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UN ANALISIS SOBRE EL FENOMENO DEL VIAGRA

EL DEBATE DE NUNCA ACABAR

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En la semana de su salida al mercado, artistas, humoristas e intelectuales discuten aquí por qué el Viagra ha generado máss expectativas que cualquier otro medicamento en el mundo.

 

t.gif (67 bytes)  "La preocupación por el pito parado es de los hombres, más que de las mujeres", dijo una de ellas a Página/12: el teatro, el humor, las artes plásticas, el psicoanálisis y la filosofía se dieron cita para discernir qué pasa con el sexo, en la semana en que la versión local del Viagra empezó a comercializarse en el país. ¿Es la nueva pastilla un "cosmético cerebral"? ¿Será cierto que "la penetración no es la mayor fuente de placer para las mujeres"? ¿Existe en nuestra cultura "una disociación tremenda entre la erección y el deseo"? En todo caso, mientras los hombres reconocen que "nada hay más caprichoso, más imprevisible que el pito", las mujeres no olvidan cómo pasaba el rato Jane Fonda en Regreso sin gloria.

"Te voy a contestar en serio --dijo el humorista Alfredo Casero--: me sale contestarte en serio porque un hombre que tiene problemas de impotencia tiene que sentirse muy desprotegido, supongo, y no quiero hacer chistes sobre una persona en esa situación. Pero a mí me parece que hay pastillas que son cosméticos cerebrales: los tranquilizantes, el Prozac: con una pastilla te dicen que salís del estrés, que laburás mejor, y ahora que se te para la pija. Te dicen que están probados, que no hacen mal, pero en Estados Unidos tuvieron que retirar del mercado drogas para adelgazar que primero habían aprobado. (N. de la R.: se trata del Redux y de la combinación "phentermina-flenfluramina", de las que se descubrieron graves efectos secundarios.)

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Maitena: "Las mujeres no somos comehombres necesitando desesperadamente un pene. La sexualidad femenina pasa más por el erotismo que por la penetración".

"Por supuesto que es muy importante solucionar problemas para la mayor libertad y alegría, que es coger", dijo Casero, y confesó: "Coger es la cosa que más me gusta hacer en la vida; la segunda es cagar y la tercera comer..., o la segunda comer y la tercera cagar. Mirá, si existiera una pastilla para que a todos los hombres la pija les creciera un 50 por ciento, no habría un solo tipo que no la tomara. Porque todos tenemos en la cabeza eso de si no será corta, somos así los hombres."

"Pero te puedo decir que me sentiría muy mal si la mujer con la que estoy tomara un remedio para producirse el orgasmo; no me gustaría nada. Entonces, habría que preguntarles a las mujeres cómo se sienten con esto de la pastilla: si la pastilla no puede servir para hacerse la paja dentro de ellas, en lugar de que el pito se pare por obra del deseo de la mujer".

Casero: "Yo me sentiría muy mal si la mujer con la que estoy tomara un remedio para producirse el orgrasmo; no me gustaría nada". na25fo02.jpg (8193 bytes)

Tal como pedía Casero, Página/12 preguntó a las mujeres:

"Mirá, las mujeres no estamos esperando que los tipos tengan la pija parada --contestó la humorista Maitena Burundarena--: creo que esa preocupación es más de los hombres que de las mujeres. Nosotras queremos hombres más comprensivos, sensibles, cálidos, no supermachos. Está bien, el Viagra es un remedio que le puede hacer bien a alguna gente, pero parece que no lo toman sólo los impotentes, ¿o se volvieron todos impotentes?: hay una especie de locura y se lo ve como la píldora milagrosa. Si hasta leí que lo toman las mujeres como 'potenciador sexual': lo único que potencia el sexo es la calentura. A algunos los calienta el amor, a otros la pasión, a otros los calentarán los perros, pero no una pastilla."

na25fo03.jpg (9024 bytes) Tortonese: "Ahora están todos calientes con el Mundial. Pero este país tiene una cosa medio machista, no sé si se van a atrever a reconocer que no se les para".

"Eso no quiere decir que a nadie le guste un buen pijazo --advirtió Maitena--, pero las mujeres no somos comehombres necesitando desesperadamente un pene. La sexualidad femenina pasa más por el erotismo que por el hecho de la penetración: ¿no te acordás de Regreso sin gloria, cómo disfrutaba Jane Fonda (el cunnilingus que le brindaba) Jon Voight?"

