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Por LAURA ISOLA |
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Cuando Mau Mau cerró en 1994 sin fiesta y sin despedida, apenas fue nota en la sección sociedad de algún diario y motivo de secreto festejo para el anciano Coronel Cañones. Hoy, a escasos días de su demolición, Radar rescata la historia pública y privada del lugar que, en 1964, redefinió la vida nocturna de los argentinos con el invalorable aporte del gran dante Quinterno, que accedió a dar a conocer la opinión de Isidoro Cañones sobre el triste final diurno de la reina de la noche.
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