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1-Martirio canta. Detrás, en sombras, el pianista Chano Domínguez, responsable de
los arreglos de Coplas de madrugá y acompañante ideal de la diva. 2-Martirio. 3-Martirio a los tres años .
¿Maribel Quiñones o Martirio?
-Las dos a disposición.
¿Quién inventó a quién?
-Maribel a Martirio, desde luego. Ella estaba desde antes.
La voz de ese personaje llamado Martirio, con un acento tan andaluz que parece parte de su invención, es tal vez lo único cierto. Lo único que no aparece oculto por nombres supuestos, por vestimentas especialmente diseñadas o por anteojos oscuros. La voz, en la conversación que desde Madrid tiene con Radar, es la misma que canta Te encuentro más delgada, soledad,/ más pronto que un rayo hoy has venido./ Me dejaste justo el tiempo de batalla,/ el humo de tu tren de mil vagones,/ la taza del café de esta mañana./ La noche de aquel año,/ el mundo en las espaldas. Es la voz que mezclada con un grupo pop o con el impecable trío de jazz de Chano Domínguez recorre las coplas de Ojos verdes o No me digas que no. La misma que los próximos 6 y 7 de junio se escuchará en La Trastienda (Balcarce 460) cuando Martirio -o Maribel Quiñones- actúe por primera vez en Buenos Aires acompañada, justamente, por Chano Domínguez.
Las diferencias entre persona y personaje son tenues para esta cantante, poeta y actriz que bien podría haberse escapado de una película de Almodóvar, que se ríe al terminar cada frase y que, a los 30 años, empezó su carrera y llegó a la fama casi al mismo tiempo. Fui una adulta prodigio, dice entonces. Y sobre ella, o sobre su personaje, explica que tiene la suerte de haber podido crear mi propia obra, con mi propia escenografía, que soy yo misma, con mi guión y conmigo como protagonista. Estudiante de solfeo en el conservatorio, tocadora de guitarra en las reuniones (malamente, vamos), integrante del grupo folklórico Jarcha, colaboradora de Pata Negra y de Kiko Veneno -con quien compuso en conjunto muchas de sus canciones-, Martirio resume su vida anterior a la música: Auxiliar de clínica, mujer de médico, estudiante de filosofía, madre temprana. El personaje se apropia de la persona: Es que cada vez se intensifica más la unión entre la vida y lo que se canta.
Con cinco discos grabados -Estoy mala (1986), Cristalitos machacaos (1989), La bola de la vida del amor (1991), He visto color (1994) y su hermoso libro/CD llamado Coplas de madrugá (1997)- Maribel Quiñones explica la evolución de Martirio: A mí siempre me ha gustado mucho el teatro y la escenografía la he llevado puesta. Depende de la mujer que estaba presentando frente al público, o que estaba trabajando para mí personalmente, que ese personaje saliera de una manera determinada y no de otra. En una primera época, el personaje utilizaba elementos muy contemporáneos, muy de uso doméstico. Que la espada fuera una espumadera, y en la cabeza, en vez de una corona, una olla a presión. Tenía que ver con el tiempo libre, con la liberación que a las mujeres nos permitían los adelantos tecnológicos. Después, fueron apareciendo en Martirio muchas cosas distintas. Desde la estética religiosa, barroca, las mujeres del Mediterráneo, las diosas antiguas, hasta la mujer Carmen, andaluza, con flores. Siempre me ha gustado muchísimo la fantasía y dar color en el escenario. Y, pues, ahora la película es en blanco y negro. Estas Coplas de madrugá le pedían al cuerpo sobriedad y sencillez. Eso no quita que me ponga lo más guapa que puedo, pero es mucho más como para que se fijen en la sensibilidad y en la emoción. Y no, como antes, en un testimonio más externo.
¿Hay en el nombre falso y en los anteojos una estética del ocultamiento?
-No hay ocultamiento porque todo el mundo que me sigue y que me ve, se da cuenta inmediatamente de que estoy desnuda, por muchas gafas que lleve. Normalmente soy una persona abierta en canal por la vida. Es más bien una cosa mágica, una cosa de misterio, de esquizofrenia bendita, de psicoanálisis público. Más teatro que ocultamiento. De verdad que soy muy clara.
¿El nombre es una referencia a cierta cultura sadomasoquista española, a esa idea del tormento que va de la Inquisición a Buñuel?
-Tiene mucho de Lorca, tiene mucho de andaluz, de la palabra martirio en griego, que significa testigo. En cuanto a eso un poco terrorífico que tiene lo español, diría más bien que se trata de pasión y la pasión siempre es abrasadora y tiene algo de terrible, de incontenible. Pero también la pasión es un motivo para luchar y para seguir y para amar.
¿Qué papel jugaron en su carrera el franquismo y el posterior destape?
