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INTOCABLE
Por José Pablo Feinmann

t.gif (862 bytes) La Ingeniera de Hierro es el Aleph del menemismo. Es el punto donde convergen todos los puntos. De aquí su condición de intocable. Tocarla sería desenredar la madeja, desnudar las tramas secretas, llevar a la luz lo que ha crecido en las sombras. Porque ella es el Aleph. Así como Borges –en ese na24fo01.jpg (13442 bytes)cuento dedicado a Estela Canto– vio en un punto el entero universo desde todos sus puntos de vista, mirar abiertamente a la Ingeniera de Hierro nos entregaría, también desde todos los puntos de vista, los rostros secretos del menemismo.
Ella es la imagen del apoyo del establishment. Junto con su padre, representa la vertiente liberal-empresaria que acompañó a Carlos Menem desde el inicio. Ella es la imagen de la frivolidad: se fotografió con pieles o junto al mar luciendo unas piernas que cree hermosas y gusta, por consiguiente, lucir. Ella es la imagen de la relación intimidad-Poder: ahí está bailando con el Presidente y arrojándole miradas y sonrisas que muchos creen se han prolongado en otros ámbitos. Ella es la imagen de la impunidad: ni los incendios forestales la hicieron hesitar, cuestionar su adecuado desempeño en las funciones asumidas. Ni el reclamo de enormes sectores de la población la inquietó. Siempre se sintió segura. Como si fuera intocable. Y tal vez lo sea. Ella es la imagen de la insensibilidad social: desdeñó toda posible atenuación de los costos del ajuste salvaje. Se solazó en exhibir su dureza, en ser el reflejo lejano pero no menos impiadoso de la impiadosa Dama de Hierro, esa Margaret Thatcher a quien debe amar tanto como a sí misma. Ella es la imagen de un gobierno que, como ningún otro, sostiene a funcionarios cercados por causas penales. Ella es la imagen del funcionario protegido expresa y públicamente por el Poder: no hubo una sola ocasión en que el Presidente no saliera presto a cobijarla con su esmerado amparo. Tantas cosas es la Ingeniera de Hierro que cualquier partido que aspire a suceder al gobierno de Carlos Menem debería poner como punto central de su plataforma: “Investigación perentoria de todo lo actuado por la ingeniera María Julia Alsogaray como funcionaria durante la gestión del anterior gobierno”. Es tanto lo que ha abarcado la Ingeniera de Hierro que esa investigación revelaría todo lo que es necesario revelar. Porque ella es el Aleph: el punto en el que todos los puntos convergen. Establishment, privatizaciones oscuras, frivolidad, intimidad-Poder, insensibilidad social, impunidad, soberbia, desdén por la Justicia. Tan hondamente ha encarnado al menemismo que sólo se lo dejará atrás dejándola atrás a ella, ya que el día de su caída –de su verdadera caída– caerá el sistema empresarial-populista de los ajustes salvajes y la Justicia turbia, esa que está más cerca del Poder que de la Verdad.

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