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STORNELLI PIDE QUE INDAGUEN A DI TELLA POR LAS ARMAS
Ahora le llegó el turno a Guido

El fiscal lo pidió ayer al juez Urso. Lo  acusó de ocultamiento de pruebas y de no  haber impedido que se realice la maniobra.

Prescripción: La acusación del fiscal evitaría la prescripción de los delitos imputados a Di Tella. Si Urso no ordena la citación, caducarán en febrero de 1999.

El canciller Guido Di Tella en la mira del fiscal Stornelli.
No haber evitado el desvío de las armas es la acusación.

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Por Susana Viau y Eduardo Tagliaferro

t.gif (67 bytes) El fiscal federal Carlos Stornelli solicitó la declaración indagatoria del canciller Guido Di Tella por el cargo de ocultamiento de pruebas en la causa de la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia y por haber puesto en peligro tanto a la Nación, como a los intereses de los ciudadanos argentinos en el exterior. El juez federal Jorge Urso deberá resolver el pedido de citación antes de febrero del año próximo, fecha en la que prescribiría el delito imputado a Di Tella; antes de autorizar la medida, Urso debería decidir la situación procesal del jefe del Ejército, general Martín Balza, a quien el fiscal acusa de ser miembro de la asociación ilícita que permitió la venta del material bélico.
La situación procesal de Di Tella se complicó cuando el ex embajador en Perú, Arturo Ossorio Arana, reconoció que cuatro días antes de producirse los vuelos de la empresa Fine Air con destino a Ecuador, había avisado al Ministerio de Relaciones Exteriores que “fuentes de inteligencia peruana tenían información sobre un supuesto desvío de armas argentinas hacia Ecuador”.
En el momento en que el cable con la firma de Ossorio Arana tomó estado público, la Cancillería derivó al Ejército sus responsabilidades ya que, sostuvo, éste no había tomado medidas que impidieran el desvío de las armas. “Chequeamos la información con el agregado militar en Perú y la desmintió, por eso cerramos el caso”, habían señalado fuentes de la Cancillería. El ministro Di Tella se encuentra acompañando a Carlos Menem, en la gira presidencial por el Japón. Sin embargo, ayer un vocero de su cartera señaló que no hubo ocultamiento de pruebas “ya que el cable existió y está en manos de la Justicia”.
Precisamente, no haber evitado el desvío de las armas es el fundamento de la acusación de Stornelli contra Di Tella ya que el hecho y las posibles represalias colocaban en peligro a la Nación y a los ciudadanos argentinos en el exterior, como lo contempla el artículo 219 del Código Penal. Bajo esta figura legal, el 15 de marzo de 1995, el abogado Ricardo Monner Sans, había solicitado sin éxito el procesamiento del ex ministro de Defensa Oscar Camilión. “Es la primera vez que el fiscal acepta encuadrar el accionar de los funcionarios en la violación del artículo 219. Por esto no descarto que se puedan revisar los cargos que se les imputan a otros funcionarios y ex ministros, como el mismo Camilión”, comentó Monner Sans a Página/12.
La acusación del fiscal Carlos Stornelli podría evitar la prescripción de los delitos imputados al canciller Di Tella. Si Urso no ordena la citación, éstos quedarían fuera del alcance de la Justicia en febrero del año próximo. Fuentes judiciales reconocieron que la acusación del fiscal no sólo enfrenta a Urso con la decisión de convocar al ministro; también acelera los tiempos para que el magistrado se pronuncie acerca del pedido de declaración indagatoria al jefe del Ejército, general Martín Balza.
Para que Di Tella declare ante los estrados judiciales el juez debería solicitar, primero, su desafuero a la Cámara de Diputados, iniciando el mismo mecanismo que fue trabado por el bloque justicialista en el caso del actual ministro de Trabajo, Erman González. González había sido acusado de falsedad ideológica por haber refrendado, en su carácter de titular de Defensa, la firma de los decretos presidenciales que autorizaron la venta del material bélico.
Uno de los hombres que desde el Parlamento sigue con mayor atención el desarrollo de la causa que compromete a relevantes figuras del entorno menemista, el frepasista Horacio Viqueira, señaló ayer a este diario que “lamentablemente, a pesar del tiempo transcurrido, el juez Jorge Urso demora la resolución de los pedidos de indagatoria presentados por el fiscal contra la cúpula de Fabricaciones Militares, del Ejército y funcionarios del gobierno nacional, por el cargo de asociación ilícita”. En círculos próximos a los juzgados federales de Comodoro Py se especula que sería inminente el procesamiento del ex subsecretario de Producción para la Defensa, Carlos Carballo, acusado, igual que Erman González, de falsedad ideológica. Carballo, el ex vicecanciller y actual diputado Juan Carlos Olima y el ex viceministro de Economía, Carlos Sánchez, formaban parte de la comisión interministerial tripartita que debía supervisar las compras y ventas de material de guerra y en esa calidad dio vía libre a la firma de los decretos presidenciales. Los decretos, con la calificación de secretos, posibilitaron la venta del armamento que tuvo a Ecuador y Croacia como destino final.

