"Desaparecidos son los que no luchan ni sueñan"

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se definió como una vieja-joven encantada de estar presente en un lugar "tomado por los jóvenes", pese a que renqueaba ostensiblemente de una pierna, tras haber sido golpeada en Chile por un carabinero. Andrés Calamaro, luego de definirla como la figura viva más importante de la historia argentina, afirmó que de alguna manera "todos somos desaparecidos". Hebe lo contradijo, por única vez en una velada memorable: "No, Andrés, desaparecidos son los que no luchan ni sueñan, los quietos, los amoldados, los domesticados, los que no se indignan, los que no se ríen: nuestros hijos están vivos en lugares como éste, donde la gente es realmente libre". Calamaro la aplaudió, poniéndose de pie, antes que el resto de la gente que asistía al chispeante diálogo.

Reunidos por el programa "Eramos tan progres" en el estudio de radio de Buenos Aires No Duerme, ante unas tres mil personas que copaban la tribuna, los alrededores e incluso la pirámide ubicada en el patio central, la luchadora y el músico tuvieron varias coincidencias. "Buenos Aires no tendría que dormir nunca", dijeron un par de veces, a lo largo de las tres horas del programa, en las que hablaron de juventud, política, música, las Madres y del espacio que los reunía. Calamaro le dedicó algunas de las 15 canciones que cantó acompañándose de un teclado y hasta se permitió "musicalizar" las opiniones de Hebe. "Ellos no vivieron porque sí, no pasaron por la vida de gusto", expresó Hebe refiriéndose a los desaparecidos, mientras Andrés aportaba melodías suaves desde el teclado, en un diálogo artístico, casi.

Calamaro contó que había organizado en Bilbao un concierto para las Madres y que quisiera repetir el gesto en Buenos Aires. Cuando el conductor del programa, Carlos Polimeni, indagó sobre su sensación en un lugar lleno de jóvenes que la aplaudían, si en algún punto no se retrotraía a su pasado, antes de la desaparición de sus hijos, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo explicó que "no es fácil" superar esa sensación. Sin embargo, completó, "haber luchado por la vida contra la muerte, cuando la muerte te pasó tantas veces por encima, te da mucho coraje". Las Madres se enorgullecen cuando notan que los jóvenes las quieren porque "inevitablemente encontramos en estos chicos el reflejo de nuestros hijos".

La siguiente pregunta fue sobre la relación de Madres con el arte. "Sentimos como un honor que hemos inspirado a mucha gente. Hay obras de teatro, poemas, cartas, canciones, películas basadas en nuestra lucha. Y cada vez serán más. Esto no nos enorgullece en vano: en definitiva los que inspiran son nuestros hijos. Hablamos por su boca, miramos con sus ojos, latimos con su corazón, ellos nos parieron." Hebe recordó su primer encuentro con el rock a través de un casette de Hermética ("llamé a un amigo, de 17 años para que tradujera lo que estaban diciendo", contó) y como de a poco fue haciéndose cada vez más cercana al mundo de la música que los jóvenes prefieren, en una relación que terminó con los gigantescos recitales del año pasado en Ferro.

El conductor le preguntó qué opinión le había merecido una publicidad del ahora cerrado diario Perfil en la que se afirmaba que los desaparecidos hubiesen merecido al menos un juicio justo. "Creo que los desaparecidos entregaron su vida para un proyecto revolucionario increíble y si alguien habla de un juicio, los trata de delincuentes y además insinúa que fueron culpables", se indignó Hebe. "Sí, señores, nuestros hijos andaban en algo. Algo hermoso que era la revolución y la caminaron para arriba y para abajo, y nos mostraron un camino diferente. Perdimos una batalla pero no perdimos la guerra."

Los mensajes de la gente generaron otras ideas. Hebe sonreía cuando Calamaro hablaba sobre el famoso juicio del porrito, en que lo acusan de apología de la droga. "Sabemos que hay mucha gente que tiene que esperar juicios estando presa, que otros nunca tienen juicios, y que otros no deberían haber sido juzgados por nada. De una manera chistosa, podría entenderse esto como una persecución política. Y de una manera mucho menos chistosa, como un atentado contra la libertad de expresión, ya que se trata de que prohíban hablar ¿no?. De todas maneras, en plena lluvia yo no me voy a mojar ... y la gente común espera juicios en Devoto. Los que tenemos plata para pagar un abogado, esperamos el juicio en casa." Hebe agregó, con picardía, mirando a Calamaro a los ojos: "Yo, en cambio, tengo un proceso por decirle basura a Menem, y en siete años, él no pudo demostrar que no es una basura. No me digas que no es bueno eso ...".

Calamaro afirmó que está lejos de ser de "esos músicos que hacen el marketing de la revolución" pero que todo su público debe tener claro que su corazón está con las Madres, que más de un vez le hicieron llorar "lágrimas secas, lágrimas por dentro, lágrimas silenciosas". Hebe le recordó que "las Madres estamos luchando para un presente mejor, no sólo por la verdad del pasado". "Ustedes --retrucó el rocker-- son el gran orgullo argentino. En las remeras de los pibes donde está el Che Guevara, hoy debería estar Hebe. Las Madres son nuestro mejor ejemplo moral: enseñan a no olvidar, a no perdonar y a no separar el amor del odio." Hebe se emocionó con estas palabras, y a continuación el conductor le pidió a Calamaro que cantase temas que tuvieran que ver. "Este es un momento que nunca voy a olvidar", aclaró el músico antes de hacer un set con "Crímenes perfectos", "Especies que desaparecen" y "No me pidas que no seas un inconsciente".

Luego de destinar algunas andanadas más a Menem, de asegurar que las Madres "seguirán tocándoles el timbre a los vecinos del hijo de puta de Videla" y de despotricar contra el jefe de gobierno porteño, Fernando de la Rúa, que a esa hora estaba también en Buenos Aires No Duerme, aunque lejos de allí, Hebe se retiró del lugar, dolorida de la pierna --"pero muy feliz de luchar", aclaró-- en medio de ovaciones del público. Calamaro siguió por una hora más versionando temas --"Nocturno de princesa" y "El Oso" de Moris, "Esperame en el cielo", del repertorio de Chavela Vargas, "La bestia pop", de Redonditos de Ricota, "Naranjo en flor", de Virgilio y Homero Expósito, entre otros-- y disfrutando del momento, más relajado que su anterior visita de madrugada a la Muestra. En ese marco, afirmó que si tuviese que mandar al futuro una cápsula conteniendo los mejores momentos de su vida, no dudaría en incluir esta noche. Antes de una versión superlativa de su clásico "Costumbres argentinas" el recuerdo de Miguel Abuelo estalló en sus palabras. "A diez años de su desaparición, al mejor, al querido ... Estuve en España y no encontré otro igual, igual de bailarín, de poeta, igual de simpático, y de canalla en el mejor sentido, de peleador. Nadie sacó pecho como él, nunca más. Miguel se tocaba en los calzoncillos y tenía dos huevos. Siempre hubiera estado cerca de Hebe de Bonafini y de los que luchan."

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