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En Los Andes se confunden el futbol, la politica y la violencia
Mezcla de barras y rayitas

En un año intimidaron al PF Raffo y  golpearon al DT Damiano. Pero el  presidente del club, el gerente de TyC Armando Tedesco, negó las agresiones de los violentos,   liderados por un personaje siniestro.

Tedesco niega relacion con la barra brava de los andes.

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Por Gustavo Veiga

t.gif (67 bytes) El límite entre la crónica policial y la información deportiva se torna difuso. Los Andes vivió este año dos episodios que, en apenas poco más de cinco meses, le dieron la fisonomía de un estresante thriller doméstico. El 5 de mayo fue intimidado con disparos su ex preparador físico, Gabriel Raffo, quien hoy es un desocupado más. El 10 de octubre último el damnificado resultó Víctor Damiano, ex director técnico del plantel profesional y, también hoy, otro profesional del fútbol sin trabajo. A éste le dieron una paliza. Se defendió como pudo, aguantó en el club algunos días más y terminó alejándose.
Ambos episodios que se inscriben en la historia violenta de estos tiempos sucedieron puertas adentro de la institución. Allí, en un territorio al que accedían barrabravas con y sin carnet, patoteros de viejo y nuevo cuño, Raffo y Damiano –como antes había ocurrido con el ex entrenador Pedro Marchetta– se vieron en aprietos más de una vez. Un tal José Anacleto Paz, sindicado por dirigentes oficialistas y opositores como líder de un grupo “activo” y “violento”, respectivamente, empuñó un arma para atacar al profesor de educación física y utilizó los puños –asistido por un personaje que responde al apodo de “Manguera”– para dirimir una disputa con el ex conductor del equipo.
Pero, ¿cómo Paz y su grupo pudieron llegar tan lejos ante la pasividad de los dirigentes primero y de los efectivos policiales después? Tal vez haya que hurgar en una trama donde se combinan diferentes intereses políticos y económicos. Por lo pronto, Paz no ha estado solo en estos años. Jorge Rossi, el actual titular de Loterías de la Provincia de Buenos Aires, lo conoce muy bien.
Este hombre, que asistió con fondos frescos a la institución en más de una oportunidad –sobre todo para aportar jugadores al plantel profesional– lo habría conchabado en la Fundación Sol, una entidad que depende de él y está radicada en el distrito de Lomas de Zamora. Tras las publicitadas agresiones ocurridas en el estadio de Los Andes, Rossi defenestró a Paz.
Luego de pasar cuatro meses tras las rejas –después de atacar a Raffo– el líder de la barra volvió a frecuentar los mismos sitios de siempre. La cancha, sus vestuarios, las inmediaciones del club, a menudo mostrándose a bordo de su camioneta Trafic blanca.
Paz posee al menos seis antecedentes penales y obtuvo la libertad condicional porque un fallo judicial de segunda instancia lo devolvió a la calle. De “Coacción agravada por el empleo de armas” la causa cambió por el rótulo de “Amenaza con armas y abuso de armas”.
Pese a que numerosos testigos incriminaron a este personaje, la comisión directiva de Los Andes encabezada por el ejecutivo de Torneos y Competencias, Armando Tedesco, respondió a una carta documento de Damiano en estos términos: “...Negamos agresiones en su lugar de trabajo como Director Técnico de nuestra Institución, como negamos que no contara con protección policial o con defensa y seguridades de parte de nuestra entidad que realizó las presentaciones legales correspondientes.
Negamos que los hechos que invoca le causaren graves lesiones y desfiguración de rostro”.
El texto fue enviado por el club al domicilio del ex entrenador el 19 de noviembre pasado y está firmado por Rubén Osvaldo Albornoz.
Diez días antes, Tedesco había declarado ante el juez Víctor Perrotta que el responsable de seguridad de la entidad futbolística “no estaba presente en el momento que transcurren los hechos” (el ataque a Damiano) y más adelante que “cree que el responsable de seguridad no estaba presente en momentos que se comete la agresión contra el Sr. Raffo”.
Este último, consultado por Líbero, dijo que el episodio del 5 de mayo “no resiste ningún tipo de análisis entrando al año 2000”.
Quizá deba aceptarse que, como dijo el propio presidente del club –sobre el final de la entrevista y sin grabador de por medio– “Los Andes no es el Vaticano”.
Como tampoco no es santa la argamasa de complicidades que les permitieron a ciertos personajes sembrar el temor en un territorio más amplio que el sugerido por un campo de juego. Allí donde José Anacleto Paz apenas es un discreto engranaje de una maquinaria política más compleja.

