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LA UBA ECHO A LOS MAYORES DE 65
Jubilación compulsiva

El Consejo Superior dio de baja a todos los profesores con
edad de retirarse y el conflicto estalló en la carrera de
Sociología, que perderá a sus principales docentes en dos años.

Rozitchner: “Es una medida infame y hasta fascista que intenta someter la forma de pensar que sostuvo toda una generación de desaparecidos”.

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Por Cecilia Sosa

t.gif (67 bytes) El 1º de marzo de 1999 todos los docentes mayores de 65 serán dados de baja en la UBA, por decisión unánime del Consejo Superior. Si bien la medida alcanza a todas las carreras de la universidad porteña, en Sociología se desató un escándalo que pone en riesgo el inicio del próximo ciclo lectivo. “Esta jubilación compulsiva barre con el plantel histórico que conformó Sociología después de la dictadura. En dos años nos desmantelan el tronco de la carrera”, se indignó Lucas Rubinich, director de la disciplina que se dicta en la Facultad de Ciencias Sociales. A pesar de que muchos de los docentes afectados ya tienen la carta de despido en la mano, iniciaron una campaña para intentar derogar la resolución. En el transcurso de pocos meses serán dados de baja profesores tan prestigiosos como León Rozitchner, Gregorio Klimovsky, Enrique Oteiza, Rubén Dri, Alfredo Marín, Enrique Marí, Mario Margulis, Ricardo Malfé, Alfredo Errandonea, Hugo Calello, Alfredo Pucciarelli, Mario Casuccio, Antonio Cirigliano, Ruth Sautu, Susana Torrado, Celia Guevara, Jorge Jaroslavsky y Carlos Abalo, según un listado elaborado por la junta de la carrera.
“Las autoridades de la UBA dicen que hay que dejar lugar a los más jóvenes. Pero en las ciencias humanas y sociales falta una generación de docentes: los desaparecidos o exiliados, las víctimas de la dictadura. Si ellos estuvieran, estos profesores ya se habrían jubilado naturalmente”, aseguró Fabián Nievas, secretario académico de Sociología. “Ninguna carrera sufrió tanto como la nuestra”, insistió Inés Izaguirre, una de las afectadas. “Esto producirá un verdadero quiebre en la producción de conocimiento. Los que entraron a la facultad a mediados de los ‘80 todavía no alcanzaron a formarse. No hay nadie que pueda sustituirnos”, dijo.
El estatuto de la UBA fija, desde 1966, a los 65 años como tope para ejercer la docencia. “Esto se aplicó en muchas facultades, pero nunca en Sociales. Faltó operancia de las antiguas autoridades”, comentó el decano Fortunato Mallimaci que, como todos los consejeros superiores, avaló la resolución. “Es una medida infame y hasta fascista”, espetó Rozitchner, que ya recibió la carta de despido. “Se intenta someter una forma de pensar que sostuvo toda una generación de desaparecidos y que tiene en nosotros los últimos baluartes de resistencia.” Y el profesor Horacio González disparó: “Expresa el nivel más bajo al que han llegado el rector y el decano en su sumisión a los planes de ajuste. Muestra una carencia total de sensibilidad hacia la vida intelectual. Es una vergüenza pública para toda la universidad”.
De las 64 materias de Sociología, el 60 por ciento son obligatorias y el 40, optativas. De estas últimas, quince quedarán eliminadas, ya que la baja de sus profesores titulares arrastrará consigo a todos sus planteles docentes. “En total se irán casi cincuenta docentes de las optativas. Y en el caso de las materias obligatorias, asumirán los adjuntos que, a pesar de su calidad académica, no tienen el prestigio de un Rozitchner o un Oteiza”, detalló Nievas. Entre las bajas –dicen– hay casos absurdos, como el de los docentes ad honórem. “El profesor Hugo Calello, respetado en toda América latina, no le cuesta un peso a la UBA. Pero, como tiene 66 años, él y su cátedra se tienen que ir”, lamentó Nievas.
La conflictiva resolución prevé que cada facultad podrá recontratar a los profesores jubilados o, para que puedan dar clases en forma vitalicia, podrá distinguirlos con la designación de eméritos o consultos. Pero, en ambos casos, los salarios serán nulos o reducidos a su mínima expresión: sólo podrán trabajar ad honórem o por dedicaciones simples. El decano Mallimaci aseguró que, en febrero y marzo, el consejo directivo tratará las recontrataciones y el nombramiento de eméritos y consultos. Klimovsky, Oteiza, Marí, Marín, Dri y Rozitchner fueron postulados para esto último en 1997, pero el consejo nunca trató el tema.
Para los docentes, la medida reviste una lectura única: en caso de no ser jubilados “de facto”, sus sueldos quedarán reducidos a migajas. “Si yadedicarse a enseñar e investigar era un evidente perjuicio económico, quedar contratados por 120 pesos es casi ridículo”, protestó el titular de “Epistemología de las Ciencias Sociales”, Enrique Marí. “De recontratar, sólo van a hacerlo en pocos casos y para dar clases en posgrados. La única que nos queda es ir a engrosar las filas de los jubilados a la Plaza del Congreso”, ironizó Rozitchner. Los sociólogos empezaron una campaña de protesta que incluye el contacto con organizaciones del exterior. Y la junta de la carrera cursó una carta al decanato y al rectorado (ver aparte) clamando por la derogación de la medida. “¿Prescindirá la facultad de este saber invalorable, del saber de los que más saben?”, dice la esquela que, hasta ahora, no obtuvo más respuesta que el silencio.

