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Luces y sombras en el arbolito de Navidad

El negocio del cotillón para las fiestas sigue creciendo. Facturará U$S 40 millones. Pero la industria se queja por la importación.

Las decoraciones navideñas en esos centros comerciales motivan el consumo del cotillón para las fiestas.
La importación de arbolitos y muñecos de Papá Noel es realizada principalmente por hipermercados.

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Por Hebe Schmidt

t.gif (862 bytes) Los negocios alrededor de la Navidad crece año tras año. Es una actividad que mueve en apenas unas pocas semanas cerca de 40 millones de dólares. Representa así poco menos del 10 por ciento del mercado de juguetes, cotillón y Navidad, que en Argentina moviliza alrededor de 450 millones de dólares anuales. Ese monto ubica al sector en el segundo lugar del ranking por volumen en América latina detrás de Brasil, mercado de 800 millones de dólares a "salida de fábrica".

La compra de artículos navideños y juguetes superará las expectativas, de acuerdo con empresarios del sector. Los productos importados representan el 80 por ciento de las ventas, con origen principalmente en el sudeste asiático (China, Hong Kong y Tailandia). En el rubro de adornos navideños, específicamente, el mercado está dividido en partes iguales entre producción nacional e importados: 20 millones de dólares para cada uno. Ese monto se incrementa considerablemente una vez que los artículos llegan al consumidor final. La importación es distribuida por cadenas de supermercados, jugueterías, grandes mayoristas y minoristas.

"Si bien para fin de año siempre se vendieron adornos navideños, junto con la apertura de los shoppings sobrevino un cambio respecto de los hábitos de consumo de estos artículos. Las decoraciones implementadas en estos centros comerciales y en las vidrieras de sus distintos locales motiva, de alguna forma, a su consumo", explicó a Página/12 Jonathan Scher, director de ventas de Navistar SA, una de las tres principales empresas nacionales fabricantes de artículos navideños junto a Rocig SA y Fabesa SA. "Este año las ventas se incrementaron en un 15 por ciento respecto del año anterior, y para 1999 que trae consigo el fin de milenio, las expectativas son mucho mayores", precisó.

Sin embargo, el mercado de juguetes, cotillón y Navidad, revela un costado paradójico: si bien las ventas se incrementaron y prometen seguir aumentando, según las expectativas de los empresarios, desde que comenzaron las importaciones en 1990 se cerraron 140 empresas vinculadas con el sector y se perdieron 6000 puestos de trabajo. "Entre 1989 y 1991 el 80 por ciento de los productos se fabricaban en el país y el restante 20 por ciento se importaba. Pero la apertura del sector dio vuelta esas cifras", afirmó a este diario Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, Artículos de Cotillón y Navidad. "En septiembre del '97 nuestra Cámara presentó un pedido de salvaguardia ante la Secretaría de Industria, Comercio y Minería, pidiendo que se adopten medidas y analicen los daños producidos en el sector a raíz de la gran cantidad de productos importados que ahoga a la industria nacional. Una medida similar está en vigencia en Brasil desde hace tres años. Desde entonces la industria brasileña del juguete, cotillón y Navidad incrementó los puestos de trabajo e incorporaron nuevas tecnologías", precisó Faraoni.

El mercado brasileño, cinco veces mayor que el argentino, importó este año sólo 90 millones de dólares en materia de juguetería y adornos navideños, de los cuales 23 millones son de origen argentino. De no haber una alguna medida que pueda paliar la situación del sector, "dentro de aproximadamente dos años la industria del juguete, cotillón y Navidad en el Mercosur quedará en manos de Brasil porque la de Argentina desaparecerá", alertó Faraoni.

 

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