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MENEM DEFENDIO EN EL REINO UNIDO A SU HOMBRE PARA EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA

"No le busquen la quinta pata al gato"

El Presidente se irritó ante la pregunta de este diario por la designación del ex auditor de la Armada Julio Comadira como el representante del Gobierno en el Consejo de la Magistratura, información que Página/12 publicó ayer en exclusiva. Lo defendió como "un gran jurista".

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Por Martín Granovsky
Desde Birmingham

Página/12

en Gran Bretaña

t.gif (67 bytes)  "Es un buen candidato, un gran jurista", dijo el presidente Carlos Menem antes de enojarse y cortar el diálogo. Página/12 le había preguntado si mantendría la designación del ex auditor de la Armada Julio Rodolfo Comadira como representante del Gobierno en el Consejo de la Magistratura. Como informó ayer este diario en exclusiva, Comadira mantuvo su puesto mientras Emilio Eduardo Massera fue comandante en jefe de la Marina durante la dictadura y en 1983 fue el autor de una chicana para dilatar el juzgamiento del director de la ESMA Rubén Jacinto Chamorro.

Menem hizo su breve afirmación de fe por Comadira en el hotel Bellfry, un excepcional club de golf en las afueras de Birmingham, cuando ya salía a explicar a los industriales británicos que podían confiar en él como Maggie Thatcher lo hubiera hecho.

El diálogo fue forzosamente corto. Estuvo precedido del operativo que rodea a cada salida del Presidente. La jefa de seguridad asignada por Scotland Yard, más alta que la inspectora de "Primer Suspect", y quién sabe si también más agria, mira alrededor como si varios comandos del IRA hubieran retomado las armas. La seguridad propia la imita. El médico presidencial, Alito Tfeli, se para como una estaca listo a todo. El secretario general Alberto Kohan sonríe. El vocero Raúl Delgado espera. El presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Pierri, se prepara. Funcionarios del equipo controlan los últimos detalles como si estuvieran por lanzar a John Glenn al espacio. Y entonces el Presidente puede aparecer tranquilo, caminando despacio y todavía con la sonrisa bucólica de quien almorzó con Su Majestad.

Las dos custodias intentan interponerse. "Sir", dice la inglesa. "Señores por favor", estira su brazo un argentino.

--Presidente, ¿mantendrá a Comadira como su representante en el Consejo de la Magistratura?

--Sí, es un buen candidato.

--¿Entonces lo mantiene?

--Es un gran jurista y voy a estudiar los antecedentes.

--Fue auditor de la Marina en tiempos de Massera.

--¿Y?

--Le preguntaba si usted pondrá a un masserista en el Consejo de la Magistratura.

--¡Pero no le busquen cinco patas al gato cuando tiene cuatro! ¡Por favor!

--Presid...

--Mire, no me interrumpa y déjeme hablar si quiere, dialoguemos --dijo Menem con el gesto francamente alterado y un nivel de voz que alarmó por un momento a la tripulación de la nave--. Le voy a contestar algo: un ex presidente lo llamó a Harguindeguy "general de la democracia". Y no voy a hablar más.

La pregunta de Página/12 que seguía y no fue respondida era:

--Presidente, haber sido auditor de la Marina en la época de Massera y formar parte del Consejo de la Magistratura en nombre del gobierno no es algo complicado. Son cuatro patas, no cinco.

Después de su respuesta sobre Albano Harguindeguy, Menem se dio vuelta y se sentó a la mesa del bar del lobby, dispuesto a quitarse la tensión antes del discurso en la Confederación Británica de la Industria. Quedó sin aclarar a qué ex presidente se había referido, aunque Raúl Alfonsín fue compañero del liceo militar de Albano Harguindeguy y ciertamente otro ex presidente, Jorge Rafael Videla, puede haber dicho que su ministro del Interior era un general de la democracia.

Eran ya las seis de la tarde, noche cerrada en Birmingham. Los celulares del operativo salida funcionaban a pleno cuando la estrella de la comitiva puso su toque resplandeciente para compensar la amargura de la pequeña política y el periodismo diminuto. Etérea, Zulemita apareció por el pasillo, besó tres veces a papá, una de ellas con un dulce piquito, papá le dedicó su mejor sonrisa feliz y juntos salieron. Detrás, retomando el paso apacible de padre e hija, siguieron todos. Y colorín colorado, el cuento de Comadira (no) se había terminado.