El psicoanalista Juan Carlos Volnovich, especialista en cuestiones de género, afirmó: "La erección y la penetración no son, de ninguna manera, la mayor fuente de placer para las mujeres. En la época victoriana los hombres tenían excelentes erecciones y penetraban a las mujeres, lo cual no fue obstáculo para que ellas se volvieran anorgásmicas y frígidas, en esa especie de histeria masiva que dio origen al psicoanálisis".

Minujín: "En este siglo se curaron muchas enfermedades, pero lo único que no se cura es la cabeza del ser humano, y tal vez la erección está en la cabeza". na25fo04.jpg (7646 bytes)

Así fue en todo Occidente. ¿Y en la Argentina?

"Ahora están todos calientes con el Mundial, no hace falta la pastilla: después, vaya a saber --opinó el actor Humberto Tortonese--; este país tiene una cosa medio machista, no sé si muchos se van a atrever a reconocer que no se les para... En lugares más desinhibidos se largaron todos a comprar la pastilla, pero andá a saber los trastornos que trae tomarlas todos los días durante mucho tiempo". (N. de la R.: los ensayos clínicos sobre el Viagra duraron un año como máximo; más allá de ese lapso el fabricante admite no tener datos sobre sus efectos.)

"... Pero espero que no se largue la locura de que todos vayan a comprar la píldora. Si no, va a ser una cosa tremenda: todos abotonados; a los sifonazos va a haber que desabotonar a la gente por esta pastilla", concluyó Tortonese.

¿Qué factores promueven ese riesgo de abotonamiento? Mario Margulis, profesor de sociología de la cultura en la UBA, destaca el siguiente: "La cultura hace pesar sobre los varones una demanda muy fuerte de potencia, que es también demanda de juventud: en el mundo actual hay que ser joven, o por lo menos parecerlo. El Viagra está asociado con esa fantasía de juventud sintética, que se adquiere en el mercado, y ahí confluyen la gimnasia, la dieta, las cirugías estéticas: la píldora vuelve sobre el viejo sueño de retorno a la juventud, ahora realizado por medios químicos".

El hecho es que el Viagra está afectando de manera imprevisible los debates entre intelectuales: "Un conocido epistemólogo afirmó en reciente reflexión para un matutino que, por el Viagra, las mujeres tienen miedo de que las cambien por otras más jóvenes: ¡ésa es la fantasía de él, viejo verde!", sostuvo Esther Díaz, profesora de filosofía en la UBA, y concluyó: "En el discurso que ha suscitado el Viagra, se desatan los fantasmas más insospechados de la gente".

"Por otra parte --agregó Esther Díaz--, se muestra la disociación tremenda que en la gente hay entre la erección y el deseo: el Viagra, como no podía ser de otra manera, no estimula el deseo sino, en todo caso, la erección. Pero el deseo es condición de posibilidad para la erección, y la prueba está en los testimonios de quienes dicen que la píldora no les dio resultado: si la mujer con la que están no les provoca deseo, tampoco con píldora va a haber erección."

La artista plástica Marta Minujín plantea las cosas en forma más terminante: "La impotencia no existe. Creer en la impotencia es como creer en la edad: cada persona nace con la edad que conservará durante toda su vida. Jorge Luis Borges, por ejemplo, tuvo siempre 17 o 18 años. Ernesto Sabato tiene, y tuvo siempre, 48. Julio Cortázar, 19. Maradona, 7 u 8. Carlos Menem, 35 o 36. Yo tengo 25".

Minujín, especie de Dalí vernácula, recuerda que "cuando volví a la Argentina desde Nueva York, todo me pareció tan vertical... El Obelisco era el falo de los militares. El problema es la verticalidad: yo hice, después, el Obelisco acostado. Todo cambia según el punto de vista. Yo inventé ver las cosas en diagonal, el mundo en diagonal, y ya hay arquitectos en España que están haciendo edificios en diagonal. En este siglo se curaron muchas enfermedades, pero lo único que no se cura es la cabeza del ser humano, y tal vez la erección está en la cabeza: lean El erotismo, de Georges Bataille.

Por lo menos, Minujín no parece compartir lo que el psicoanalista Volnovich llama "el estereotipo patriarcal que centra la sexualidad en la eficacia de la erección y, pastilla mediante, a partir de la erección otorga el control de la sexualidad. Si algo tiene de interesante la sexualidad, es la incertidumbre, lo imprevisible. Y nada más caprichoso que la erección: cuando uno no quiere, se para; cuando uno quiere, no se para. Los varones estamos subordinados a ese amo despótico que nos identifica como tales y que es muy caprichoso. Sin embargo, somos los primeros en convalidar el estereotipo de que las mujeres, ellas, son las caprichosas, y nosotros víctimas de su capricho. Pero no hay nada más caprichoso que el pito".

