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EN SANTIAGO SE SUCEDIERON LAS MARCHAS DEL SI Y DEL NO A LA DETENCION DEL EX DICTADOR
Gritá con ganas, Pinocho está en la cana

En las calles de Santiago compitieron con sus manifestaciones la izquierda y la derecha, y la policía reprimió a ambos. Entre tanto, gobierno, pinochetistas, militares y oposición izquierdista planean cada uno su estrategia sobre el futuro de Pinochet.

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En Santiago de Chile el pinochetismo no es cuestión de edad.
Por primera vez la derecha también enfrentó carros hidrantes.

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Para los que no tuvieron en Chile el juicio o las comisiones de verdad que deseaban, la detención fue tan sorpresiva como feliz.
Por las calles se divertían cantando "Pinocho reculeao" o "El que no salta es Pinochet", esperando la sorpresa de los hidrantes.


Por Luis Bruschtein
Enviado especial a Santiago de Chile

t.gif (862 bytes) "¡Es carnaval, es carnaval! el proceso al criminal", cantaban anoche miles de muchachos por la Alameda Libertador Bernardo O'Higgins y las calles aledañas en todo el sector céntrico. Mucha gente, empleados y oficinistas, se les sumaba en los festejos. Cuando llegaban los hidrantes con los guardias de infantería y los gases picantes se producían estampidas con cientos de personas huyendo. Pero mientras corrían todos se reían. Era como si la represión se hubiera sumado a la fiesta. Al rato, los jóvenes reaparecían en otra esquina y recomenzaba el festejo.

El acto había comenzado a las 19, hora local, en la Plaza Italia, sobre la Alameda, pero bastantes cuadras alejado de La Moneda. Serían unos cinco mil jóvenes con pancartas de la Juventud Comunista, Partido Humanista o Movimiento por la Dignidad. Gran parte de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, que hubiera querido festejar, prefirió no hacerlo por temor a la fuerte polarización que genera el tema de la detención de Augusto Pinochet. Pero eso motivó que se sumara mucha gente cada vez que se armaba un grupo de jóvenes que ya venía mojado y gaseado de otra esquina. Otros miraban en silencio, o se mantenían en los cafés y restaurantes sin siquiera prestar atención a lo que sucedía. Y muchos también observaban con cara de disgusto.

Pero la calle era de los muchachos que se divertían con el agua de los hidrantes y los gases y gritaban "¡Pinocho reculeao!" o "¡El que no salta es Pinochet!", provocando el festejo de algunos transeúntes. "Gritá, gritá con ganas, Pinocho está en la cana!", se desgañitaban hasta que el hidrante aparecía de sorpresa como un juego y todo el mundo salía corriendo, sobre todo cuando los grupos comenzaron a aparecer por peatonales al estilo de Florida. Corrían señoras con peinado de peluquería, señores de traje y corbata y dos estatuas de los reyes de España. Las dos estatuas iban a la velocidad de la luz y dejaban marcas blancas en el piso porque chorreaban pintura con el agua.

La represión había comenzado cuando los participantes del acto en Plaza Italia intentaron manifestar por la Alameda para llegar hasta la Cancillería. Llevaban un cartel que decía : "Gracias Lady Di por el favor concedido" y otro más grande : "La alegría del pueblo es la vergüenza del gobierno". Avanzaron una cuadra y fueron detenidos por la Guardia de Infantería. Desde la columna contestaron con piedras y pintura amarilla y roja --supuestamente por los colores de la bandera de España-- y allí intervinieron los hidrantes y lanzagases. Una parte logró sobrepasarlos y avanzar y otro grupo grande se quedó en la plaza. Los pequeños actos comenzaron a extenderse por la Alameda hasta el cierre de esta edición. En distintos incidentes se produjeron disparos de armas de fuego y bombas molotov contra un vehículo policial y habría varios detenidos.

A la mañana unas cien señoras muy paquetas habían manifestado frente a las embajadas de España y de Gran Bretaña para expresar su repudio por la detención del anciano ex dictador. Las sedes diplomáticas están en la zona de Las Condes, a sólo dos cuadras de distancia, en un equivalente de lo que sería avenida Libertador a la altura de Palermo. Las señoras, todas impecables, estaban encabezadas por la senadora Evelyn Mathei, de la derechista Unión Democrática Independiente y las diputadas también derechistas Pía Guzmán y Rosa González. Las señoras llevaban banderitas chilenas e hicieron una sentada sobre la avenida Apoquindo. A los carabineros que custodian las embajadas les dieron besos y les hicieron cosquillas. Por la noche, mientras en el centro festejaban la detención de Pinochet, un grupo de unos cincuenta jóvenes de la zona arrojaron piedras y huevos contra las embajadas, los autos y ómnibus que circulaban. También hubo enfrentamientos con los carabineros y se produjeron detenciones.

