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Vale decir


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NATALIA OREIRO

La Oreiro jamás se irá al cielo
Por Cristina Civale

Acabo de comprarme un libro viejo y berreta de autoayuda, sólo porque tiene un buen cover y un gran título: “Las chicas buenas van al cielo, las malas a todas partes”. Lo tengo al lado de la computadora en la que trabajo, como para que me sople esa frase sabia algo de su endemoniada certidumbre. Según esta frase -que a lo mejor es de Truman Capote, no lo recuerdo-, la Oreiro nunca se iría al cielo porque los estertores de su cuerpo exceden la bondad pero no rozan la malicia y, sin embargo, ella es capaz de ir a todas partes. Es una chica sureña, prototipo joven y envidiado de la mujer glam de los ‘90. Es bella como pocas, oculta su inteligencia y espadea con lo que hay que espadear: una caída de ojos o el movimiento exacto de las caderas y luego, guarda silencio. Baja el perfil cuando corresponde y lo pone a tope siempre con acierto. Cada vez sorprende de más porque parece que de ella se espera sólo un cuerpo vertiginoso, capaz de dejar sin aliento a cualquier hombre. No conozco ninguno que no me haya confesado sus fantasías sexuales con la uruguaya, desde el kiosquero hasta mi vecino escritor, artista de vanguardia, insospechado de erguirse ante un amuleto. La Oreiro posee muchas virtudes pero yo sólo quiero destacar una. Es una mujer tenaz, que sabe lo que quiere y va por ello. Su cuerpo es parte del plan que la llevará allí, y eso es lo que hace su diferencia. “La Oreiro” es el producto. Es decir, el medio que la llevará hasta su propio fin: un objetivo secreto del que nadie se enterará porque, cuando llegue, ella hará como que ya está en otro lado.

La Lolita de Jusid
Por Alejandro Kuropatwa

Natalia es la creación -o último invento- del ahora Zar de Nada Romay. El gran especialista en culebrones, de las fantasías amorosas de los barrios, brindó a los argentinos, durante décadas, una gama variada de sex-simbols y concluyó con una obra de fin de siglo: Natalia Oreiro: Lolita. En el Alto Palermo es acosada para que firme autógrafos y se saque fotos. Ella, cada diez fotos, hace ¡Uff!. En el Patio Bullrich se pasea ante la indiferencia inconmovible de sus habitués. Si se hiciera una encuesta, estaría primera en las fantasías de los barrios porteños, tanto en hombres como en mujeres. Unos y otras sueñan con que Natalia llegue hasta ellos y los ame implacablemente para poder ostentar el tesoro ante la envidia del mundo. En esos mismos barrios, tanto porteños como uruguayos esperan ansiosos sus novelas y verla decir “Te quiero”, con la boca en punta, al estilo pobrecito cocodrilo. Claro está que, antes de lograr tamaña exquisitez, no duda en practicar el día anterior con un chupetín, vestida con un jardinerito naranja y una copa de Duc de Saint Remy.

Qué sabemos de Artigas
Por Alberto Migré

Antes que nada: el público ya la compró, y después de eso ya no hay mucho que se pueda decir. Si me preguntan, me gusta su desenfado, esa soltura bastante inusitada con que contesta. Y hay que reconocer que hace tiempo que no aparecía en las telenovelas una heroína que se destacara y, al menos dos años después, se mantuviera. El otro día leí que se iba a “reestructurar físicamente”, y eso ya me da miedo. Es tan jovencita y ya van a lanzar a La Nueva Natalia Oreiro. A lo mejor quieren que sea alta y rubia, pero el público ya la quiere así. Aunque delata algo de pose cuando le preguntan por Belgrano y ella dice que de eso no sabe, que estudió Artigas porque es uruguaya. Es tan encantadora que la pregunta se acaba ahí, pero si le preguntan por Artigas es probable que tampoco sepa mucho. Aunque ella no tiene la culpa. La vida es así hoy en día.

Sugerencias a propósito de N.O.
Por José Pablo Feinmann

No hay que creer en los números. Que una peli llegue a casi dos millones de espectadores no quiere decir nada. Ni sobre la peli, ni sobre sus actores. Durante largos años el populismo identificó a la cantidad con lo bueno. Algo que convocaba a las masas debía contener en sí -necesariamente- un valor positivo. Esto partía de la siguiente certeza: la masividad como valor. Conseguir la adhesión del “pueblo” o la “gente” era bueno porque el “pueblo” y la “gente” no entregaban su adhesión porque sí, a cualquier cosa. “El pueblo no se equivoca.” “La gente no se equivoca.” Suelo pasar frente a un teatro que ofrece un exitoso espectáculo basado en dos cómicos burdos y una vedette veterana. Nunca se me ocurre pensar que el espectáculo es bueno; siempre pienso que la “gente” está emprendiendo un viaje sin retorno a los parajes de la imbecilidad, cada vez más poblados. Así las cosas, la “gente” no puede otorgar valor a nada porque no lo tiene en sí. Sólo lo que vale otorga valor. Con respecto al tema que nos convoca: Natalia Oreiro responde muy ajustadamente a eso que los norteamericanos llaman “the girl next door”. Es decir, “la chica de la puerta de al lado”. Ejemplos de “girl next door”: Sandra Dee en los `50 y Sandra Bullock en los `90. La chica de la puerta de al lado es aceptada por los matrimonios clasemedieros. La señora la siente como una sobrina; el señor siente que la desea y que no es inalcanzable (cree que podrá encontrar alguna que se le asemeje a la vuelta de cualquier esquina). La Oreiro no agrede. Despierta los sueños pero no los vuelve imposibles. Cosa que la condena a la medianía: las grandes mujeres del cine tienen el hábito fascinante de ser imposibles.