 

na25fo05.jpg (7994 bytes)     "Hay que tener cuidado"

t.gif (862 bytes) "Yo protagonicé una película, Embrujada, donde hay un hombre impotente --recuerda la actriz Isabel Sarli--. Se estrenó muy cortada pero ahora la dan completa por canales de cable. Yo estoy con ropa de encaje, semidesnudita, y mi marido llora impotente sobre mi cuerpo y dice "¡No puedo, no puedo...!". Es que él en el fondo era gay y tenía un romance con un peón del obraje. Incluso se le insinúa a Víctor Bo."

"En cuanto al Viagra, pienso que los hombres tienen que tener cuidado, sobre todo por el corazón: a ver si te da un infarto y te vas al otro mundo. Ahora (Víctor) Alderete (titular del PAMI) les quiere dar la pastilla a los viejitos: es ridículo..., salvo que quiera que se mueran unos cuantos jubilados. Mejor que darles eso es que cumpla con otras cosas que les prometió", agregó la diosa del sexo argentina.

"La pastilla esta es más importante para los hombres que para las mujeres, y el laboratorio va a hacer un dineral. Es como si inventaran una pastilla para perder kilos, sería grandioso..., pero que sea efectivo", concluyó Isabel.


"Hay que reciclarlos"      na25fo06.jpg (11004 bytes)

t.gif (862 bytes) "Yo tenía un personaje llamado 'Doctora Diu', que a los maridos de más de 40 que ya no funcionaban los cambiaba por dos de 20 cero kilómetro: ella es la que, ahora, inventó el Viagra --revela la actriz y humorista Gabriela Acher--: porque ya no hay más hombres y entonces hay que reciclar a los que ya estaban del otro lado."

¿Por qué no hay más hombres, Gabriela?

"Si a las más jóvenes les preguntás dónde están los hombres, te dicen que en la peluquería, haciéndose los claritos: ellos también quieren ser objetos sexuales, ahora somos todos objetos sexuales, ya no queda gente", afirma la Acher.

"Algunas mujeres me dicen que están contentas porque, me aseguran, el Viagra va a mover un poco el mercado del usado --agrega Gabriela--. Y hay que tener un poco de ternura por esos que buscan la pastilla: por lo menos tienen interés en que pase algo, todavía no entregaron el rosquete; sólo que el cuerpo no les responde."


 

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EL MUNDO EN LA ERA POST VIAGRA

 

 

 

Página/12
en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes) Desde que la píldora Viagra eleva tantos espíritus, los geriátricos aburridos se han convertido en cosa del pasado. Según historias publicadas en varios medios norteamericanos, ha habido un incremento de los placeres de la carne en los hogares para ancianos, quienes recuerdan súbitamente y con notable entusiasmo aquello que ya casi habían olvidado. La revigorización no deja de tener sus riesgos: una hija adulta, por ejemplo, estuvo a punto de demandar a una de estas instituciones porque su madre se había quebrado la cadera en plena relación sexual. O sus desconciertos: una enfermera quedó absolutamente pasmada cuando uno de sus pacientes le hizo un exhaustivo interrogatorio acerca de las virtudes de la droga pese a tener nada más que 101 añitos. Las anécdotas que rodean a este remedio para el llamado "desorden eréctil" son actualmente casi tan numerosas como el número de píldoras que se han vendido, por cierto no pocas ya que sólo en Estados Unidos los médicos han extendido mas de un millón de recetas de Viagra a hombres que quieren recuperar la potencia. O doblarla. O triplicarla.

Sin embargo, no todas son sonrisas y vigores resucitados. Esta semana, el debate acerca de los posibles riesgos de salud a los que expone la píldora (la Food and Drug Administration estudia más de cien casos de efectos adversos, incluyendo 31 muertes) se intensificó debido a la decisión de la administración Clinton de que Viagra sea cubierta por el seguro de salud Medicaid que tienen los estadounidenses de escasos recursos. Alegando fundamentalmente objeciones por los peligros aún no suficientemente explorados de la droga, dos estados, Nueva York y Winsconsin, ya se rebelaron ante la medida del gobierno. Ellos no usarán el dinero de los contribuyentes para pagar ninguna erección.

