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South Park: Niños Prohibidos para Menores
" >   Por MARTIN PEREZ

Son el mayor fenómeno de los dibujos animados desde “Los Simpsons”, y aún no llegaron a la Argentina. Si es que alguna vez llegan. Porque los cuatro encantadores protagonistas de “South Park” no son de lo más indicado para los infantes. Malhablada, sacrílega y políticamente incorrecta, la serie es un suceso a base de Internet y papelitos recortados. Y, claro, los más terribles insultos entonados por deliciosas vocecitas de helio.

Todo comenzó con una tarjeta de Navidad. Una tarjeta muy peculiar, eso sí. En primer lugar, no se trataba de un pedazo de cartón sino de un rectángulo de plástico: un videocasete con un dibujo animado casero de unos cinco minutos. Sus autores fueron dos ex estudiantes de la escuela de cine de Boulder: Trey Parker y Matt Stone, jóvenes creativos pero desempleados que penaban por pagar el alquiler de su departamento en Hollywood. El particular encargo era obra de un ejecutivo de Fox que estaba fascinado por los delirantes proyectos del dúo --entre los que se contaba una serie televisiva protagonizada por dos monos que cantaban balanceándose boca abajo-- pero que aún no les había conseguido ningún contrato. Cuando recibió el video, el ejecutivo quedó encantado pero se dio cuenta de que su sacrílego y malhablado contenido no era el material apropiado para enviar a los quinientos ejecutivos que integraban su lista de regalos empresarios. Así que hizo unas cincuenta copias que envió a sus amigos más cercanos y se olvidó del asunto.

A los seis meses, el video era el más pirateado de todo Estados Unidos. Grupos de rock como Phish lo exhibían antes de sus multitudinarios recitales, estrellas como George Clooney se lo copiaban a todos sus conocidos, y hasta era posible verlo a través de Internet. Un año después, sus autores habían sido contratados para producir una serie televisiva basada en los personajes. Bajarían el tono de los insultos, pero tendrían libertad creativa. Y mantendrían su estética de animación casera. Dos años más tarde, South Park se consagraba como el más sorprendente fenómeno de la televisión norteamericana, con una audiencia promedio de cinco millones de espectadores, más de quinientos clubs de fans instalados en Internet y ganancias en merchandising que superaban los treinta millones de dólares. De un modesto canal de cable, el show había logrado ocupar la tapa de revistas como Rolling Stone, Spin o Newsweek. Y todo gracias a una simple tarjeta de Navidad.

FELIZ NAVIDAD En un paisaje nevado, cuatro chicos de unos ocho años cantan canciones de Navidad. Son Kyle, Stan, Cartman y Kenny; los protagonistas de la historia. Animados con una técnica amateur basada en pedacitos de papel recortados, todo ellos lucen encantadores. Hasta que abren la boca. Con una hilarante voz aguda, Stan pide que todos se callen. “Se supone que los judíos no celebran Navidad”, le dice a su amigo Kyle. Kyle no entiende de qué habla, y recibe un insulto del gordo Cartman. “Cállate, gordo tirapedos”, responde con su vocecita de helio. “No me insultes, culo roto”, responde Cartman. De pronto, un hombre barbado y con túnica blanca desciende del cielo. “La mierda, es Jesús”, se sorprende Kenny. “¡Ha venido a matarme porque soy judío!”, se asusta Kyle. “No teman, yo amo a todos mis niños”, le responde Jesús, que pide que lo guíen hasta el shopping de South Park, donde debe encontrarse con el blasfemo Papá Noel. Al grito de “La Navidad es para celebrar mi cumpleaños”, Jesús se lanza en una patada voladora apenas divisa a Papá Noel. “La Navidad es para dar cosas”, responde el otro, que esquiva y pega a su vez. Todo degenera en una delirante lucha de kung-fu entre ambos personajes barbados, mientras los chicos asisten atónitos y entusiastas al show.

Punto de partida del fenómeno South Park, “El espíritu de Navidad” --tal el nombre del corto-- es el único de los episodios de la serie que permanece inédito, tal vez porque los insultos en boca de los niños son demasiado subidos de tono. Es posible verlo, sin embargo, ingresando en alguno de los miles de sites de Internet que aparecen en cualquier buscador luego de que uno tipea South Park. Sorprendentemente hilarante y desquiciado, el corto contiene muchos de los elementos que disfrutan los fans de la serie: impresentables blasfemias, un argumento delirante y la primera muerte de Kenny, personaje que fallece indefectiblemente en cada capítulo. “Nos parece increíble que tenga tanta mala suerte”, han explicado sus creadores. Encantadores dibujos animados exclusivamente para adultos --es la única serie que luce el cartelito de prohibida para menores de 18 en Estados Unidos y puede ser bloqueada desde la cajita decodificadora del cable-- South Park tiene dos confesos inspiradores: los Monthy Python y el LSD. “Si Seinfeld hizo historia en la televisión al demostrar que los adultos son bestias miserables y engreídas, South Park sugiere que semejante comportamiento no comienza al cumplir los 18”, escribió el periodista David Wild en la revista Rolling Stone.