 


 

Elogios de Cohen a Domínguez para devolver los favores recibidos

Terminó la cumbre de Cartagena y EE.UU. busca una base en el área para combatir el terrorismo. Cruce de datos y venta de armas.

Domínguez estaba exultante por los elogios de Cohen.
Dos horas después, la venta de armas produjo otro capítulo.

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Por Nora Veiras desde Cartagena de Indias

t.gif (862 bytes) “Quiero resaltar la ayuda extraordinaria de Argentina como país garante del proceso de paz entre Ecuador y Perú”, dijo sonriente el secretario de Defensa de Estados Unidos, William Cohen. Su par argentino Jorge Domínguez disfrutaba complacido del trato privilegiado desarrollado a partir de las relaciones carnales. Apenas dos horas más tarde se conocía en Buenos Aires el pedido del fiscal Carlos Stornelli al juez Jorge Urso para que cite a declaración indagatoria por el tráfico de armas al canciller Guido Di Tella (ver página 7). Cohen ya había abandonado la cumbre de ministros de Defensa.
Antes de participar en la ceremonia de clausura de la III Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, Cohen y Domínguez intercambiaron elogios en una rueda de prensa. “Mi buen amigo representa el papel protagónico de Argentina como fuerza de paz y estabilidad en el mundo”, dijo Cohen. El representante de Estados Unidos optó por eludir una respuesta directa cuando se le preguntó si la investigación por la venta ilegal de armas a Ecuador afectó el rol de Argentina como garante de la paz con Perú.
“Estos encuentros sirven para después poder levantar el teléfono y conocer al que está del otro lado”, dicen los funcionarios al explicar los beneficios de la Conferencia. Si ese fuera el objetivo, el despliegue aparece como desmesurado: Estados Unidos llegó a esta ciudad con una comitiva de 140 delegados. Detrás de estas declaraciones se encuentra la decisión de Estados Unidos de alinear a todo el hemisferio en un nuevo rol para las fuerzas armadas. El enemigo se centra ahora en la lucha contra las diversas formas de terrorismo, el narcotráfico y la redefinición de las fuerzas armadas como agentes de ayuda ante “las tragedias naturales”.
–¿El intercambio de información de inteligencia para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo no implica que las fuerzas armadas realicen inteligencia interior, una función que está prohibida por la ley argentina? –le preguntó Página/12 a Cohen.
–Cada país tiene sus garantías constitucionales que establecen cómo sus organismos realizarán inteligencia. El narcotráfico trasciende las fronteras y afecta la región. Nuestro gobierno es especialmente sensible a la forma en la que se recopila la información. La información se reserva, se cuida, no sólo por interés nacional sino por la protección de la vida.
El documento final de la Conferencia, “La Declaración de Cartagena”, establece “la necesidad de estimular la educación y capacitación en derechos humanos y en Derecho Internacional Humanitario de los miembros de las fuerzas militares y de defensa”, reconoce “el derecho de cada nación de mantener fuerzas militares para cumplir con las responsabilidades consagradas en su Constitución” y condena “todas las formas de terrorismo, un crimen que amenaza la democracia en el hemisferio”.
El texto consensuado no dejo constancia de un propósito más concreto de Estados Unidos: la instalación de una central antinarcóticos en algún país de América latina. Cohen explicó que después de fracasar la idea de establecerlo en Panamá, están buscando dónde levantar ese lugar de detección de aeronaves que sean utilizadas para el tráfico de drogas. En la anterior cumbre de Bariloche, la propuesta fue rechazada por la mayoría de los países. Por ahora Estados Unidos se conforma con el avance en los mecanismos de intercambio de información de inteligencia. El próximo encuentro será en Brasil en el 2000.

El “New York Times” alerta
Por N. V.

El apoyo directo de Estados Unidos a la lucha contra el narcotráfico en Colombia provoca reparos en la sociedad norteamericana. El New York Times alertó sobre el riesgo de que por ese camino Estados Unidos termine involucrado en la lucha contra la guerrilla y participando, de hecho, en los asuntos internos del país latinoamericano.
La presencia de Estados Unidos no es una novedad para los colombianos, que reciben una ayuda directa de 280 millones de dólares anuales para combatir el narcotráfico. La administración de Clinton monitorea de cerca la evolución de la violencia en un país donde los enfrentamientos cruzados de Fuerzas Armadas, guerrilla y paramilitares desencadena 5000 muertes anuales. “Nuestro Ejército es el mejor entrenado de América: tenemos combates todos los días”, comentó con ironía el ministro de Defensa colombiano, Rodrigo Lloreda Caicedo.
El inicio del diálogo de paz en Colombia no significa la disminución de la violencia y ni el gobierno ni las Fuerzas Armadas parecen demasiado optimistas sobre la evolución de las conversaciones. La guerrilla domina casi la mitad del territorio selvático.

 

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