Al mediodía otra marcha de la Asamblea de los Derechos Humanos y la Comisión Intersindical pidió la renuncia del canciller José Miguel Insulza por la ayuda que el gobierno presta a Pinochet. También hubo festejos en los tribunales y marchas estudiantiles más chicas.

Los legisladores de la derecha se declararon en huelga en protesta por la detención del ex dictador y los intendentes de las localidades de Providencia y Las Condes quitaron los estacionamientos de las embajadas de España y Gran Bretaña y ordenaron que no se levante la basura de las sedes diplomáticas. Pero el intendente de Pudahuel les ofreció un camión basurero para evitarles el problema.

En el gobierno y la alianza política de socialistas y demócratas cristianos se plantea una amplia gama de posiciones. Desde el apoyo incondicional de la posición del presidente Eduardo Frei de defender la inmunidad diplomática de Pinochet, hasta sectores socialistas que reconocen el derecho de España de juzgar al dictador, pero no se oponen a la decisión del gobierno. Entre esas dos posiciones se mueven los dos precandidatos, el socialista Ricardo Lagos y el democristiano Andrés Zaldívar.

 


 

LOS PINOCHETISTAS SE REPROCHAN ENTRE SI LA DETENCION DEL TATA
Yo traiciono, tú traicionas, él cae

Por LB  desde Santiago de Chile

t.gif (862 bytes) El fiscal auditor general del Ejército, general Fernando Torres Silva, que hasta ayer gozaba del dudoso privilegio de pertenecer al entorno de Augusto Pinochet, se ha convertido ahora en la misma imagen de la traición para los amigos del viejo ex dictador chileno, que lo acusan de ser el responsable de haberlo enviado "a la boca del lobo". Se ha hablado de las diferencias que debe afrontar la coalición de gobierno a partir de la detención del senador vitalicio en Gran Bretaña, pero lo cierto es que el desconcierto de la derecha pinochetista ha comenzado a provocar algunas grietas profundas.

La ex ministra de Justicia, Mónica Madariaga, fue la más dura al acusar al general Torres, pero también desde el seno del Ejército se escucharon voces que apuntaban responsabilidades en el entorno pinochetista. "En una opinión muy personal, creo que hubo una falla en asesoría, son cosas que se pueden prever y hay que evitarlas", expresó muy circunspecto el brigadier general Hernán Ramírez, comandante de la Tercera División del Ejército, el primer alto oficial que hizo un comentario público sobre la situación de su ex comandante en jefe. El brigadier general dio su respaldo a las declaraciones del presidente Eduardo Frei.

Según Madariaga, el general Torres quebró la línea que se había impuesto el pinochetismo de negar jurisdicción a la justicia española, y viajó a Madrid para presentar documentación favorable a Pinochet ante el juez Manuel García Castellón, quien tenía a su cargo la causa por los ciudadanos españoles desaparecidos durante la dictadura en Chile. A su regreso, Torres se entrevistó con Pinochet para asegurarle que el juicio estaba clausurado. Lo que el general fiscal auditor general del Ejército no había tenido en cuenta eran las derivaciones de la otra causa que llevaba el juez Baltasar Garzón.

A principios de setiembre, el anciano dictador estaba abatido por los dolores de columna. Por lo menos una vez por semana asistía al Hospital Militar a practicarse controles y medicarse, pero los agudos dolores que sufría no disminuían pese a los fuertes sedantes. Finalmente debió decidir entre no operarse y quedar postrado en una silla de ruedas o consultar otra opinión en el extranjero.

A partir de esa decisión comenzaron las gestiones y trámites a cargo de sus partidarios y amigos que gracias a la Constitución de 1980 manejan puestos claves y tienen los suficientes privilegios como para garantizar que la suerte de su líder no quedara en manos de los partidos democráticos del gobierno.

La derecha pinochetista, cuya actitud cultural es similar a la de los antiperonistas más recalcitrantes de la Argentina de varias décadas atrás, transformó en indignación el primer momento de desconcierto. Y la indignación aumentó por la impotencia. La vía diplomática está prácticamente agotada, entonces discuten opciones políticas y jurídicas, pero cualquiera de estos caminos implica mucho tiempo. El veterano senador demócrata cristiano, Gabriel Valdez, dijo que estaba dispuesto a defender los derechos del senador vitalicio, "pero me opongo --agregó-- a que esto se discuta como si Pinochet fuera una persona intocable".

