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Por Ludmilla Vinogradoff desde Caracas ![]() ¿Es suficiente el plazo de tres semanas que usted ha dado a los parlamentarios para que discutan y aprueben la convocatoria de la Asamblea Constituyente antes del 15 de febrero? Claro que es suficiente porque sólo deben firmar el acuerdo y eso es rápido. Si los dos tercios del Congreso no logran ese acuerdo porque está muy fragmentado, ¿usted firmará el decreto presidencial de la Constituyente, dando un chavazo al estilo del fujimorazo? No será un chavazo sino un pueblazo, porque el pueblo ha votado por la Constituyente. ¿Cuáles son los tres aspectos más importantes que quiere cambiar en la Carta Magna? Lo fundamental es refundar la nación venezolana en la V República. No se trata de cambiar una gente por otra, sino de las estructuras, el funcionamiento y el mecanismo perverso de la corrupción que ya está en las venas de la gente. Se trata de cambiar los tres poderes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial e incluir el cuarto poder, el poder moral, mediante la elección popular directa de los cargos y su revocatoria. ¿En qué consiste ese poder moral que nadie entiende? Es el poder moral de la Constituyente que nosotros proponemos. Se trata de fundar un solo poder autónomo que no dependa de los otros tres. Lo que hoy funciona como la Contraloría (Tribunal de Cuentas), la Fiscalía y la defensoría del pueblo, se pueden fundir en una sola institución. ¿Ha pensado en la reelección presidencial inmediata, que hoy no está permitida, y si es así, por cuánto tiempo? Sí, por eso es necesario cambiar la Constitución. Es conveniente un período corto seguido de cuatro o cinco años. El tema lo discutirán los expertos. ¿Con qué motivo su Movimiento V República (MVR) está enrolando gente en la calle, que ya se distinguen como los boinas rojas? Hay una intención sociopolítica que es necesaria y vital como es la unificación de un pueblo, la organización de los sectores populares, campesinos, trabajadores, estudiantes y jóvenes. ¿Qué dice a la crítica de que están inspirados en la red de apoyo popular, los comisarios de esquina del régimen cubano? Yo no conozco la forma de organización del pueblo cubano. ¿Los carnetizados de las boinas rojas van a reemplazar al carnet del bipartidismo, que fue derrotado en las elecciones? Depende del carnet. Entiendo que el MVR, del que soy su fundador, lo está haciendo para organizar el movimiento, saber dónde están los militantes y con cuánta gente contamos. Ahora, el asunto está en cómo se utiliza el carnet. El carnet no debe ser un instrumento de abuso ni chantaje. Estaré atento para que eso no ocurra. Su pensamiento político parece una colcha de retazos pues invoca a Rousseau, Bolívar, Camus, Neruda y el cristianismo primitivo. No es marxista ni capitalista pero le gusta la Tercera Vía de Tony Blair. ¿Podría precisar qué rumbo tomará su gobierno? Los pensadores y la historia no pueden verse como retazos. No se trata de un rompecabezas. Las ideas y la historia son dos dinámicas. Las ideas son eternas. Los hombres van a la tumba pero el espíritu y las ideas quedan. En Venezuela no tenemos democracia sino los restos de lo que pudo ser un sistema democrático. La Constituyente es el objetivo a corto plazo. Yo aspiro dentro de cinco años a que el país tenga una democracia sólida y desde el punto de vista económico tenemos un proyecto de economía humanista y diversificada. ¿Con cuál de las dos tendencias mundiales, la socialdemocracia y la democracia cristiana, se identifica mejor? Las dos tienen fragmentos de nuestro proyecto. Yo me identifico con la democracia social pero también con el cristianismo. Nosotros tenemos algo o mucho de esas dos corrientes pero preferimos resumirla en una sola que la llamamos humanística y si la vamos a precisar entonces es bolivariana. ¿Y dónde pone la Tercera Vía de Tony Blair? No se trata de copiar un modelo. Eso es un error. A mí me parece digno de considerar la propuesta de Tony Blair, que apenas se está empezando a discutir en Europa. Yo incluso pienso invitar a figuras claves del mundo para hablar de la Tercera Vía el próximo año en Venezuela. Creo que es conveniente alejarnos de los extremos. Nos alejamos del sistema comunista y socialista pero también del capitalismo salvaje. Es una alternativa intermedia. Ese punto intermedio tenemos que buscarlo. ¿Cómo calificaría entonces el modelo económico de Chávez? De humanista. No es cepalista ni socialista ni neoliberal. Tiene elementos de cada una de esas cosas. Para que no quede tan difuso nuestro modelo económico debo aclarar que plantea al mismo nivel los equilibrios macroeconómicos y los macrosociales. Lo social y lo económico no puede separarse. Deben ir juntos. También anuncia que impulsará una revolución bolivariana en América latina. Si Bolívar liberó a los cinco países andinos de la corona española, ¿usted de qué o quién los va a liberar 200 años después? Esa revolución es para seguir el ejemplo que Caracas dio, como dice nuestro himno nacional, para liberarnos del hambre y el atraso. Ya no es la cadena del imperio español. Ya son las cadenas de la pobreza, la miseria, el subdesarrollo y el analfabetismo. ¿También seguirá los pasos de Menem y Fujimori, que al llegar al poder aplicaron medidas ortodoxas y neoliberales, dejando a un lado el populismo que los había arrastrado hasta la presidencia? Yo no puedo decir que los presidentes Menem y Fujimori, que merecen todo mi respeto, hicieran eso. Yo hablo por mí. Hemos venido construyendo un proyecto que no es populista. Eso es un cliché. El populismo no es eso. El populismo es otra cosa. Es una desviación de la democracia. La democracia proviene del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Entonces un Estado que impulsa la producción nacional, que subsidie algunos sectores de la producción, no podemos decir que sea populista. En el norte, si los estados subsidian su agricultura y a los pobres entonces habría que decirles que son populistas también. ¿Entonces por qué ha cambiado de cara tan pronto como fue electo presidente? Sí, pero eso no ha cambiado para nada mi discurso. Durante mi campaña les decía a los empresarios que íbamos a restablecer los equilibrios macroeconómicos, a mantener la paridad cambiaria y el sistema de bandas, a no devaluar el bolívar ni controles de cambio y hemos dado confianza al mundo llamando a los inversores y dándoles garantías de que todo debe regirse mediante la oferta y la demanda del mercado y la capacidad competitiva del país. Yo no tengo la intención de engañar a nadie. Sólo he dicho verdades. ¿Cuál es su posición en esta crisis de los precios del petróleo, que afectará el presupuesto de su gobierno, en medio de una OPEP dividida? No se puede decir que la OPEP no sirva. Se trata de fortalecer la OPEP, con más disciplina y con más lealtad. Para eso hay que conversar, negociar y crear disciplina para que haya lealtad y eso es lo que tenemos que restablecer. Estoy seguro que los países árabes están igualmente interesados en esto dada la caída en los precios del petróleo y el peligro en que todos nos vemos, el que el precio se vea en 3 y 4 dólares el barril.
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