 


 

Armando Tedesco, entre Los Andes y TyC
“Estos hechos superan a los que mandan”

Por G.V.

t.gif (862 bytes) A un costado de su escritorio, en un ambiente amplio y moderno, pende una fotografía de la pared. El hombre, de voz gruesa y cabellera raleada, está en ella con Carlos Avila y Alejandro Granados, el actual intendente de Ezeiza. Armando Tedesco tiene 55 años, es gerente operativo de Torneos y Competencias (TyC) y consume sus últimos días como titular del club Los Andes. Durante la entrevista nunca pierde la calma, aunque se lo percibe incómodo, acaso porque el tema a tratar es bastante delicado.
—Los Andes atravesó dos graves situaciones durante este año, quizá sin precedentes en nuestro fútbol. ¿Qué puede explicar usted como presidente?
–No veo en estos ataques una actitud premeditada, que haya sucedido así porque los dos pertenecían al mismo cuerpo técnico. Creo que esto es como un mismo negocio que asaltaron tres veces en un mes. Y otro tema que radica en lo siguiente. El contexto general no colabora. Tomemos lo sucedido como un hecho bastante casual.
–¿Qué medidas tomó ante aquellos episodios?
–Se hizo una denuncia y el agresor de Raffo tiene libertad condicional. En la causa de Damiano el club hizo un comunicado público, además me presenté en la fiscalía con el juez Van Schilt. Había una custodia y, yo me pregunto ¿quién la trajo?
–Usted calificó en una declaración informativa ante el juez Víctor Perrotta, basándose en informes de personal del club, que el ataque a Damiano había sido precedido de un intercambio de opiniones. ¿Acaso no fue ésa una intimidación?
–No pongo en mi boca lo que no escuché. Me contaron que hubo un intercambio de opiniones con respecto a que determinados hinchas o simpatizantes o como quisiéramos llamarlos, tuvieran acceso a hablar con el plantel porque ellos entendían que debutaban muchos chicos y querían alentarlos. Eso fue lo que me dijeron.
–¿Conoce a José Paz?
–Sí, aunque últimamente no lo veo porque no viene a la cancha por la causa de Raffo. Paz es socio de toda la vida en el club.
–¿Cómo lo definiría?
–De Paz preferiría no hablar. Es de la hinchada tradicional de Los Andes.
–¿Hinchada tradicional o barra brava?
–No uso el término barra brava, se lo dije a Perrotta. No califico. Porque no veo la diferencia. Tal vez decir tradicional es muy suave, digámosle activa.
–Damiano sostiene que usted se lavó las manos en todo este asunto.
–No comparto eso. No lo entiendo, porque lo aprecio. Sé que su notoriedad en diez o quince días no es tan fácil de asimilar. Un micrófono no se puede usar indiscriminadamente. Si uno no tiene cierto oficio en su manejo, puede llegar a decir cosas como ésta; que yo me lavé las manos.
–¿Cómo es su relación con Paz, “Manguera” y el resto del grupo que ambos integran?
–No tengo una relación directa con ellos.
–Hay quienes sugieren que usted ayudó a la familia de Paz mientras éste estuvo detenido tras el ataque al profesor Raffo.
–Eso sería como suponer que al que tiró piedras contra mi auto lo mandó la oposición. Aunque no me consta, no tengo pruebas. ¿Solventar yo? Lo desmiento. Además, no conozco a la familia, no sé dónde vive, no jodamos con esto...
–¿La comisión directiva de Los Andes le da entradas a su barra brava?
–Cuando el club estaba en una situación privilegiada, nosotros –junto con algunos colaboradores– ayudamos en algún momento con tres o cuatro micros para que fueran a partidos claves. Esto es así, y lo voy a decir en cualquier lado. Ahora, entradas, ni antes ni después. Los hechos que están pasando me superan. Como le está ocurriendo a gente más importante que yo y que maneja el tema. Esto escapa a los dirigentes.
–¿No cree que lo sucedido afecta su imagen al ser usted un hombre importante dentro de la empresa que hace una campaña contra la violencia en el fútbol?
–No me afecta en absoluto, tampoco me favorece. Todo esto no me agrega ningún pergamino.