La poderosa Confederación de la Producción y el Comercio, un equivalente de la UIA argentina, se reunió para discutir la situación. Sus dirigentes emitieron declaraciones de apoyo a Pinochet, pero al mismo tiempo advirtieron que no se pueden tomar medidas contra las relaciones económicas de Chile con España y Gran Bretaña. Al parecer, la vía por la que empieza a inclinarse la derecha es poner el acento en el estado de salud del ex dictador y muchos de los medios locales han planteado esta información en términos dramáticos.

 


 

LAS CAUSAS POR CHILE Y POR ARGENTINA SE REUNEN
Todos los caminos van a Garzón

Por José Yoldi Desde Madrid

t.gif (862 bytes) El juez de la Audiencia Nacional española Manuel García-Castellón decidió ayer martes inhibirse en favor de su compañero, el magistrado Baltasar Garzón, en el caso que instruía contra el ex dictador chileno Augusto Pinochet por delitos de genocidio y terrorismo presuntamente cometidos en Chile. García-Castellón argumentó que el delito de genocidio es único y que Pinochet no puede ser juzgado por ese cargo primero por hechos cometidos en Argentina y, luego, por los cometidos en Chile. Como Garzón inició su proceso algunos meses antes, él debe ser quien se haga cargo de las causas.

García-Castellón comunicó su decisión al fiscal y a las partes en el proceso y al presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger.

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, anunció ayer martes que recurrirá la decisión, aunque agotará el plazo legal de tres días para hacerlo. No obstante, fuentes de la Audiencia señalaron "en el momento en que aparece el 'Operativo Cóndor', no tiene sentido que haya dos sumarios" y agregaron que la decisión de García-Castellón es ejecutiva, aunque el fiscal puede recurrirla.

El auto dictado por García-Castellón destaca que la causa que él instruía se inició el 5 de julio de 1996, tras una denuncia de la Asociación Progresista de Fiscales y una querella de la Fundación Presidente Allende, por delitos de genocidio y terrorismo contra Augusto Pinochet, José Toribio Merino, Gustavo Leight, César Mendoza, Fernando Matthei y Rodolfo Stange, entre otros.

Sin embargo, precisa que el sumario que tramita Garzón se inició como consecuencia de una querella presentada por la Asociación Argentina de Derechos Humanos de Madrid e Izquierda Unida, también por delitos de genocidio y terrorismo por los desaparecidos en Argentina entre 1976 y 1983, contra Jorge Rafael Videla y 95 militares más. Esta querella fue admitida el 10 de junio de 1996, es decir un mes antes que la del juzgado de García-Castellón. El hecho que conecta ambos casos es que Pinochet figura como denunciado a raíz del "Operativo Cóndor" y que la investigación que sigue Garzón se amplió a los acuerdos entre los denunciados que "tenían como finalidad llevar a cabo de manera concertada actividades tendientes a la eliminación de personas y grupos de personas por razones diversas, entre ellas las ideológicas". El elemento común de ambas investigaciones, según el auto de García-Castellón, es "la aparición en ambas, como denunciado, de quien ostentó la máxima responsabilidad en Chile en el período indicado, el general Augusto Pinochet".

El pleno de la Sala en lo Penal se reunirá la próxima semana para pronunciarse sobre la competencia española para enjuiciar los casos de genocidio en Chile y Argentina. El fiscal Pedro Rubira, por su parte, recurrió el primer auto de Garzón y pidió su nulidad por falta de competencia y porque no se le notificó la orden de detención internacional.

 

Los amigos americanos

Según publicó ayer el diario inglés The Guardian, "se sabe que Estados Unidos está ejerciendo presión para que el general Augusto Pinochet no sea extraditado a España para enfrentar cargos de tortura y genocidio por temor a lo que pudiera emerger sobre el rol de los Estados Unidos en el golpe que lo colocó en el poder. Se sabe que Estados Unidos está presionando al gobierno para que no ayude a la extradición. Estados Unidos fue importante porque proveyó consejeros para ayudar al general Pinochet antes y después del golpe, y en su subsecuente rol 'contrasubversivo'. Hubo alrededor de 400 asesores norteamericanos prestando ayuda al general Pinochet". The Guardian declinó citar fuentes para sus afirmaciones.


El abogado de Pinochet

Por J. Y.

