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2 VELEZ: Chilavert; Sotomayor; Zandoná, Pellegrino; C. Husaín, Compagnucci, Domínguez; Pandolfi, Bassedas; Camps, D. Husaín. DT: Eduardo Solari. 0 ESTUDIANTES: Bossio; Testa, Quatrocchi, Azconzábal, Rojas; Zapata, Jiménez, Farías; Más, Galletti, Piersimone. DT: Patricio Hernández. Cancha: Vélez. Arbitro: Roberto Ruscio. Goles: 12m y 66m, D. Husaín (V); Cambios: 21m, Castromán por Compagnucci (V); 64m, Cardoso por Galletti (E); 67m Bardaro por D. Husaín (V); 75m, Cordone por Pandolfi; 76m, Fúriga por Farías (E); 86m Hugo Pérez por Zapata (E). Incidencias: 90m, expulsado Castromán (V).
Genética pura. Hace seis días, River le había ganado el partido hasta el último segundo. Anoche, Estudiantes le había ahogado los pulmones del medio y quitado el aire. En ambas circunstancias, Vélez demostró que, como Víctor Sueiro, tiene sobrevida. Reacciona porque la estela que arrancó en Bianchi y se proyecta hoy en Solari estableció una genética de solidez, de superioridad ante lo adverso, que se dispara automáticamente. Anoche, Vélez venía de sufrir quince minutos de inexactitudes, y medio minuto después de salvarse, sumó el marcador a su tropa con el primer gol de Darío Husaín. Bajo control. No es difícil explicarlo entonces: con el 1-0, Vélez le bajó las pulsaciones al partido --porque ya lo sabe hacer mejor que nadie, y si no preguntarle a River-- y en la medida en que la media de su plantel está más jerarquizada que la de Estudiantes, y su cerebro colectivo funciona más aceitadamente, el partido queda bajo control. Cuando volvieron a invitarlo, se sirvió el segundo. Es cierto que los dos goles respondieron a errores de la defensa estudiantil, pero no le quita mérito a la sangre fría del multicampeón, que aprovecha las chances sin mosquear siquiera. Vértigo. La de Patricio Hernández parece más que una lavada de cara, la cirugía estilística simula haber cuajado hasta el hueso. Estudiantes sueña con ser una máquina de tocar, y de a ratos le sale bien, como contra Colón. Para tres en el fondo --Testa, Quatrocchi, Azconzábal-- usa a Rojas y Jiménez como volantes de contención y completa el cuadrilátero con Farías y Zapata, liberando al Pininito Más para abastecer a los dos delanteros. Con ese esquema que quiere jugar más cerca del arco contrario, que quiere ser atrevido, que pone ganas para encarar, para acariciar la pelota con audacia, Estudiantes hace méritos como para merecer suerte. El drama es que enfrentar equipos de otra madurez colectiva le acarrea un dilema que no pueden resolver los pibes. Y hasta que adquiera la experiencia o la aquilate en los partidos que vienen, Dos goles. El primero nació en una picardía del Rifle Pandolfi, que metió una pelota en profundidad, con la defensa en otra cosa. Darío Husaín fue al mano a mano con Bossio, parecía que el arquero llegaba primero, pero Chiquito se mandó una gran macana, y el rebote le quedó servido al delantero. El segundo nació en una mano involuntaria de Rojas que dejó sólo otra vez a ambos duelistas: Darío pateó muy débil, pero Bossio permitió que la pelota le pasara por entre las piernas hacia la red. El futuro. Los dirigentes de Vélez volverán a reunirse con sus pares de la Fiorentina, la semana próxima en Buenos Aires, para negociar definitivamente el pase de Christian Bassedas, tan requerido por Gabriel Batistuta para las filas violas. Vélez quiere ocho millones pero el presidente Raúl Gámez estaría dispuesto a negociar un porcentaje del pase. En Estudiantes quieren darle solución definitiva al tema Bernardo Romeo, a quien los dirigentes no quieren más en el plantel. Se intentará que el juvenil compre su propio pase o intentarán venderlo en el exterior.
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