Hasta la aparición de Menem, los funcionarios habían querido dejar a Raúl Granillo Ocampo solo en la estacada con su decisión de colocar a su jefe de Gabinete como representante oficial en el organismo que discutirá la designación de los futuros jueces y los enjuiciará si cometen mal desempeño.

--¿Por qué el Gobierno designó a un masserista en el Consejo de la

Magistratura? --había preguntado este diario a Kohan.

--Es un tema de Granillo --dijo Kohan.

La siguiente pregunta fue al portavoz de Menem.

--No tengo comentarios que hacer --dijo Delgado.

Como informó ayer Página/12, Comadira está considerado como uno de los mejores especialistas en Derecho Administrativo que produjo la Armada y sirvió como auditor no sólo con Massera sino también con Armando Lambruschini, Jorge Anaya y Rubén Franco.

Siguió en la fuerza después del fin de la dictadura y en 1983 fue el autor de una chicana por la cual certificó un documento naval negando que el jefe de la ESMA durante la dictadura y Jorge "El Tigre" Acosta, jefe del grupo de tareas, pertenecieran a la Marina. La respuesta se amparó en que Chamorro no se llamaba Eduardo como figuraba en el pedido de la Justicia civil a la Marina para esclarecer una denuncia sobre la Triple A, y en que Acosta no era en ese entonces capitán de navío como también decía erróneamente el pedido judicial. Comadira firmó esa certificación como capitán de navío auditor.

Como diría el Presidente, en este caso con razón, le buscó la quinta pata al gato.

 


No me siento condicionado

 

t.gif (862 bytes) El fiscal federal Carlos Stornelli aseguró que no se siente "condicionado" para investigar la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia pese a que el presidente Carlos Menem reveló que instruyó al procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, para que lo investigue "a fondo".

Las averiguaciones de Stornelli vienen preocupando al Gobierno desde hace tiempo, sobre todo desde que pidió al juez Jorge Urso que procese al ministro Erman González y al jefe del Ejército, teniente general Martín Balza. Incluso, habló de la posibilidad de que en la Rosada se hubiera formado una "asociación ilícita" para vender armamento en forma clandestina. Menem, en un reportaje publicado por La Nación, calificó a la causa por la venta de armas como una "leyenda" y "una mentira elaborada cuidadosamente" por lo que le ordenó a Becerra que "se ponga de lleno en todo esto que está sucediendo". Es decir, que averigüe las motivaciones de Stornelli para dirigir la investigación hacia el lado del Gobierno.

Con todo, ayer, Stornelli esquivó cualquier comentario sobre las palabras de Menem. Sí confirmó que se había comunicado el sábado con el procurador Becerra pero se negó a dar detalles de la conversación. "Mañana (por hoy) voy a ir a Tribunales igual que todos los días. Mi única preocupación es seguir trabajando con las mismas ganas de siempre", respondió el fiscal a Página/12.


UNA DEMOSTRACION DE ORTODOXIA CON LOS INDUSTRIALES BRITANICOS

Compradores para Estado argentino, busco

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Menem en la UIA del Reino Unido


Por M.G.

t.gif (862 bytes) "Por razones constitucionales no podemos privatizar el Estado, pero ya privatizamos todo lo que tiene", fue la sobreactuación que eligió anoche el presidente Carlos Menem para convencer a los miembros de la Confederación Británica de la Industria de que era un liberal ortodoxo y ya es, casi, un libertario. Lo dijo en chiste, pero esta broma pareció tan seria como el escaso disgusto que mostró realmente Menem cuando el sensacionalista The Sun tituló que pedía disculpas por la guerra cuando él había dicho que lo lamentaba profundamente.

Menem incluso alteró su programa de viaje para no desairar a la poderosa CBI, que tiene 2500 miembros. Tenía pensado decir el discurso y marchar hacia su avión, que lo había ido a buscar a Birmingham, pero a último momento decidió quedarse a cenar: vinos argentinos Canale y Santa Silvia, lenguado marinado y pechuga asada de cochinillo.

