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Por Cecilia Hopkins El creciente interés que suscita el trabajo de El Periférico en Europa tiene, al parecer, su justificación en el modo pasional, casi primitivo, con que aparecen vinculados los actores con los muñecos y demás objetos en escena. Esto, además de cierto halo combativo que les proporciona el hecho --atípico en el exterior-- de trabajar con un presupuesto bajísimo y otras inseguridades propias de la dinámica del teatro independiente. Sin embargo, esa impresión visceral que allí los hace tan latinoamericanos suscita otras impresiones cuando el grupo juega de local: "Si en Europa nos sienten muy latinoamericanos, el público de acá nos encuentra europeos", afirma ya sin sorpresa Emilio García Wehbi, en una entrevista con Página/12. Esta apreciación quizá tenga que ver con el lenguaje visual y temático tan personal que el grupo ha conseguido en diez años continuos de trabajo, que traslada como una marca distintiva a todos sus montajes. Algo que caracteriza a muchas compañías extranjeras, a diferencia de los grupos locales que, salvando excepciones, buscan cambiar de procedimientos en cada obra. Sin embargo, y a despecho de la decisión del grupo de eludir cualquier referencia a problemáticas vernáculas, tanto su obra El hombre de arena como la multipremiada Máquina Hamlet suscitaron lecturas capaces de vincularlas directamente con hechos de violencia ocurridos durante la dictadura militar. A partir de los pocos detalles que Daniel Veronese adelanta sobre el espectáculo, lo primero que puede pensarse es que el conflicto de incesto y muerte que plantea Edipo será trasladado al seno de la familia de Franz Kafka. Al menos, las bellísimas marionetas que los actores manipularán reproducen las fisonomías del escritor checo, de sus padres y su hermana. De todos modos, los muñecos se harán cargo de esos personajes pero sin dejar de lado su estatus de objetos inanimados. En ZOOedipous, la materia inerte que representan las marionetas se complementará con la presencia del animal muerto que, reducido al rango de objeto, será el centro de un ritual que quedará en el misterio hasta el día del estreno. --¿Cómo es que partiendo de Sófocles llegaron a Kafka? García Wehbi: Recurrimos a Tomás Abraham para ir más allá de la visión psicoanalítica y encontrar un punto de vista contemporáneo. El nos sugirió lecturas, principalmente textos de Foucault y Deleuze. Este último, en su Anti Edipo habla de la desterritorialización, un concepto que nos interesó especialmente: al quebrar la ley, Edipo rompe con el tabú, sale de la tribu y se animaliza. Y esto nos llevó directamente a Kafka, porque la animalización está en la base de muchos de sus cuentos: La metamorfosis, Informe para una academia, El buitre, y tantos otros.
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