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TERMINAN LA EUFORIA, LA LIQUIDEZ Y LA CONFIANZA

Argentina en zona de riesgo

En estas páginas, dos expertos de Londres difieren sobre el grado de riesgo que le cabe a la Argentina en la presente crisis: Verónica Berger piensa que Hong Kong y Brasil muestran frentes de peligro bien reales, mientras Peter West cree que a la larga los inversionistas sabrán distinguir.

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Boris Yelstin recibe al enivado estadounidense y subsecretario de Estado Strobe Talbott

Por Marcelo Justo
Desde Londres

Página/12

en Gran Bretaña


t.gif (67 bytes)  La convertibilidad se consolidó gracias a un estado de euforia de los mercados financieros internacionales, que fueron los que en gran medida financiaron el programa económico de Domingo Cavallo. Según Verónica Berger de Foreign and Colonial Emerging Markets Ltd., la crisis actual marca el fin de esa etapa de ilimitada confianza hacia los llamados mercados emergentes. "En este nuevo marco Argentina es a la vez vulnerable y sólida", puntualizó Berger a Página/12.

--La década de optimismo de los mercados, ¿termina con la crisis asiática?

--A mi juicio sí. Rusia misma se benefició de ese momento especial de los mercados internacionales, que en los últimos diez años tenían una gran liquidez, y que veían todo lo que pasaba en los mercados emergentes como una gran oportunidad. En su momento esto ayudó a disfrazar lo que a mi juicio fue el paso abrupto de una economía planificada a una de mercado, que en Rusia se hizo sin que mediaran reformas políticas y un cambio de mentalidad en la gente, dos procesos que requieren tiempo. Creo que ahora se está pagando el precio de estas fallas que quedaron crudamente expuestas con la crisis asiática. Esta marcó un cambio en la actitud de los inversores: hay menos optimismo, miran con lupa el estado real de las economías. Los 10 años previos de liquidez y euforia terminaron. Y ahora se ve lo que queda. Creo que hubo grandes fallas en el liberalismo reinante. Hubo excesivo endeudamiento, las reformas no llegaron a los estratos bajos y, en muchos casos, a los sectores medios de la sociedad. Todo esto crea fuertes vulnerabilidades. Y se ven las consecuencias. En este momento hay un estado de pánico total. No hay nadie que compre mercados emergentes.

--¿A quién va a afectar más esta crisis?

--La crisis es de contagio. Hong Kong y Brasil son dos puntos peligrosos de contagio para Argentina. El primero porque si cae la convertibilidad de Hong Kong se produciría de inmediato una disparada sobre el peso en Argentina, no debido a su situación macroeconómica sino al estado mental de los inversores, que equipararán una situación con la otra. En el caso de una devaluación brasileña, por el impacto que ésta podría tener en la economía nacional.

--Además de este riesgo de contagio vía Hong Kong y Brasil, ¿cómo se evalúa la situación actual de Argentina?

--Por su exposición externa y las amortizaciones muy altas de la deuda que tiene en este año y el próximo es vulnerable. Pero lo es menos que otros países porque tiene liquidez y un sistema financiero sólido y ordenado. El impacto en la economía se va a agudizar en esta segunda mitad del año.

--¿Tienen fin estas crisis financieras o se van a seguir desplazando, como viene ocurriendo desde la debacle tailandesa el año pasado?

--Nadie lo sabe. Intuyo que habrá un reacomodamiento de los mercados, con un nuevo enfoque global. Por el momento los mercados buscan posiciones defensivas: o en cash o en bonos. Cuando se calme el pánico se hará una nueva evaluación por regiones y países por sus propios méritos.

--Pero el hecho de que las crisis se repitan y desplacen no indica una insuficiencia del sistema. En otras palabras, esta famosa globalización, ¿no requiere una regulación?

--Es imposible regular los mercados financieros. Hoy en día, con la Internet y con todos los medios electrónicos que hay para realizar operaciones financieras, cualquier intento de regulación fracasaría. No se puede regular la información y los mercados funcionan con información.


"Argentina no es lo mismo que Rusia o Indonesia"

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Por M. J.

t.gif (862 bytes) En estos días de pánico de los mercados internacionales, Peter West, economista jefe de BBV Securities (Banco Bilbao Vizcaya) en Londres, mantiene un moderado optimismo respecto del impacto que la crisis tendrá en Argentina. "El efecto vodka se hará sentir, pero a largo plazo los mercados distinguirán entre países. Y hay una gran diferencia política y económica entre Argentina, y Rusia o Indonesia", indicó a Página/12.

--¿Se puede evitar un colapso total en Rusia?

--Yo creo que ya estamos viendo un colapso total en Rusia. A corto plazo es muy difícil ver una salida. Hay un colapso en la confianza en el país. Es como los peores momentos de América latina en los 80. O peor. Rusia necesita reestablecer la confianza de los inversores volviendo a un programa de reformas económicas, pero parece que en este momento no existen las condiciones políticas para hacerlo. La experiencia latinoamericana de los 80 indica que cuando uno se encuentra con una crisis de este tipo se tarda muchos años en salir.

--¿Puede hacer algo el FMI para controlar la crisis?

--El Fondo se encuentra en una situación muy difícil. Por un lado debe exigir que Rusia adopte medidas que no puede tomar por razones políticas. Pero, si dejan de desembolsar para paliar la crisis, el problema financiero del país se complicará más y pueden suspender los pagos sobre otras obligaciones externas que tienen.

--¿Quién se ve más afectado a nivel mundial por esta crisis?

--Rusia tiene poco comercio con el mundo. El peligro es más bien el contagio a nivel financiero que está ocurriendo no sólo a nivel de los mercados emergentes sino también de los desarrollados. Pero éstas son cosas a corto plazo. Una especie de shock y de pánico en algunos casos.

--En el caso de Alemania, su exposición financiera con Rusia es mayor. ¿Qué pasa en caso de una debacle?

--Ningún banco alemán está bajo peligro de insolvencia. Eso sí, caerán las precios de las acciones de los bancos. Pero hay que tener en cuenta que los precios de las acciones habían aumentado mucho previamente, de modo que se trata sobre todo de un ajuste. En Alemania la Bolsa aumentó un 18 por ciento durante el año.

--¿Qué impacto puede tener esta crisis en los mercados emergentes?

--Es el efecto vodka. Una nueva caída en los precios de las acciones y lo bonos. Pero hay una gran diferencia económica y política entre Indonesia y Rusia por un lado, y Argentina y Brasil por el otro. Cuando vuelva la calma, los mercados lo van a tener en cuenta.

--Es lo que se viene diciendo desde que la crisis empezó el año pasado en Tailandia: que son casos individuales.

--Hay que distinguir entre tensión, presión y crisis. Los países del Mercosur están sufriendo presiones, pero eso no quiere decir que va a haber un colapso. Va a haber un crecimiento más lento de las economías pero no una crisis porque los fundamentos económicos y políticos son sólidos. De todos modos reconozco que nadie pronosticó hasta ahora que la crisis que empezó en Tailandia se iba a extender de esta manera.

--¿A qué se debe?

--No sé. Es algo muy nuevo. Se dice que es la globalización y el movimiento gigantesco de capitales. Creo que va a haber que esperar al fin de la crisis para evaluar exactamente qué pasó.



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