Cortés, el secretario de Estado para las Relaciones Exteriores, Derek Fatchett, le dio la bienvenida, lo invitó a volver al Reino Unido y lo felicitó porque su foto jugando al golf en Saint Andrews salió en la tapa del Sunday Times sin que el diario publicara el resultado. Aunque el Presidente ganó ayer en pareja con su profesor de golf, Jorge de Luca, contra la que integraron Alberto Kohan y el ex rugbier Hugo Porta, perdió el sábado en Escocia y otro diario, el Sunday Telegraph, publicó una nota informando que el Presidente en un momento se irritó tanto que arrojó la pelotita con la mano. Fatchet no hizo mención de esa segunda nota.

En su discurso, Menem volvió a elogiar en público a su colega de Brasil Fernando Henrique Cardoso como lo había hecho en privado el jueves en su entrevista con Tony Blair. "Está haciendo las reformas que nosotros hicimos", dijo, y alabó su "grandeza" porque anunció otro paquete de ajuste antes de la segunda vuelta de las últimas elecciones.

También puso el temor de los mercados emergentes por la crisis asiática en el mismo nivel que el miedo de los mercados a secas, y alertó que "los que tienen que curar la enfermedad pueden caer como víctimas".

Luego declaró que "la sociedad argentina y los principales partidos políticos respaldan la continuidad del Plan de Convertibilidad y de la apertura de la economía", en una afirmación inversa a las que hizo estos días en sus declaraciones para consumo argentino, cuando quiso presentarse como el único garante de la estabilidad de precios.

Y propagandizó el Mercosur, "la cuarta área geoeconómica del mundo, con un PBI superior al millón de dólares".

"A lo largo de la última década el Mercosur ha sido un gran receptor de inversión extranjera directa", dijo en lo que sonó como una definición estratégica: la Argentina tiene un lugar en el mundo, si lo tiene, sólo en función regional.


De acuerdo al cristal con que se mire

El viaje del presidente Carlos Menem a Gran Bretaña cosechó el respaldo de toda la dirigencia justicialista y del precandidato presidencial de la Alianza, el radical Fernando de la Rúa. En cambio, fue calificado de "oportunista" por el resto de los integrantes de la coalición.

A FAVOR


DOMINGO CAVALLO

"Debemos estar unidos"

t.gif (862 bytes) No hay que caer en la trampa en la que nos quieren hacer caer en el exterior de tomarna02fo01.jpg (8463 bytes) palabras del Presidente (Carlos Menem) y pretender usarla en contra de los intereses de la Argentina y nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas.

Los argentinos debemos demostrar que estamos unidos y que por cuestiones internas no vamos a debilitar nuestra posición sobre la soberanía de Malvinas.

No me voy a prestar a criticar al Presidente porque le hayan traducido mal un término como forma de disminuir la unidad que debemos tener en la Argentina sobre estos temas.

Si Acción por la República hubiera estado invitada, hubiese estado presente para demostrar que los argentinos estamos unidos. Cuando consigamos sentar a los británicos a la mesa negociadora para que se nos reconozcan nuestros derechos soberanos sobre las islas, hay que conseguir aliados también allá, en el Reino Unido.


DE LA RUA

"El viaje fue positivo"

t.gif (862 bytes) El viaje fue positivo. Todo viaje de acercamiento con países con los cuales tenemos un na02fo02.jpg (8381 bytes)intercambio y, aun un conflicto, es positivo. Siempre dije que debía dejarse a salvo nuestra posición sobre Malvinas y se ha hecho.

La cuestión es que quede claro que la Argentina mantiene su reivindicación sobre Malvinas. Debe quedar claro que somos civilizados, que no queremos la guerra, que no olvidamos a nuestro muertos y que queremos mantener viva la llama con el reclamo de negociar la soberanía y buscar fórmulas que nos permitan resolver el viejo conflicto. Si uno les dice a los kelpers que se respetará su deseo, es su voluntad del país al que quieran pertenecer: o a Inglaterra, o a la Argentina.

En cambio, respetar sus intereses es respetar sus propiedades, sus valores, todas las cosas que tengan allí. Así que nuestra posición en el plano internacional es respetar los intereses de los kelpers, no los deseos.