El alcalde de Santiago de Chile (no elegido democráticamente) Nicolás Monckeberg, del pinochetista Partido de Renovación, aseguró que el fiscal jefe de la Audiencia Nacional española, Eduardo Fungairiño, le había garantizado en una reunión celebrada en Madrid que todo el procedimiento que se sigue en España contra el ex dictador es ilegal. Fungairiño informó a Monckeberg que en el auto de detención dictado por Baltasar Garzón "había citas copiadas literalmente del informe Reting" y que, por lo tanto, a juicio del fiscal jefe de la Audiencia, se refiere sólo a delitos que pueden ser juzgados en Chile. Monckeberg, que se refiere a Fungairiño como "el experto fiscal español", reveló que Fungairiño le mostró un documento de 18 páginas en el que razona los fallos en los sumarios seguidos en España y que criticó con dureza a los jueces Garzón y Manuel García-Castellón. En medios jurídicos españoles han sorprendido estas declaraciones de Monckeberg, pues consideran poco elegante que el fiscal jefe de la Audiencia pase antecedentes legales a un miembro de la ultraderecha chilena y critique ante él la actuación de dos jueces españoles. Fuentes de la acusación particular y popular aseguraron a El País que con estas actuaciones "Fungairiño no para de retratarse como lo que es: el abogado de Pinochet en España".

 


 

EN ESPAÑA ANALIZAN COMO SERIA LA EXTRADICION
Extraditar es humano pero difícil

Por Manuel Pereiro desde La Coruña

t.gif (862 bytes) El fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, aseguró que "está en estudio" la posición de su departamento sobre una posible petición de extradición de Augusto Pinochet. "En Chile hubo unos crímenes bárbaros, horrendos, y me quedo corto, que quede claro. No apoyo ni dejo de apoyar el recurso (contra el arresto del ex dictador chileno) del fiscal jefe de la Audiencia Nacional. Desde hace dos años, la fiscalía está de acuerdo con la postura del señor Fungairiño por razones que ya explicamos en su momento, pero este asunto es nuevo, no se había planteado la extradición", señaló Cardenal ayer martes en La Coruña.

El fiscal general afirmó tener también para estudio la petición de la Unión Progresista de Fiscales acerca de que los fiscales de la Audiencia Nacional Fungairiño, Rubira y Peláez sean apartados de la tramitación de los sumarios de Chile y Argentina: "Lo han pedido, pues bien, lo estudiaré, pero la abstención es una cosa regulada y habrá que ver si es ajustada o no". Cardenal atribuyó el retraso en el análisis del caso Pinochet por parte la fiscalía general del Estado a que "nos enteramos de una forma un tanto sorpresiva", pero negó que eso vaya a suponer "ningún tipo de demora" en el procedimiento.

Jesús Cardenal quitó sin embargo importancia al argumento del recurso de la fiscalía de la Audiencia de que debería ser el Tribunal Supremo el órgano judicial que interviniese en la causa contra el ex dictador detenido en Londres. "Se ha planteado que sea el Supremo por reciprocidad, porque Pinochet es senador en su país y aquí tendría la condición de aforado, pero eso no tiene mayor alcance", comentó. Tampoco le ve mayor gravedad a la petición de Izquierda Unida de que comparezca en el Parlamento.

Apenas media hora después de la comparecencia de Cardenal ante los medios de comunicación, el alcalde coruñés, el socialista Francisco Vázquez, recordaba a los mismos interlocutores que "el fiscal general del Estado refleja los criterios del gobierno, que asegura que va a respetar la ley. Aquí hay personas en la cárcel precisamente por ese respeto del gobierno a la ley. Lo malo de ser presidente es que es algo más que andar de cumbre en cumbre, y hay que pronunciarse cuanto antes".

 


 

Menem promete darle una mano a Frei

Como vocero presidencial en el caso Pinochet, Di Tella dijo que la Argentina "será solidaria" con lo que resuelva hacer Chile.

Carlos Menem y su colega Eduardo Frei, en uno de sus últimos encuentros. Todos para uno.
Di Tella justifica la solidaridad en presuntos principios anticolonialistas.

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t.gif (862 bytes) "La Argentina será solidaria con lo que Chile decida", adelantó ayer el canciller Guido Di Tella, y se remontó a la época en que "las naciones fueron colonias" para explicar el rechazo a la doctrina de extraterritorialidad de la que se tomó el juez español Baltasar Garzón para ordenar el arresto del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Pero no es esa la única razón del alineamiento del gobierno de Carlos Menem con Chile: Garzón es el mismo magistrado que pidió la captura de decenas de militares argentinos acusados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, quienes correrían la misma suerte que su camarada chileno si salieran del país. "No deberían detenerlos, es cosa juzgada", reiteró el ministro del Interior, Carlos Corach, por si quedaban dudas de lo que hará la administración de Carlos Menem llegado ese caso.