-Desde luego, el franquismo había generado una necesidad de liberación absoluta en cuanto a la creatividad, a la independencia, al lugar social de la mujer, a quitarse el masoquismo de encima, a atrevernos a ser nosotras mismas. Y lógicamente todo eso explotó con la tolerancia que vino después. La mujer tuvo más voz, se estaba incorporando a todos los puestos y necesitábamos querernos a nosotras mismas por encima de todo para luego ser, en serio, las diosas del amor que todas llevamos adentro.
¿Cómo se llevan Andalucía y la modernidad?
-Andalucía siempre ha sido muy moderna, como un estómago que ha digerido muchísimas culturas. Ha estado abierta, es una tierra con muchísimo corazón. Yo siempre digo que la gente del sur de los sitios es la más apasionada, la más emocional. Y una persona emocional está abierta a la modernidad. Por otro lado, Andalucía guarda, como en un pozo, toda una serie de raigambres, de historia y de cultura. Todo eso que conforma una manera filosófica de ser en medio de todo este internet horroroso que nos devora. Creo que en el mundo, a pesar de todo, hay una gran red de internet del corazón.
¿De qué manera surge la idea de mezclar la copla con el pop y con el jazz?
-Yo me mezclo con los músicos y con muchísimas músicas. Esta generación nuestra, y la que viene y la anterior, han estado influidas por tantos tipos de música que es normal que la creación del 2000 sea la fusión. Claro, siempre que se respete absolutamente la tradición y que, al mismo tiempo, no se tengan prejuicios a la hora de unir cosas que tienen alma común.
¿Cuáles fueron las cantantes que le enseñaron su oficio?
-Concha Piquer, la primera. Ella es la articulación, la modulación, el distanciamiento. A mí me enseñó a vocalizar, a cantar. Me enseñó una manera elegante de decir y de contener las emociones, y también un señorío a la hora del paseo en el escenario. Luego, Billie Holiday me ha enseñado a arañarme las tripas como un gato y llegarme al sexo, casi. Digo el sexo en el sentido más cercano a lo que nos une a lo ancestral, a esas cosas que no se pueden evitar, a esas emociones que no se pueden ya explicar.
Y Ella Fitzgerald, claro. Ella es la perfección, la improvisación, la naturalidad, la gran obra, la mujer que siempre ha estado ahí, constantemente, esperando para hacer la gran versión.

1- Martirio y el gran guitarrista Kiko Veneno, mentor y fan n�mero uno de la dama. 2 y 3- Martirio
¿Y los hombres que la influyeron?
-Miguel de Molina, Camarón, Peter Gabriel, Fito Páez, Edmundo Rivero, Piazzolla. Y muchos más, hombres y mujeres: Amelita Baltar, la música cubana, Susana Rinaldi, la música brasileña. Toda la música que tiene alma.
Usted mencionaba la pasión y, después, la contención. Ese duelo, esa tensión parece definir, también, el estilo de los cantaores flamencos ...
-Es que la contención es fundamental para que pueda haber pasión, hasta en la relación amorosa. El desbordamiento y la contención. No se puede entregar uno entero porque hay que guardar algo, para no perderse. Algo así pasa en la canción. En la copla, mi aporte pasa por contener. Porque la copla siempre ha sido un cante muy hacia afuera, muy de alarde de voz y lo que yo he intentado es darle una lectura íntima y contenerla para hacerla como al oído.
¿Su obra se emparenta con la de otros españoles?
-Pues claro. En el último disco canto una canción, Dicen, que es Buñuel puro. Varios de mis vestidos tienen diseños inspirados en Picasso.Y cuando yo salí haciendo Estoy mala, Almodóvar filmaba Qué he hecho yo para merecer esto, que en el fondo también era una reivindicación del ama de casa. Todos nos influimos, gracias a Dios. Lo importante es influirse pero sacar de ti mismo una cosa absolutamente original, que tenga tu tamiz personal y musical. Algo creativo, que pase por ti y que ofrezca una cosa nueva. Yo odio las copias.
En ese sur de los sitios del que hablaba, ¿qué papel le cabe a España frente al resto de Europa?
-Es que España está mucho más caliente, más viva, más latente que el resto de Europa. Y la Argentina también es el sur y hace cuatro o cinco años que estoy soñando con ir a Buenos Aires. La vida es muy generosa conmigo. Resulta un milagro que un empresario independiente consiga llevarme, con el apoyo de mucha gente de allí que está trabajando para eso. Estoy completamente emocionada y además tengo la suerte de que los del grupo La Cubana, que son muy amigos míos, estarán todavía allí cuando llegue. Va a ser para mí un placer, que los 14.000 kilómetros me los voy a hacer, ¡pero vamos!, de un saltito.
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