EDUARDO DUHALDE

"El diálogo es lo único"

T.gif (862 bytes) El viaje del presidente Menem fue bueno para intensificar las relaciones comerciales. En lana02fo03.jpg (11230 bytes) actualidad, en el campo internacional, no hay lugar para las prepotencias.

Fue bueno para intensificar las relaciones económicas porque ese país es una de las siete potencias del mundo y los problemas que hemos tenido los vamos a ir solucionando con el correr del tiempo. En la medida en que nos demos cuenta de que en el campo internacional no hay lugar para querer imponer cosas, sino para ir creando las condiciones de mejorar las relaciones y así lograr los objetivos.

Por ejemplo, tomando el caso del Peñón de Gibraltar, el rey de España se ve todos los años con la reina de Inglaterra y el primer ministro inglés hace lo mismo con el presidente español. El gobierno español y el británico desvinculan una cosa de la otra porque tienen democracias consolidadas, adultas y saben que el camino del diálogo es el único que abre posibilidades de entendimiento para lograr lo que se proponen.


EN CONTRA

FERNANDEZ MEIJIDE

"Una cucarda personal"

T.gif (862 bytes) El viaje no sirvió para discutir la soberanía de las Islas Malvinas ni sirvió para que Buenos na02fo04.jpg (12774 bytes)Aires sea la sede del Tratado Antártico. Sólo lo utilizó Menem para tener una cucarda personal. Lamentablemente una cucarda que le salió demasiado cara a la Argentina.

El viaje terminó siendo una cuestión de lucimiento personal de Menem, que lo planeó cuando todavía soñaba con su re-reelección, a mediados de este año. Como no se discutió nada del tema Malvinas, la visita del Presidente fue muy simbólica. Y lo lamento porque a mí no me cabe ninguna duda de que las relaciones culturales y comerciales con Inglaterra no necesitaban este viaje, estaban establecidas y en buena hora.

Quedó en claro así la diferencia de concepción de Estado que tiene el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente Carlos Menem. Blair había aclarado antes del viaje del Presidente que no iban a discutir sobre el tema de la soberanía y eso se cumplió: no hablaron sobre la cuestión Malvinas.


F. STORANI


"Fue una operación" 

T.gif (862 bytes) No es admisible que no se haya discutido la soberanía de las Islas Malvinas en la visita dena02fo05.jpg (9391 bytes) Carlos Menem a Londres.

Si bien es positivo que el Presidente haya fortalecido las relaciones bilaterales y que eso aumente el comercio entre ambas naciones, de ninguna manera es admisible que en la agenda no haya estado presente la discusión sobre la soberanía, ni mucho menos temas como el del petróleo o el de la pesca.

La Alianza no quiso viajar porque desde el Gobierno se habían creado expectativas desmesuradas que sabíamos que no se iban a cumplir, y, además, porque estábamos en desacuerdo con que no se incluyeran estos temas en la agenda.

A nuestro entender, la visita fue una operación para instalar que el viaje iba a producir resultados muy grandes en el tema Malvinas y se creó una falsa expectativa de que se iban a tratar otros temas importantes, como hidrocarburos y pesca.


MARCELO STUBRIN

"No arrojó resultados"

T.gif (862 bytes) Un viaje de este tipo se lo evalúa por los resultados y, hoy por hoy, el paso de Menem por na02fo06.jpg (15156 bytes)Inglaterra no arrojó ningún resultado concreto. Si seguimos sin ponernos de acuerdo en la búsqueda y explotación del petróleo, en los derechos pesqueros y en los derechos de los argentinos de viajar y transitar en las Islas Malvinas está claro que no podemos hablar de resultados.

Mientras tanto, sólo se mantiene la relación bilateral ya inaugurada en 1991 y que, básicamente, consiste en ser anfitrión de los negocios británicos en la Argentina. Pero para hacer una exacta evaluación del viaje habría que saber cuál fue su verdadero propósito, porque nadie se molestó en explicarlo.

Si el objetivo fue mejorar nuestra situación en Malvinas, está dicho, no hay resultados para mostrar. Si, en cambio, lo que se buscaba era mantener la rutina de la relación entre los dos países, podría decirse que el viaje no era algo indispensable y, me animaría a decir, necesario.

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