Di Tella anticipó la posición que asumirá el Gobierno al ser consultado por periodistas ingleses sobre el arresto de Pinochet en Londres. Dijo que la Argentina "será solidaria" con lo que decidan los chilenos, aunque evitó precisar en qué consistiría esa "solidaridad". Tampoco abandonó la estrategia de diferenciación con Chile que desplegó el oficialismo: repitió, en forma textual, las palabras de Corach acerca de que "ése es un problema de Chile, Inglaterra y España" y sostuvo que la Argentina "propicia el respeto a los derechos humanos, pero también que se haga justicia".

Sobre las razones del alineamiento con Chile, Di Tella nada dijo de las órdenes de captura libradas contra asesinos y torturadores argentinos por el juez Garzón, el mismo que pidió el arresto de Pinochet. Explicó que "las naciones que fueron colonias, como Argentina y Chile, tienen una enorme sensibilidad en relación con la justicia extraterritorial porque durante siglos se aplicaron códigos de ultramar". En tren de justificaciones, recordó que "éramos juzgados por jueces de la potencia imperial" y señaló "ahora los países que se independizaron no reconocen ese criterio y creemos que debemos ser juzgados por nuestros propios jueces". "Para evitar irritar esa sensibilidad" Di Tella consideró necesaria la creación de una Corte Internacional, como lo "viene impulsando" Menem.

Corach, en cambio, no fue tan atrás en el tiempo, cuando al salir de su casa los periodistas le preguntaron si Jorge Videla podía ser detenido en caso de salir de Argentina. "No puedo afirmar ni negar, lo que digo es que no debería", manifestó acerca de esa posibilidad. "Lo que estamos señalando --agregó-- es que el principio del respeto se basa en los principios de cosa juzgada. Si usted comete un delito en la Argentina, es juzgado en la Argentina y no puede ser juzgado por ese mismo delito en ningún otro lugar."

 

DOS INICIATIVAS

La ronda...

La habitual ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo alrededor de la Pirámide tendrá mañana un motivo especial. La Asociación Madres de Plaza de Mayo informó que la marcha se realizará en repudio al "máximo responsable del genocidio chileno", Augusto Pinochet, y en apoyo al pedido de extradición realizado por el juez español Baltasar Garzón.


...y la placa

Representantes de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires descubrieron ayer en la plaza República de Chile una placa en homenaje al ex presidente chileno Salvador Allende por los 25 años de su muerte. "Fue forjador de una fuerte alianza entre estudiantes y trabajadores y de un proyecto nacional de transformación social, dentro de la legalidad, la libertad y con sentido pluralista", dijo el legislador aliancista Fernando Finvarb.

 


 

Justicia imperial
Por Federico Polak *

Juristas, diplomáticos y politólogos han celebrado una nueva exteriorización del proceso de globalización que --detención de Augusto Pinochet mediante-- ya no será sólo financiera y cultural, por caso, sino también judicial. Quienes luchamos por la restauración de un sistema de vida en libertad --al menos eso-- en épocas de dictaduras monocordes en Latinoamérica, desde distintas militancias en la APDH, tal vez ni siquiera intuimos que el Norte, propulsor otrora de aquellos regímenes en el Sur, iba a impulsar ahora el juzgamiento en sus tierras y por sus tribunales de quienes cometieron delitos de lesa humanidad.

La miga del tema no está en la discusión acerca de si torturadores y criminales de variada índole deben pagar por sus crímenes (sólo los fascistas y stalinistas se opondrían a ello), sino en preguntarnos si nuevamente, en versión modernizada y globalizada, se procura regir nuestros destinos: una vez nos dijeron de aplastar al comunismo con regímenes de fuerza; después nos enseñaron las virtudes de la democracia. Siempre nos impusieron el subdesarrollo, división internacional del trabajo mediante. En general les hicimos caso, nos compramos las modas: aplaudimos, consecuentemente, golpes de Estado, mundiales de fútbol, carnavales bélicos, etcétera, hasta que uno de ellos nos convirtió en una rareza: la única democracia no surgida de pactos entre represores y políticos. Las demás fueron democracias rengas, sin posibilidad de juzgar atrocidades (Brasil, Chile, Uruguay).

