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“Más que del Che, yo soy de los de Perón y Evita”

El líder del grupo de rock Almafuerte, Ricardo Iorio, dice que la fecha del show de mañana en Parque Sarmiento no fue elegida a propósito pero se reivindica como admirador del peronismo histórico, “no esto”.

Derecho: “No creo en los discos a beneficio. Creo que habría que meter presos a los que organizan discos donando las regalías, que es el derecho del músico”.

Vereda: “A los Bee Gees nunca les di pelota, era otra cosa. Era la música de la gente que compra una revista para saber qué cosa tiene que escuchar”.

Ricardo Iorio se define como “un referente, nunca un educador”.
Mañana estarán de invitados Gieco, Mollo y Arnedo, entre otros.

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Por Esteban Pintos

t.gif (67 bytes) Ricardo Iorio es, o debería ser, el abanderado de los humildes del rock argentino. No suena antojadizo ni grandilocuente si se tienen en cuenta algunas cosas. Entre otras, que es sinónimo de metal pesado argentino –el género que, junto con los ritmos tropicales, comparte el gusto de las clases media y baja de los conglomerados urbanos– desde comienzos de los ochenta, primero con los míticos V8, después con Hermética y ahora con Almafuerte. En esos años, Iorio cimentó su leyenda a base de furibundas canciones metálicas con letras que son crónicas suburbanas. Que hablan de levantarse a las cinco de la mañana para tomar el tren, de calles de tierra, de injusticia social, de policía maldita. Un rock al que no le avergüenzan los calificativos nacional y popular. Será por eso que el hombre que hoy tiene 35 años encarna para su público, según él, “el tipo de héroe que para los pibes era Karadagian o Rubén Peucelle”, aunque prefiere que se lo tenga en cuenta como “referente”. Polémico siempre (“yo tendría que hablar de música, y siempre termino mandándome alguna”) y rotundo en sus apreciaciones, Iorio habló con Página/12 sobre el próximo show grande de su banda (mañana en Parque Sarmiento, con la participación de Ricardo Mollo, Diego Arnedo, Flavio Cianciarulo, León Gieco, Rubén Patagonia y varios cantores indios), sobre la significación de la fecha elegida, sobre los discos benéficos y los ídolos populares de la Argentina que siempre vuelven: Sandro y Palito Ortega.
–Almafuerte toca el 17 de octubre, una fecha especial en la historia argentina. ¿Usted es peronista?
–No, no tiene nada que ver. Esa fecha me la dio la empresa productora de los recitales en ese lugar. Bueno, sí me sorprendí cuando me confirmaron esa fecha porque tiene más relación con lo que uno emite. No me declaro peronista porque no estoy afiliado ni lucho por un partido ni defiendo sus bases, pero más que los del Che, yo soy de los de Perón y Evita.
–En la letra de su último CD (“Ser humano junto a los míos”) usted canta “Hembra Eva Duarte, macho Juan Perón. Dupla guerrera argentina”...
–Sí, los menciono como los que hicieron cosas por el pueblo, y que estos, los que hoy están usando aquellos estandartes, hacen lo opuesto, a eso se refiere la canción. Y también dice que si hoy no tenés para pagar un abogado, te quedás tras las rejas y andá a cantarle a Gardel.
–¿Esta relación tiene que ver con el público que lo sigue?
–Sí, con la gente que se identifica con este género musical en la Argentina. Porque en otras partes del mundo y de Latinoamérica, la clase media-baja no escucha esta música. Los hijos de los ricos escuchan esta música. Yo creo que es una casualidad eso del 17 y bueno, bienvenido sea, porque nosotros no elegimos la fecha. A nosotros jamás nos pagó ningún partido, no sólo el peronista, nunca –y siendo Almafuerte, una banda que representa a la gente de clase baja– nos pagó un municipio, como sí lo hicieron con grupos de otros países.
–¿Qué opinión le merecen los grupos de rock que hoy en día tienen una actitud contestataria en su discurso y en sus canciones?
–Todo cae por su propio peso.
–¿La gente se da cuenta?
–No me importa si la gente se da cuenta. Yo no toco para toda la gente, toco para las personas que les gusta mi género. Hay tantas pelotudeces que tienen éxito, por eso viene a colación esa frase que dice “el que te dijo que la vida es justa, se equivocó, te mintió...”.
–Los que siguen a su banda, ¿cree que en algún momento pueden llegar a tomar alguna acción para cambiar su situación social, o la música es simplemente una salida para ellos?