DESPUES DE CRISTO Demostrando que el Mortal Kombat entre Jesús y Papá Noel fue sólo el comienzo, las tramas de los primeros capítulos de la serie se centraron en la llegada de un OVNI que secuestra a uno de los chicos y le pone una antena en su recto anal, un elefante que le trata de hacer el amor a un cerdo, y un particular Piegrande que tiene a Patrick Duffy en una de sus piernas. Aunque el lisérgico encanto de la serie también está en los detalles: Isaac Hayes haciendo la voz del cocinero de la escuela, flatulencias incendiarias y un amor tan grande que hace que Kyle vomite cada vez que ella se le acerca.

Una de las sorpresas del fenómeno South Park fue que -con menos de una decena de capítulos emitidos- ya eran precisamente un fenómeno. “Cuando todo comenzó no lo podíamos creer”, declaró Trey Stone. “Sucedió demasiado rápido. Hace dos años literalmente nos moríamos de hambre. Hoy nos llueven propuestas por todos lados.” Mientras se encargan de mantener al aire la segunda temporada de la serie, Stone y Parker están a punto de estrenar Orgazmo, su segundo largometraje. Su trama: un mormón que se hace estrella porno y de artes marciales. El anterior --que fue directo a video-- era un musical llamado Cannibal, una suerte de cruza entre Oklahoma! y Martes 13. Y hay más: actualmente Stone y Parker escriben la segunda parte de Tonto y Retonto y están protagonizando Basketball, el nuevo film de su admirado Jerry Zucker.

El suceso de la serie parece, sin embargo, tener un límite: los chicos. Con South Park transformándose en un negocio que promete un inminente CD, una futura película y grandes ganancias en merchandising, ya se ha anunciado que no habrá muñecos para cada personaje. “Somos un show para adultos, así que no queremos hacer nada para atraer a los niños”, ha dicho la voz oficial de Comedy Central, el canal de cable que emite South Park. La realidad indica que sus creadores exigían muñecos capaces de insultar o deshacerse en pedazos, y ninguna juguetería iba a aceptar venderlos. Las posibilidades de ganancias son infinitas, pero Stone y Parker no quieren limar ni una arista de su show. “Estamos en el negocio de hacer que la gente no sepa qué demonios está mirando”, declaró Parker. A lo que Stone agregó: “Según nuestro punto de vista, el verdadero éxito sería que nos saquen del aire porque nadie entiende de qué estamos hablando”.

DE PANTALLA EN PANTALLA Desde un comienzo existía la posibilidad de que South Park llegase a la pantalla local vía MTV, ya que Comedy Central es un canal de Viacom, la megaempresa dueña del canal de cable. Pero todo indica que los pibitos de Parker y Stone seguirán lejos de nuestros televisores. Pero accesibles a través del monitor de la computadora. De la misma manera que se puede conseguir “El espíritu de Navidad”, también se puede seguir la evolución del culto a la serie --y, con paciencia, bajarse alguno de los capítulos completos-- surfeando por los numerosos sites de sus fans. Porque, tal vez a causa de que su animación casera es ideal para la Web, el fenómeno de South Park es un fenómeno de Internet. “Estoy comenzando a apreciar a la Web como el próximo medio masivo”, declaró Larry Liberman, vicepresidente de Comedy Central. “A través de nuestro site estamos teniendo un millón de visitantes por día. Y no hay revista en la Tierra que pueda igualar semejantes números”.

Conociendo el papel de Internet en el fanatismo por la serie, Comedy Central no piensa hacer como Disney, que se dedica a bajar cada uno de lossites realizados por fans. Simplemente intenta evitar que los capítulos se consigan por modem --ya hay una serie de videos que alcanzaron una venta de 700 mil unidades durante su primer mes--, y hasta hay un corto de un minuto exclusivo para Internet. En él, Kenny se desmiembra a sí mismo intentando calar una calabaza para Halloween. Víctimas de sus fanatismos, los personajes de South Park son herederos de la cultura pop de la que se burlan y alimentan. Encantadores e impresentables, son el último eslabón de una cadena evolutiva que comenzó con los Simpsons y siguió con Beavis & Butthead. Habrá que confiar en que semejantes herederos alcancen a cruzar la frontera, al menos como espaldas mojadas a contramano, y lleguen a nuestra TV. Nos lo merecemos.