En el tema de Pinochet, Inglaterra ha levantado altanera la bandera de los derechos humanos, con el beneplácito de Estados Unidos. Lo había hecho también en 1982, con Malvinas, aprovechando la insensatez de nuestro general de turno. Y antes, en el siglo XIX con la diplomacia del marinero herido, que fue su constante para presionar a los países débiles, con reclamos absurdos, bloqueos y decomisos, "todo en nombre de los derechos humanos, la libertad de navegación o de comercio y otros principios elevados a la categoría de dogma de derecho internacional", José María Rosa dixit. La Argentina sufrió el bloqueo del puerto de Rosario por la cañonera "Beacon", simplemente porque el canciller Bernardo de Irigoyen se negó a aceptar la prepotencia de un reclamo diplomático por una cuestión bancaria que, una vez superada, se aconsejó mantener "en vista del efecto que un barco de guerra ejerce en esa gente" (Foreign Office 6/345).

Los delitos de lesa humanidad comprenden también la ruptura de cables submarinos, la trata de blancas, el tráfico de estupefacientes. El genocidio sólo se incorporó a la lista después del horror nazi. En el futuro, tal vez, se creen otros. No se necesita mucha imaginación para prever un Norte enjuiciando a políticos del Sur que quizá lo merezcan o que sólo cometieron el pecado de defender intereses nacionales o regionales. Sería ingenuo pensar que otros Noriegas no terminen poblando las cárceles norteamericanas, pero sería absurda la utopía de que algún dirigente del Norte terminase en una prisión del Sur.

Recientemente, dos diputados han propuesto que la corrupción argentina sea investigada por norteamericanos. A esta extranjerización de una facultad indelegable, la sigue ahora el elogio entusiasmado por la extranjerización de la Justicia, con fiscales españoles que advierten que a las condenas impuestas a los comandantes en procesos ejemplares, pueden seguir otras a dictarse en aquellos lares. Giovanni Sartori se ha escandalizado con la perspectiva, pero los ordinarios seguidores de modas no, pues no piensan más allá de la coyuntura. Resulta antipático oponerse a un nuevo juicio a Videla y Massera, pero, que se sepa, lo antipático es infinitamente menos peligroso que no advertir sobre tristes consecuencias en las jóvenes democracias que se ven obligadas a replantear cuestiones que se resolvieron políticamente --con madurez-- en el momento histórico correspondiente.

 

* Vocero de Raúl Alfonsín. Miembro de la Mesa Directiva de la APDH.

 


Un futuro cercano
Por Marta Vázquez *

Frente a la medida tomada por la Justicia británica, que no reconoció inmunidad alguna para el culpable del genocidio perpetrado en Chile durante la década del '70, las Madres de Plaza de Mayo--Línea Fundadora queremos hacer público nuestro apoyo a este tipo de medidas que demuestran que la justicia es posible.

Hoy, Pinochet. Y en Pinochet y su arresto, la esperanza de que nuestras democracias latinoamericanas tomen el ejemplo de estos países europeos que no dudan acerca de qué hacer frente a los crímenes de lesa humanidad ni construyen en sus Parlamentos leyes que amparen a esos delincuentes.

Como Madres de desaparecidos, rogamos que la democracia chilena esté a la altura de las circunstancias y obre de acuerdo a su conciencia, rompiendo con las ataduras legales que el viejo régimen armó para condicionar su funcionamiento y dejando que Pinochet sea juzgado por los crímenes perpetrados, entre ellos la activa participación de ese país en el Plan Cóndor, que segara cientos y miles de vidas a uno y otro lado de la cordillera.

Nuestras clases dirigentes siempre reclaman que nosotros, el pueblo, miremos hacia el Primer Mundo. Hoy, como decía la poeta y cantante chilena Violeta Parra, "quiera Dios que la tortilla se vuelva" y sean ellos los que tomen el ejemplo de ese Primer Mundo del que se han convertido en predicadores.

Hoy, Pinochet. En un futuro cercano, todos los genocidas pagarán sus culpas. Por la memoria, la verdad y la justicia.

 

* Junto con Taty Almeida, Aurora Morea y Carmen Lapacó, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.

 


 

Para que Pinocho no se escape por la tangente

Un movimiento de pinzas británico se cierra sobre Pinochet. Amnesty pidió una investigación "urgente" a la policía, y la organización Chile Democrático inició una querella privada.

Los derechistas chilenos no quieren que Gran Bretaña intervenga.
Pero los británicos ya querellan por si fracasa la extradición.

Torturador: Una ley de Justicia Criminal de 1988 permite a Gran Bretaña juzgar a Pinochet por el delito de tortura aunque haya ocurrido en Chile.