 

¿Quién los reemplazará?

“¿Vamos a creer ingenuamente que la expulsión progresiva que sufren los jóvenes es causada por los espacios que ocupan los más viejos, nuestros maestros?”, reza la carta elaborada por la junta de Sociología, integrada por profesores, alumnos y graduados. “Los docentes más viejos son los portadores de un saber acumulado en años de experiencia de vida y formación académica. Son referentes de carne y hueso, de la historia de una facultad y una sociedad que ha perdido una o dos generaciones de cuadros intelectuales en el genocidio perpetrado por la última dictadura militar. ¿Quedará huérfana la Facultad de Ciencias Sociales de los hombres que nos vinculan con nuestra historia social y política?, ¿quiénes, con nombre y apellido, los reemplazarán en sus respectivas cátedras?”, cuestiona. Y, con respecto a un posible recontrato, afirma: “Han cobrado salarios vergonzantes en relación con cargos equivalentes en cualquier universidad del mundo, ¿verán nuevamente mermados su ya deteriorados salarios, cobrando las renombradas jubilaciones de la República Argentina?”.


Una masacre intelectual

“Los profesores e investigadores que hoy tienen más de 50 años son sobrevivientes de esa verdadera masacre social e intelectual sufrida en las últimas décadas. Hombres y mujeres cuyo valor académico para la formación de las nuevas generaciones se potencia al situarlos en ese contexto, ya que, al margen de la edad cronológica, se encuentran en plena producción y madurez, en su etapa de mayor capacidad”, escribió Alcira Argumedo, profesora de Sociología. En su artículo ¿Una nueva devastación de la Universidad?, señaló que las nuevas formas de disciplinamiento se basan “en la desarticulación de los cuadros intelectuales de los países periféricos, como modo de neutralizar cualquier posibilidad de elaboración de un pensamiento crítico y autónomo, capaz de fundamentar alternativas diferentes al camino trazado por el neoliberalismo y la globalización. Superadas las etapas represivas, deben utilizarse la cooptación intelectual, el acoso económico y las presiones para orientar sus investigaciones y su producción... con el fin de que no sea cuestionado el paradigma del Banco Mundial. Y estos mecanismos se complementan con criterios jubilatorios cuyo espíritu es esencialmente fiscalista y guiado por valores de material descartable. Así, los inapreciables sobrevivientes universitarios son descartados, expulsados al cumplir 65 años... A partir de esa edad pueden ser diputados, senadores, gobernadores o presidentes de la nación... Pero no pueden pensar, investigar, enseñar”.

 

Para el tiempo libre... (si queda)

Biología. Está abierta la inscripción a la carrera de Ciencias Biológicas, que se dictará en el ‘99 en la universidad CAECE. Informes: Av. de Mayo 1400; e-mail: [email protected].
Carreras. Marketing, Comercio Exterior, Publicidad y Comunicación Estratégica son algunos de los títulos que ofrece la Fundación de Altos Estudios en Ciencias Comerciales. Está abierta la inscripción en Paraguay 1338, PB, Tel. 815-3153/3183, e-mail: [email protected].
Idioma. El 5 y 6 de enero se realizará la inscripción a los cursos de verano de inglés, portugués, italiano, francés, alemán y español para extranjeros en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Los alumnos y docentes podrán beneficiarse con descuentos. Inscripción: 25 de Mayo 221.
Medicina. A partir del ‘99, en la UCES se dictará la carrera de Medicina. Para ingresar, los aspirantes deberán asistir a un curso de Morfología Humana y Bioquímica. Informes: Paraguay 1338, Tel. 815-3287/90, interno 127.

 

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