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POLEMICA ENTRE LA PRENSA BRITANICA Y LOS DEFENSORES DE PINOCHET

Teléfono descompuesto en Londres

Sergio De Castro, supuesto vocero del ex dictador en una entrevista publicada ayer, dice ahora que habló "a título personal".

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t.gif (67 bytes)  "Me pidieron una entrevista y yo se la concedí. Pero en ningún caso el general Pinochet habló por mi intermedio ante la prensa inglesa." Apenas aterrizó ayer en Santiago el avión procedente de Londres, el economista Sergio De Castro desmintió lo que había publicado el Sunday Mirror. Según el diario, el ex dictador chileno Augusto Pinochet dijo a través de De Castro, ex ministro de Economía de su régimen, que fue "víctima de una traición" por parte de Gran Bretaña y que el ministro del Interior, Jack Straw, "me secuestró". El vocero de Pinochet en Londres, Patrick Robertson, había desmentido que su representado haya hecho estas declaraciones, pero el director del diario, Colin Myler, ratificó lo publicado. Otra polémica con la prensa estalló cuando el Sunday Telegraph afirmó que la embajada británica en España le había advertido a Pinochet que no viajara a Londres. La Cancillería británica negó rotundamente la versión.

"El señor De Castro dejó perfectamente claro que ofrecía al periódico la opinión y el sentimiento del senador", señaló Myler, y recalcó que no existía "absolutamente ninguna duda" de que Pinochet había hablado del tema con De Castro. "Pinochet no ha dado ninguna entrevista al Sunday Mirror o a cualquier otro periódico. No ha recibido ningún cuestionario del Sunday Mirror y no ha dado respuesta alguna. Los sentimientos expresados por Sergio De Castro le corresponden", respondió Robertson.

Quienes asumieron la defensa de Pinochet en Londres ya han tenido malas experiencias respecto de estos supuestos voceros del ex dictador. Cuando Jack Straw aún no se había pronunciado sobre la continuación del proceso de extradición a España, el Sunday Times había publicado un amplio comunicado de Pinochet, escrito por uno de sus hijos, en el que se exigía a Gran Bretaña que se disculpara por el trato que se estaba dando. Según el equipo legal que asesora a Pinochet, esto conspiraba contra la argumentación para lograr la liberación de su cliente, basada en su frágil estado físico --acaba de salir de una operación-- y en su edad --83 años recién cumplidos en la cárcel--.

En este sentido, la diputada del gubernamental Partido Socialista (PS) chileno, Fanny Pollarolo, deslizó la posibilidad de que estos aparentes escollos en la estrategia de defensa de Pinochet, en realidad tengan por objetivo hacer creer que la fragilidad del ex dictador pasa por su estado mental. La vicepresidenta del PS, psiquiatra en su vida profesional, agregó que si Pinochet hace declaraciones que perjudican a su propia imagen y que luego las desmiente u olvida haberlas hecho, esto podría convertirse en un elemento para solicitar el regreso a Chile por razones humanitarias. El proceso que sigue de aquí en más es tan largo como ha sido hasta ahora: el caso podría volver a manos de la Alta Corte de Justicia, a la Cámara de los Lores y al mismo Straw.

"Fui invitado a Gran Bretaña por el gobierno, y fui oficialmente recibido por el gobierno británico. Ahora sé que todo el tiempo estuvieron complotando a mis espaldas para arrestarme en una acción ilegal", dice Pinochet según el Sunday Mirror. A pesar de la desmentida de Robertson, el coordinador del movimiento por la liberación de Pinochet en Londres, Peter Schaad, creyó necesario bajar el tono. Preguntado sobre si el ex dictador cree que hubo un complot en su contra, Schaad contestó que "no lo diría tan fuertemente, pero siente mucha, mucha amargura acerca de lo que le ha sucedido desde el 16 de octubre, considerando la intensa cooperación entre los dos países, especialmente durante la guerra de las Malvinas".

Sin embargo, según De Castro, Pinochet no parece amargado. "Tenía buen espíritu e incluso hizo algunas bromas", dijo el ex funcionario del régimen militar chileno, y agregó que el ahora senador vitalicio participó contento del cumpleaños de su esposa, celebrado el jueves. "Fue una buena fiesta. Hubo una gran tarta redonda con velas. Bebimos zumos y Coca Cola porque él no bebe alcohol. Estaba relajado y sonreía. Acumula fuerzas para la batalla que queda", describió De Castro. Pero Pinochet seguramente no habrá festejado su propio cumpleaños: ese mismo día, la Cámara de los Lores británica anunciaba que rechazaba la inmunidad por ex jefe de Estado que le había otorgado la Alta Corte de Justicia de Londres.

 

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