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Por Felipe Yapur  El sábado fue el
acto que organizó en pleno territorio bonaerense el presidente de la Cámara de
Diputados, Alberto Pierri, con la asistencia del propio Carlos Menem. El domingo, la
victoria de José Manuel de la Sota en Córdoba, que fue vivida como un éxito propio por
el menemismo. El lunes, la reunión de gobernadores peronistas que terminó en una
exhortación para que el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde desistiera de los recursos
judiciales que impiden que Menem asuma como presidente del PJ. Era lógico que esa semana
de pesadilla para el duhaldismo terminara con otro grano: ayer fue un documento, un
mensaje de paz, firmado por diputados y senadores nacionales del PJ exhortando a la unidad
partidaria, reconociendo a Menem como jefe del partido y a Duhalde apenas como presidente
del congreso del PJ y demostrando que los peronistas interpretan ese designio bajo la
conducción de Menem y no de Duhalde.El documento fue presentado al mediodía en una conferencia de prensa. Los legisladores anhelaban producir un hecho político y partir raudos hacia sus provincias en pos de un feriado largo. El texto no es memorable. Consta de ocho puntos muy escuetos. Lo proyectaron diputados nacionales que responden al bonaerense (entre ellos Eduardo Camaño, Eduardo Rollano, Eduardo Mondino, Fernando Maurette y los senadores Augusto Alasino y Ricardo Branda). Luego lo consultaron y acordaron con algunos colegas menemistas. Uno de ellos, en su primera actuación parlamentaria entre los que se encuentra el pintoresco senador trucho por Corrientes Rubén Pruyas. Los legisladores del PJ reconocen la posibilidad de que Menem continúe presidiendo el partido hasta el 2001 o el 2002. Para Duhalde reservan un premio consuelo: le reconocen el cargo de presidente del congreso partidario. Luego, seguramente tomando en cuenta el espíritu de la fecha, les piden a los dos principales dirigentes peronistas una reunión para llevarles este “mensaje de paz”. Nadie se atreve a aventurar qué pasará con ese puente que intentan generar entre Menem y Duhalde. Por lo pronto cada sector hace una lectura diferente. Desde el despacho del senador mendocino y ultramenemista Eduardo Bauzá se dijo que para Menem el documento representa “un acto loable porque reconocen que el jefe del partido es Menem, pero todo lo que signifique tareas de acercamiento las tienen que realizar a través de los gobernadores peronistas”. O sea, un modo elegante de decir que no al puente de plata. Esta afirmación habla a las claras de la superioridad que siente el menemismo por sobre el bonaerense. Desviar las discusiones de acercamiento al sector de los gobernadores es una forma de decirle a Duhalde que la reunión que mantendrá el próximo lunes con el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, el sanjuanino Jorge Escobar, el mendocino Arturo Lafalla y tal vez con el salteño Juan Carlos Romero, no es de primer nivel. “El mensaje es claro, que hable con ellos primero... que después Menem se hará un tiempo para atenderlo”, se jactó un confiado operador menemista. Totalmente diferente es la opinión en el bunker duhaldista. Los operadores del bonaerense sostienen que “el documento de los legisladores no es todo lo que nos gustaría, pero tampoco nos desagrada. Nos hubiera parecido mejor que se deje expresada la imposibilidad de una nueva reelección de Menem. Pero no importa, que gente nuestra y alguno de ellos se junten a consensuar un documento es realmente positivo”. Sin embargo, y más allá de lo que afirma el operador duhaldista, todos los hombres de comité de campaña del gobernador de Buenos Aires saben que hasta que no se realicen las elecciones internas del 11 de abril tendrán que soportar períodos de calma y de avances por parte del menemismo: “Ese día terminará todo porque ganaremos las internas y Menem seguirá siendo elpresidente del partido..., pero hará lo mismo que hizo en su momento Antonio Cafiero en 1989, nada”.
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