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Por Marcelo Justo desde Londres

t.gif (862 bytes) En un intento por evitar que el general sea puesto en libertad si el gobierno español da marcha atrás sobre el pedido de extradición, el movimiento Chile Democrático inició ayer en Londres una demanda privada por tortura y genocidio contra el dictador, mientras que la organización defensora de derechos humanos Amnistía Internacional, junto a otras dos agrupaciones humanitarias y miembros de la familia del desaparecido británico William Beausire, solicitaron a la policía metropolitana inglesa que abra una "urgente" investigación con vistas a iniciar una demanda criminal por tortura contra Pinochet. "El objetivo es que se haga justicia para todos los desaparecidos", indicó a Página/12 Carlos Reyes Manso, presidente de Chile Democrático. "Amnistía quiere evitar que ocurra lo que pasó en 1994 y 1995 cuando el general Pinochet logró escapar de Inglaterra a pesar de nuestros intentos porque se abriera una investigación", señaló el responsable legal de Amnistía, Andy McEnty.

La apertura de estos juicios en Gran Bretaña impediría que el general Pinochet aprovechara una cobardía diplomática española, o algún subterfugio legal británico para darse a la fuga. En 1994 y 1995 Pinochet logró abandonar Gran Bretaña antes de que la policía metropolitana completase la investigación para determinar si había suficientes pruebas para que la Justicia contemplara la posibilidad de una acción legal. Amnistía espera que esta vez el adjetivo "urgente" acelere el trámite. Según la sección 134 de la ley de Justicia Criminal de 1988, que incorpora la convención de las Naciones Unidas contra la tortura a la legislación nacional, Gran Bretaña puede juzgar a Pinochet por el delito de tortura aunque haya ocurrido en Chile y no en el Reino Unido. "Este caso cobraría especial importancia si el procedimiento de extradición fracasa o si el ex presidente Pinochet queda libre por alguna razón mientras el proceso está en marcha. El asunto está ahora en manos de la policía", indicó a Página/12 Andy McEnty.

La querella privada que se inició ayer con el apoyo del movimiento Chile Democrático también se encuentra en manos de la policía. Chile Democrático indicó que tiene suficientes pruebas para demostrar la complicidad de Pinochet en el asesinato de súbditos británicos y europeos en Chile. El caso de William Beausire, que se ha convertido de la noche a la mañana en un caso célebre en Gran Bretaña, forma parte de ambos procesos. Beausire era un corredor de Bolsa con doble nacionalidad víctima de un "desafortunado" azar familiar: su hermana Mary Ann se enamoró de Andrés Pasal Allende, sobrino de Salvador Allende. Consciente del peligro que corría, en noviembre de 1994 Beausire tomó un avión a Buenos Aires donde fue secuestrado y enviado de regreso a Chile. "Nosotros tenemos un testigo que estuvo preso con William Beausire y que lo vio hasta que se lo llevaron", señaló a Página/12 Carlos Reyes Manso.

La celeridad con que se proceda en ambos casos será fundamental. Al gobierno español le quedan 35 días para presentar su pedido de extradición. Si no lo hace en este período Pinochet recuperará la libertad a menos que la policía y la Justicia británicas hayan determinado que hay pruebas suficientes para proceder con el pedido de Amnistía Internacional, la Fundación Redress, la Fundación para el Cuidado de las Víctimas de Tortura y los familiares de William Beausire, y el caso paralelo presentado en forma privada con el apoyo de Chile Democrático. Si la policía británica encuentra que las pruebas son lo suficientemente sólidas para iniciar una acción legal, someterá el caso a la Crown Prosecution Service (CPS: Servicio Fiscal de la Corona) que debe determinar si las pruebas reunidas tienen posibilidades de terminar con éxito en una condena y, segundo criterio crucial, si está en el "interés público" proceder con el juicio.

Al igual que en el caso de la policía, una demora del CPS arrojaría una luz poco halagüeña sobre el funcionamiento de la Justicia inglesa, que viene siendo cuestionada tras una serie de fallos errados que terminaron con inocentes presos durante más de una década. Sin embargo, ya han surgido en la poderosa prensa conservadora británica voces que elogian a Pinochet porque "arregló" la economía nacional y salvó a Chile del caos, y recuerdan que el general es un viejo amigo de Gran Bretaña a la que ayudó durante la guerra de Malvinas. "Los chilenos que han sido grandes aliados británicos desde que nuestra armada los ayudó a asegurar su independencia en 1821", indica el editorial de ayer del Daily Telgraph, el matutino más leído de la prensa "seria" británica, "obtienen ahora esta despreciable retribución de nuestra parte. El hombre que sirvió como jefe de Estado durante 17 años, y asistió a Gran Bretaña durante el conflicto de las Falklands ha sido arrestado por un Estado que le dio la bienvenida como un visitante diplomático".

