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PINOCHO SALIO EN LA TELE

Por Mario Wainfeld

 

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Lord Slynn da a conocer su fallo.


t.gif (862 bytes) Uno prende la tele, busca CNN y advierte con cierta desazón que son las once en punto, la hora señalada y no hay imágenes de la Cámara de los Lores. Entonces, hace zapping como un poseído para comprobar que todos los cables de noticias funcionan en cadena y que nadie tiene imágenes en vivo. Los ingleses ya no vienen como se supone qué eran, masculla uno para canalizar la ansiedad, pero calla pronto porque aparece en pantalla la Cámara de Lores, tal como es dable imaginarla, con terciopelo rojo y algunos pocos ridículos con peluca. Pero son los menos, casi todos están de saco y corbata. Buena pilcha, menos luminosa y restallante que la que usa la clase política argentina, la diferencia entre Saville Row y Versace.
El suspenso es total, han pasado semanas y no se ha filtrado la decisión a la prensa. Apenas la versión de que habrá fallo dividido. Imposible evitar la comparación con la Argentina, donde es casi imposible que las sentencias se conozcan en el momento y en el ámbito que corresponde. Que tengan el enigma y la eminencia (que en alguna medida van de la mano) de ésta que transforma a Londres en el ombligo del mundo.
En el medio de la sala, en la que no hay ni por asomo un movilero, están sentadas seis personas en torno de una mesa. El primero se para y anuncia a los demás, que son los que van a resolver sobre la extradición del senador vitalicio Augusto Pinochet. Lord I empieza a hablar y todo se torna un suplicio, porque su inglés es lo suficientemente claro como que para que el cronista que no es precisamente bilingüe traduzca todo al toque, pero la producción televisiva le sobreimprime una traducción simultánea, pésima e inexpresiva, que consigue que no se entienda casi nada. Zapping urgente por todos los cables pero el panorama es ominosamente similar. Así que uno clava la sintonía en cualquiera y, con esfuerzo, discierne que el Lord I dice que “por las razones que surgen del speech que he preparado y que está escrito”... vota “Free Pinochet”. Todo el rollo habrá insumido medio minuto.
Sin solución de continuidad aparece el Lord II, que también se remite a la carpeta que lleva en sus manos y vota Free Pinochet.
A uno le tiemblan las manos y empieza a desconfiar de las irrisorias filtraciones inglesas. “Va a salir por unanimidad, minga de disidencias, son todos conservadores.” “Por las razones que están en el informe que preparé y del que hay copias escritas”, dice el Lord III y vota bien. La justicia pierde 1 a 2 y la sabiduría futbolera dice que ése es el mejor resultado para el que viene de atrás. Entonces habla Lord IV, que –uno ya está canchero– empieza como todos diciendo “Milords” y tiene su copia y redondea “General Pinochet has no inmmunity”. Ya van 2 a 2 y el cronista, que por constitución psicológica, por experiencia vital y por medio siglo de haber vivido en este suelo, es un pesimista vocacional intuye que en esta definición por penales ganan los buenos. Y es así nomás y a uno a kilómetros de distancia, propiamente en el living, se le pone la carne de gallina, le pasan por la mente tres o cuatro rostros queridos que ya no están, se le humedecen los ojos.
Los lords siguen su sesión, los noticieros pasan a Chile y a España. Otros vuelven a la Argentina, como corrobora quien reinicia el zapping frenético que le permite ver al flamante senatrucho peronista por Chaco, Hugo Sager, un rubio de cara de palo inexpresivo (un mix de Palito Ortega y Pekerman) que explica con aire de estadista que en política hay que ser mesurado, no hay que agraviar... Zapping de nuevo e imágenes del martes: Estela Carlotto que ríe con las demás Abuelas porque Massera está preso. Estela ríe con todo derecho, y contagia. Qué franca la risa de Estela, qué lección todo lo que hizo, qué lección que aún sepa reír.
Pinochet quedó preso. Massera cayó el martes. Videla hace un rato. Ya será el turno de Galtieri y Bussi. Qué buena viene la programación de la CNN. Lástima que Massera no tenga televisión en su prisión para verla.

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