¿Es el mundo un lugar distinto desde que la píldora salió al mercado? Es un poco aventurado afirmarlo. Lo que sí queda claro es que "la" solución a diez dólares la dosis ha tenido un impacto internacional indiscutible. Y resultados más que llamativos, como ocurrió con un turista holandés de cincuenta años en España, que debió pedir asistencia médica por tener una erección que amenazaba con ser inacabable. Duró treinta y seis horas y el hombre dio a entender que placentera no había sido.

Según se acumulan las historias, la píldora parece un disparador de conductas humanas curiosas o, por lo menos, inesperadas. Ha atraído robos: después de un debate sobre sus efectos en el parlamento israelí, un doctor que había llevado ocho píldoras para mostrárselas a los legisladores y periodistas, descubrió que sólo le quedaban cuatro y que una mano diestra, delincuente y anónima se había apoderado de las faltantes.

Ha sido objeto de fraudes: en Venezuela, la policía detuvo a vendedores callejeros que vendían aspirinas por Viagra, vociferando que era el regalo ideal para el Día del Padre.

Regresando a EE.UU., la patria del Viagra, no sólo en los geriátricos se percibe esta nueva "alegría de vivir", los dueños de prostíbulos en Nevada dicen que desde el punto de vista empresario, Viagra es lo mejor que les pasó desde que la profesión más vieja del mundo fue legalizada en la década del setenta. Los negocios han aumentado en un 20 por cierto, comentan. Otros que están contentos son los farmacéuticos que residen en la frontera con Canadá; específicamente, cerca de las cataratas del Niágara. Paraíso para "mieleros", las "Niagara Falls" podrían ser pronto rebautizadas las "Viagra Falls" (cataratas de Viagra) pues una legión de hombres canadienses cruza diariamente la frontera para proveerse de la píldora. En Canadá, la droga todavía no ha sido aprobada y los canadienses llegan a gastar hasta 1200 dólares en frascos de Viagra en el país vecino, para que nunca nadie más los agarre con el ánimo bajo y el órgano caído.


 

UNA VISIÓN POLITICA

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Facundo Suárez Lastra:
"Me preocupa la desesperada necesidad de los hombres de mantener una erección por tiempo prolongado. Me llama la atención todo lo que ocurre en los últimos tiempos en relación con la sexualidad de los argentinos, el incremento de la prostitución y este fenómeno del Viagra. Es un hecho curioso. En realidad tengo más preguntas que respuestas. Creo que todo esto tiene mucho que ver con una cultura de satisfacción inmediata en que la gente, al no poder cumplir con sus objetivos de buen vivir en relación con el trabajo, la salud, la jubilación, etc., decide darse el gusto en el tema sexual. Por otra parte, creo que como legislador la ciudad debería confirmar que no tenga efectos secundarios o colaterales."
na25fo08.jpg (9569 bytes) Mary Sánchez: "En la Argentina de hoy es realmente un peligro la comercialización de un medicamento que todavía no se sabe con certeza qué consecuencias tendrá para el ser humano. Acá, con la corrupción existente, es muy difícil controlar los efectos contrarios. De todas maneras, creo que si existiera la regulación correspondiente, esta píldora sería beneficiosa para mejorar el nivel de vida. Me parece también que existe una estrategia de marketing basada en la falta de erotismo de la vida moderna."
na25fo09.jpg (10508 bytes) Jorge Yoma: "Yo creo que la satisfacción sexual es uno de los elementos más importantes de la gente. Hace a la felicidad. Todos apuntamos a mejorar la calidad de vida y no lo relaciono con ningún acontecimiento actual. No creo que sea parte de una cultura hedonista. Tampoco es un tema que se refiera al hombre o la mujer en sí, ya que tengo entendido que próximamente va a salir a la venta una pastilla femenina. A medida que avanza la edad promedio y la expectativa de vida aumenta, la necesidad de envejecer a gusto se incrementa. Pienso que es bárbaro que la ciencia nos ayude a que vivamos mejor."
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Patricia Bullrich: "Me parece un magnífico marketing. Evidentemente cualquier persona que toma eso, cree que le va a solucionar el problema de impotencia. Sin embargo yo creo que en esto tienen mucho que ver las fantasías que lo que realmente sucede. Muchas veces en esto influye la manera en que uno ve las cosas. La persona puede aumentar la fantasía pero no creo que por eso aumente la infidelidad, el que tiene mentalidad de infiel lo va a seguir siendo con o sin pastilla, es cultural. Una mujer que tiene relación con un hombre impotente debería estar contenta con esto, no es lo mismo tener una buena relación sexual que no tenerla."


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