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El Buen Inversor

Se buscan bomberos

Los emergentes están ardiendo sin que aparezcan bomberos decididos a apagar el incendio con chorros de dólares. Los financistas apuestan a una baja de la tasa de corto.

Por Alfredo Zaiat

La crisis internacional se propaga como el fuego en un incendio. Si no hay bomberos para controlar las llamas, nada quedará en pie. Sólo cenizas. Hay veces que los convocados a auxiliar (por caso, el Fondo Monetario en Asia y en Rusia) utilizan nafta en lugar de agua para aplacar el fuego. Y el problema reside en que los bomberos principales (Estados Unidos y Europa) no quieren abrir la canilla. Alientan a los que están ardiendo con que ya tienen todo preparado para acudir al rescate. El riesgo es que lleguen tarde.

Todas las expectativas de los financistas están puestas en Alan Greenspan, titular de la Reserva Federal (banca central estadounidense), que se ha convertido en uno de los bomberos más requeridos para controlar el siniestro. Pasado mañana se reúne el Comité de Mercado Abierto de la Fed para evaluar la alternativa de bajar la tasa de interés de corto plazo. Una medida en ese sentido es esperada por los operadores, que piensan que ése es el primer paso para recorrer el camino de salida de la crisis.

Greenspan dio pistas favorables para esa resolución el miércoles pasado, y los mercados reaccionaron con euforia. Pero la desilusión puede ser muy grande y, por lo tanto, el derrape de las cotizaciones también si finalmente no hay cambios en la tasa. Si bien la palabra de Greenspan tiene mucho peso, en la decisión de subir o bajar la tasa participan otros doce miembros de la Fed. Y en ese grupo conviven palomas y halcones.

De todos modos, el eventual recorte de la tasa no extinguirá el incendio. Sería el indicio de que los dueños de la canilla decidieron empezar a abrirla. Pero para sofocar el fuego se necesita, además, que agarren la manguera para lanzar un fuerte chorro de dólares. Por el momento sólo han manifestado gestos de buena voluntad. Pero Brasil, que está siendo devorado por las llamas, necesita mucho más que expresiones de respaldo. Sin un inmenso paquete de dólares coordinado por Estados Unidos, no se podrá frenar la corrida contra el real, que ya se cobró 24 mil millones de las reservas.

La debilidad del gobierno de Fernando Henrique Cardoso será cada vez mayor a medida que se acercan las elecciones presidenciales del domingo próximo. Los financistas no esperarán al triunfo de Cardoso, victoria que pronostican todas las encuestas, para detener su fuga, que ya deprimió el nivel de reservas de Brasil a apenas 48 mil millones de dólares. Sólo podrá calmarlos un fuerte ajuste fiscal, acompañado de un millonario socorro externo. En esa carrera contra reloj no está en juego solamente la suerte de la economía brasileña, sino que atada a ella está la de la Argentina.