 

“Tedesco no es ajeno”

Antonio Novielli tiene 35 años y es candidato a vicepresidente de Los Andes en la lista que encabeza el juez Hugo Van Schilt. Este empresario del transporte de carga critica con dureza la gestión actual.
–¿Qué reflexión hace sobre los difundidos hechos de violencia ocurridos en el club durante este año?
–Este tipo de situaciones, con Van Schilt a la cabeza, tienen que desaparecer. Porque quedaría muy en riesgo su carrera profesional si mantiene una convivencia con este tipo de personas. Habrá mínima tolerancia con los violentos.
–¿Cómo cree que obró la conducción actual del club sobre los episodios que tuvieron como damnificados al profesor Raffo y al técnico Damiano?
–No sé bien cuál fue la metodología que se empleó con el tema de la denuncia. Lo que sí sabemos es que al enterarnos de la agresión sufrida por Damiano, nos apersonamos y en ese momento se encontraba el gerente de la institución. Cuando se le pidió que llamara a la policía, él dijo que no, que hasta que no se calmaran los ánimos de ahí no salía nadie. Esto fue lo que nos transmitió Damiano.
–¿Considera usted que el presidente Tedesco tenía algún grado de compromiso con los violentos de Los Andes?
–No sé qué tipo de compromisos puede haber. Sí digo que no debía desconocer lo ocurrido. Había sucedido lo de Raffo y Damiano. No podía estar ajeno. De última, si esto pasara en su empresa, ¿quién es el responsable?

 


Victor Damiano, el tecnico agredido
“Una protección oculta de los dirigentes”

Por G.V.

Víctor Damiano fuma un cigarrillo tras otro. Su delgadez guarda relación con el pasado reciente, un pasado impregnado de agresiones, amenazas y barrabravas al acecho. El ex director técnico de Los Andes hoy está desocupado. Sueña con reinsertarse otra vez en el ambiente del fútbol, aunque podría explorar otros caminos. Su formación profesional se lo permitiría. Es psicólogo social y profesor de educación física.
–Además de la difícil situación que vivió en el club, ¿tuvo otras derivaciones la agresión?
–Estrés, la pérdida de por lo menos diez kilos y, además, un duelo que elaboré por este tipo de circunstancias. Es que psicológicamente estos duelos se mantienen un tiempo. Uno no quiere salir de la casa, no se siente bien... A los 40 años uno se debe dedicar a otra cosa y no sabe qué.
–¿Cuándo comenzaron sus problemas en Los Andes?
–Cuando era ayudante de campo de Pedro Marchetta, en el momento que le dispararon al preparador físico Gabriel Raffo. La situación se puso tensa, porque fui testigo, tuve que ir a declarar y, entonces, la hinchada quedó de un lado y el cuerpo técnico del otro.
–¿Cuánto tiempo transcurrió entre el ataque a Raffo y el primer problema que le ocasionaron los personajes violentos del club?
–Bastante. La pinchadura de las gomas de mi camioneta Mercedes Benz ocurrió más adelante. Mientras el agresor del “Profe” estuvo detenido, no hubo problemas.
—José Anacleto Paz, el barrabrava que los intimidó con un arma, ¿entraba y salía del club libremente?
–Sí, siempre estaba. Te ibas del entrenamiento y estaba él. Tres o cuatro personajes lo acompañaban. Decía que era socio. Un día, antes de que se fuera Marchetta vino a gritarle un tal “Manguera” y Pedro casi se va a las manos. Me metí cuando le estaban por pegar. En el club nunca se cumplió el derecho de admisión. El domingo posterior a que yo me fuera de Los Andes vi por televisión a uno de mis agresores en la tribuna.
–¿Ustedes denunciaban lo que ocurría ante los dirigentes?
–Sí, por supuesto. Desde que tirotearon a Raffo. Ahí empezamos a darnos cuenta de que esta gente era totalmente irracional, que de pronto venían borrachos o fuera de sí.
—¿Qué sucedió tras la detención de Paz?
–Nada, se la rebancaron, aunque se suponía que habían quedado heridos y que en algún momento iban a pasarte una factura. Eso ocurrió cuando me cortaron las gomas de la camioneta y después, cuando me atacaron a mí.
—¿Cómo reaccionó el presidente Tedesco ante la agresión que usted sufrió en el interior del club?
–Lo puse en conocimiento de la situación. Su primera reacción fue retarme. Vos no te podés pelear, me dijo. Yo no me agarré a piñas, le contesté, me defendí, soy un tipo tranquilo. Tenía presente lo de Raffo, que nos habían dejado solos. Hicimos la denuncia, vino la policía durante una semana y no apareció nunca más.
—¿Cuáles son las conclusiones que saca sobre lo ocurrido?
–Yo entiendo que acá hay una protección oculta de los dirigentes hacia esta gente, que hay cosas muy... digamos oscuras, que es difícil saber la verdad en este tipo de cosas. Aunque es evidente que prefirieron ponerme como carne de cañón a mí y quedarse con los barrabravas.
—Armando Tedesco es gerente de TyC, la empresa que está realizando una campaña contra la violencia en el fútbol, ¿qué piensa al respecto?
–Debe ser el personaje que sale en la publicidad lavándose las manos. Es evidente que no puedo realizar otro análisis.

 

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