Seré breve Por Fogwill

¿Quién es Natalia Oreiro? Me dio miedo preguntar porque podía ser una escritora muy famosa que yo no conocía. Ahora sé quién es. Prefiero a Olga Orozco.

Se dice de mí
Por Natalia Oreiro

Natalia Oreiro empezó a estudiar teatro a los ocho años. A los once -con las primeras emisiones del programa de Xuxa en la televisión uruguaya- soñó con ser Paquita. A los doce se presentó en un casting que pedía niños actores y empezó una fulgurante carrera en el mundo de los comerciales. Grabó un recordado comercial de tampones. A los catorce fue elegida, entre las ganadoras de cada país de América, Súper Paquita: la encargada de acompañar a Xuxa en las giras y representarla en programas y homenajes. Pero gran parte de sus ganancias se iban en pasajes de ómnibus con los que cruzar a Buenos Aires y pulular por castings. Un día ganó uno y quedó como extra en “Inconquistable corazón” (“Idea A. R.”). Renunció a ser la embajadora de Xuxa y empezó, dicen, a ser la protegida de Romay. En el ínterin renunció a ser presentadora de MTV. Hoy mira y dice: “Hubiese sido grosso, y me divertía. Pero yo siempre quise ser actriz. Quizás hubiese sido más rápido hacer un año de MTV, pero es mejor hacer de extra y aprender, porque la verdad es que cada vez que me paro frente a una cámara todo lo que estudié no me sirve para un carajo”.

Es fácil: está contenta porque acaba de comprarle escarpines a sus perros. Pero después se complica: "Si lo que quieren con esta nota es el lado oscuro de Natalia Oreiro, van muertos. No tengo zonas más oscuras que otros, pero si sirve puedo decir un montón de chanchadas".

¿Qué pasó entre Alejandro Romay y Oreiro? Los rumores —por definición, nunca confirmados— indican que el mismísimo Zar le declaró su amor en un despacho del que alguna vez fuera su canal. Oreiro se ríe y se crispa y dice: "Romay no me ve como una niña fatal, sino como una sobrina o una nieta. Pero la gente es jodida. Al principio me decían que era la uruguaya bruta que nunca iba a poder hablar, y que los extranjeros sólo venían a este país para trabajar de mozos. Ahora me cruzan y empiezan Hola, Nati, ¿cómo estás?. Al principio quería que la gente me quisiera. Ahora ya no. Si llego a un lugar y hago uno o dos intentos por revertir la mala onda y no pasa nada, bueno, que se vayan a la mierda".

¿Toallitas o tampón? Mientras las caras más bonitas y menos sugestivas de la Argentina pregonaban las innegables bondades de las toallitas femeninas, Oreiro, con trece años, filmaba una publicidad de tampones. Eso es Oreiro. "Sí, está bien, pero tampoco es que me dieron a elegir entre toallita o tampón, ni me avisaron que iba a haber un primer plano de mi culo redondo y gordito. Y no, no tenía un tampón puesto cuando filmamos".

¿Hay fotos de Oreiro desnuda? "Nunca me ofrecieron desnudos. Y tampoco me interesa que alguien se masturbe conmigo en Playboy. Si alguna vez hago desnudos será en privado. Aunque convengamos que el cuerpo desnudo de una mujer es mucho más lindo que el de un hombre. Eso, pongan de título Natalia Oreiro lesbiana. Porque soy muy cariñosa con mis amigas, y me gusta acariciarlas, y cuando algunas mujeres se me han acercado, sentí cierta atracción. Pero mi vida sexual pasa por los hombres. Por ahora".

¿A Oreiro le gustan las mujeres? "Nunca quise ser particularmente heroína de telenovelas, pero sí, veía todas las que daban. A la única que no le seguí una novela fue a Andrea del Boca. No me gusta el estilo de Luisa Kuliok. Quizá Grecia Colmenares, pero ya hizo muchas veces de ciega, aunque le sale muy bien. A mí las ladies y las porcelanas no me gustan. Prefiero las minas como Verónica Castro, de barrio".

