad cuando Preciado abrió el marcador. Al fin, el triunfo de Colombia por la mínima diferencia dio a sus seguidores un mejor motivo para festejar, pero el indudable vencedor fue el Mundial en su conjunto, gracias al nivel mostrado por ambos equipos.

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