La prensa del magnate australiano Ruppert Murdoch se declaró en favor de la cautela. En su editorial del lunes el The Times reconoce que Pinochet tiene las manos manchadas de sangre, a la vez que critica al Foreign Office por poner en peligro las excelentes relaciones bilaterales con Chile, y concluye que Jack Straw, el ministro del Interior, quien tiene la última palabra en caso de que España proceda con el pedido de extradición, "deberá ser un diplomático más competente que la mayoría de los profesionales que han actuado hasta el momento". Ayer, a través del amarillo The Sun, la maquinaria Murdoch redobló la apuesta. Bajo el título de "¿Así teníamos que tratar a un amigo?", elogia a Pinochet, recuerda su firme apoyo durante la guerra de 1982 y concluye en tono conspirativo: "¿La detención del general Pinochet estará relacionada con la visita que inicia a Gran Bretaña la semana próxima el presidente Menem?".

 


 

LA DERECHA CHILENA EN PEREGRINACION A LONDRES
"Interpol mancilló a Chile"

Por M. J.

t.gif (862 bytes) Una delegación de 11 senadores, diputados y diplomáticos chilenos de derecha y centroderecha se encuentra en Londres como parte de una contraofensiva para forzar la puesta en libertad del general Augusto Pinochet. Página/12 dialogó con una de las cabezas visibles de la delegación, el senador Mario Ríos, vicepresidente del Senado chileno y miembro del Partido de Renovación Nacional. Ríos visitó la London Clinic donde se encuentra internado, y arrestado, Pinochet. "El senador Pinochet es bastante fuerte. Pero la situación ocurrida acá le provocó mucha inquietud y le está complicando la recuperación", señaló a Página/12. En cuanto al objetivo político-diplomático de su visita, el senador Ríos indicó que se propone revertir la "gravísima situación creada por esta acción de la policía inglesa que pone en peligro la unidad de Chile".

--¿Cómo encontró al general Pinochet?

--Naturalmente me interioricé de su estado y sé que lo ha afectado la situación en que se encuentra. Quisimos manifestarle nuestro apoyo.

--¿Qué se plantea conseguir la delegación con esta visita?

--Es evidente. Representamos a un 42 por ciento del electorado y de partida queremos apoyar la gestión que está haciendo el gobierno chileno. Hay un país que ha visto su dignidad como nación mancillada a raíz de esta acción de Interpol o de la policía inglesa. Creemos que esa acción ha provocado una profunda división en Chile y que el Estado inglés está provocando una destrucción de la unidad nacional que se ha ido construyendo con tanto esfuerzo. En segundo lugar, Chile ha tenido una muy buena relación con Inglaterra y otros países europeos y nos preocupa que esta situación provoque un alejamiento. Y en tercer lugar está el respeto por la inmunidad diplomática, un problema que Inglaterra no tiene en cuenta, pero que para nosotros constituye un problema muy delicado.

--¿Lograron hablar con algún miembro del gobierno o del Parlamento?

--Hay una serie de reuniones que están tomando lugar. Yo voy a participar de una reunión con la comisión de relaciones exteriores del Parlamento. Hay convenios de carácter internacional que deben cumplirse.

--Sin embargo la posición oficial es que se trata de una cuestión policial y judicial.

--No parece que esté resuelto el tema de la Interpol y la Justicia. Hay muchas cosas pendientes. Ya España está reconociendo un hecho que es real, que toda acción que corresponda a la participación de otros estados debe surgir de una disposición del Estado español. El Estado español se reunirá para expedirse sobre este tema en los próximos días.

--Usted espera que el Estado español en definitiva no siga adelante con el pedido de extradición.

--En España existe otro elemento. Hay una disposición oral de un magistrado nacional que señala que no hay fundamentos para sostener una situación como la que ha planteado el juez, de apellido Garzón, creo. Y plantea que no hay antecedentes que el gobierno nacional haya recibido a los efectos de iniciar un proceso como el que se pretende iniciar. Es muy grave que se esté quebrando la unidad nacional en Chile.

--¿Qué consecuencias cree que puede tener esto en Chile?

--Chile ha ido logrando superar las vallas que se producen posteriormente a un gobierno militar. Soy senador electo de la primera mayoría nacional de los senadores de oposición, soy miembro de la comisión del Senado de derechos humanos desde 1990. Vengo de una reunión en China en la que todos los parlamentarios que estuvimos allí disfrutamos de todas las atenciones correspondientes a nuestra investidura. En fin, hay tantas cosas... que de repente aquí porque un juez español decide algo debilita a todos los países de América del Sur.


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