¿Qué pasó entre Woody Allen y Oreiro?"Nada. Una noche, mientras filmábamos Un argentino en Nueva York, fuimos a comer a Cipriani’s y estaba Woody Allen con Soon-Yi en otra mesa. Yo me quedé sentada, pero todo el equipo de la película, bien de porteños cholulos, casi se le tiraron encima. Otro día vi a De Niro, a Alec Baldwin y a Val Kilmer. Pero Allen se había dado cuenta que estaban todos mirándolo, y cuando se fue saludó".

¿Cuál es su número de teléfono?"El año pasado estaba en la playa y en el bolso encontré el celular. Eso fue el colmo: tener teléfono cuando uno está en la playa. Y lo tiré a la mierda. Bueno, al mar. Ahí debe estar, supongo".

¿Por qué empezó a cantar?"Estoy poniendo la voz para un disco en el que va a tocar el baterista de Sting, los tipos que le hacen vientos a Gloria Estefan, el guitarrista de Madonna, y van a grabar en el estudio en el que graba Madonna. Cuatro de los temas me los compusieron Donatto & Stefano, que son unos capos; hay una canción de Alejandro Lerner, y otras de la gente que le compone a Emilio Estefan y a Diego Torres. Desde hace tres años que distintas compañías me vienen ofreciendo grabar un disco. Pero ¿cómo mierda me lo ofrecían si ni siquiera me habían escuchado?"

¿Cómo es Oreiro sin pollera?Oreiro para en un quiosco de revistas y hojea la revista Pronto, usina promotora de Canal 9. Oreiro aparece en la tapa y adentro declara que hará una película con Luis Miguel. Oreiro, con la revista en la mano, dice: "Qué hijos de puta, siempre lo mismo. No les doy la nota, inventan cualquier cosa y lo que es peor, usan siempre la misma foto y con la computadora me cambian el color de la pollera. Pareciera que tengo la misma cara de hace dos años y diez polleras iguales pero de distinto color".

¿Quién no conoce a Oreiro? "Las últimas dos veces que fui al Alto Palermo me sacaron con seguridad. Ahí no puedo ir más, pero en el Paseo Alcorta ni me saludan. Es distinto, claro: casi todos llegan en taxi o en auto, porque no hay colectivos que paren en la puerta. Para la gente de las clases más bajas, que me ven todos los días, soy como de la familia. Entonces me paran y me saludan. Los otros juran y perjuran que ‘Ricos y famosos’ es la primera novela que miran. Mentira".

¿Es verdad que Oreiro hace mal a la cabeza?"Mis fans me tratan muy bien. Cuando estoy en el aire recibo veinte cartas por día. No me piden nada, sólo me cuentan lo que sienten por mí y que conocerme sería el sueño de sus vidas. Ningún psicótico, digamos. Salvo uno, al que conocí cuando yo hacía de extra en Inconquistable corazón y ni siquiera hablaba en pantalla. El tipo me seguía a todos lados. Cuando entraba a un lugar no lo veía, pero cuando salía, el tipo estaba ahí parado. Era mi primer fan, y un día me fui a tomar un café con él. Hasta que me di cuenta que el pibe estaba re loco. No era normal que persiguiera, más cuando yo no era conocida."

¿Por qué le pagan tanto?"El país anda muy mal, y la gente mira televisión para escaparse de toda esa mierda, y como tampoco hay grandes ejemplos, admiran gente de la televisión. Y da la casualidad que yo estoy en la tele, nada más. La admiración por un actor debería pasar por su actuación, no por su vida. No me interesa actuar de Natalia Oreiro. Lo único genial que tiene es que me ayuda a ganar más plata, pero no es bueno."

¿Oreiro es como en las fotos?"Me parece altamente interesante que la gente fantasee conmigo, desde todo punto de vista. Y a mí me gusta hacer una producción y jugar a ser una mujer fatal, una nena o un angelito. Es mi laburo, y el ama de casa también tiene que ver una foto linda y no calentona. Pero no me interesa particularmente que la gente se cachondee conmigo. Por eso no ando por la calle como aparezco en las fotos, con las tetas en la garganta. Hasta me pueden cruzar en jogging y ojotas".

¿Cómo es Oreiro en la cama?"Sí, tengo cama doble. En casa duermo del lado de mi mamá, y en la casa de mi novio duermo del lado de mi papá. Pero no es nada freudiano: el dueño de casa duerme del lado del teléfono".

¿Natalia Alfano, Natalia Legrand, Natalia Giménez o Natalia Oreiro?"No quiero ser eterna, y no me interesa que la gente esté cachonda conmigo. Muchísimo menos, cuando tenga cuarenta. Y no estoy dispuesta a mil y un liftings para aparecer en pantalla. Mi plan es juntar una cantidad de guita importante, comprarme una isla y retirarme. Incluso, cada vez que puedo, me hago una escapada y ya voy mirando islas. Creo en la reencarnación, en pagar karmas, en la superación del hombre y, según me han dicho, soy una persona muy vieja y tengo muchas cosas superadas, así que mi alma es muy transparente. Pero todavía no estoy 100 por ciento pura. Cuando esté 100 por ciento villavicencio, voy a ser solamente luz y voy a estar en otro planeta".