–Puede ser que busquen un escapismo, aunque no es una música tan escapista. Pero hay muchos pibes que me siguen de chicos y que hoy sonhombres que se han recibido de licenciados de leyes y me vienen con proyectos como elevar al Congreso un petitorio para cambiar el nombre de la provincia de Santa Cruz por Neuechén, porque la cruz no es santa, jamás fue santa... Es hora de mover ese tipo de cosas. Hay otros que se han hecho arqueólogos o geólogos, y siguen organizando mis conciertos.
–Entonces, ¿usted se considera un “educador” de su público?
–Soy un referente, no un educador. Desde el nombre de esta agrupación cumplo un rol de referencia. Mostrar quién era Almafuerte: mi banda no se llama Fear Load o alguna cosa así, se llama Almafuerte, que es una palabra típica de nuestra nación.
–¿Siente que se queda solo en esta posición? ¿La gente de su generación ya no se interesa en esas cosas?
–A la gente de mi generación no le gusta mi música. La gente de mi generación no viene a mis conciertos.
–¿Qué escucha la gente de su generación, a los Bee Gees? Ellos tocan el mismo día que Almafuerte...
–No, escuchan rock and roll, blues. Y a los Bee Gees nunca les di pelota, era otra cosa. Era la música de la gente que quería saber qué cosa tiene que escuchar, yo jamás fui de los que compran una revista para saber qué me tiene que gustar. Siempre me gustó lo que a nadie le gustaba, y fue un beneficio, porque los discos que a mí me gustaban estaban de oferta...
–¿Siente que hay desprecio por la música que usted hace?
–Pero por supuesto. El que anda con la verdad siempre está en soledad. Siempre las grandes personas murieron en la miseria.
–¿Y qué músicos argentinos andan con la verdad?
–José Larralde, indiscutiblemente. También Rubén Patagonia y León Gieco, porque siempre mantuvieron una línea. Esos son tipos que andan con la verdad y que están en soledad, aunque no se lo demuestren. Por ejemplo, tiene muchísima más difusión y aceptación masiva Luis Miguel que León Gieco. A tipos como León lo perseguían y le cortaban el pelo, pero siempre siguió en la suya y la gente del pueblo eso lo sabe... Esa gente que no vive una situación económica o no tiene una formación social como para asistir a un concierto o comprar un disco. Porque está acostumbrada a que el pobre tiene que comerse un asado y quedarse en su casa, y si hay un mango dárselo a los pibes para que vayan a la milonguita.
–¿Y Sandro?
–Un genio. Un tipo que aprecio mucho, alguien que nunca frenó y siempre se mantuvo en una línea.
–¿Hay alguno más?
–Debe haberlo, que me perdone el que me olvido en este momento... Siempre hubo un doblete en nuestra nación: Sandro y Palito Ortega. Yo me quedo con Sandro hasta la argolla, hermano. Sandro jamás hizo películas de vigilantes. Hizo de gitano, de payaso de circo, pero de vigilante nunca... Que el que hizo películas de vigilantes me venga a tirar por el lomo que tengo que votarlo...
–¿Le da miedo la posibilidad de que Palito Ortega sea presidente?
–No me da miedo. Miedo no me da nada, y ni hablo de política porque yo no agarro un chumbo. Escribo, documento mi presente inmediato. Lo demás ni me importa. Si no, sería político.
–¿Pero si a Palito Ortega lo eligen es porque el país está muy mal?
–No sé, nunca estuvimos muy bien. Creo que sería una de las pocas veces en que tendríamos un presidente argentino, ¿no? Eso no se lo puedo discutir, porque creo que si su hijo se muriese no lo enterraría en el cementerio de los mahometanos. ¿Nos entendemos?
–¿No lo invitaron a participar del disco para los indios tobas que produjo Javier Calamaro?
–No, para nada... Por supuesto que no. Debe ser para los indios tobas que son cristianos. Yo no creo en ningún beneficio de los discos a beneficio de algo. Y creo que habría que meter presos a todos los que organizan discos donando las regalías, que es el derecho del músico. El que organiza un disco a beneficio tiene que dar la ganancia, no el derecho del autor. Suficiente con que el autor cante y toque.
–Pero lo invitan a participar en fiestas o protestas indígenas...
–Al contrafestejo del 12 de octubre no pude ir porque estábamos tocando en Mendoza. Pero sí, me invitan a un montón de lugares y estoy muy contento por eso. Voy a esos lados, jamás pisé el Hard Rock Café.
–¿Por qué no lo convocaron al concierto por los veinte años de las Madres de la Plaza de Mayo?
–Según Sergio Shocklender, que es un amigazo, ciertos detractores míos le dijeron que estaba en Chile. Sí, estaba en la calle Chile y Bermúdez.

 

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