Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Galtieri y Suárez Mason, entre los citados de la segunda etapa

Hoy debería presentarse el general Cristino Nicolaides, último jefe del Ejército durante la dictadura. El mes que viene comenzará la segunda etapa de la investigación: los nacimientos en Campo de Mayo.

na08fo01.jpg (10804 bytes)

na08fo02.jpg (12857 bytes)

Por Adriana Meyer

t.gif (67 bytes)  Leopoldo Galtieri, Guillermo Suárez Mason, Albano Harguindeguy y Armando Lambruschini son cuatro de los próximos jefes militares que serán citados por el juez federal Adolfo Bagnasco, en la causa que investiga la sustracción sistemática de los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Hoy debería presentarse el último jefe del Ejército durante la dictadura Cristino Nicolaides, quien está imputado por la elaboración del denominado “Documento final sobre la lucha contra la subversión y el terrorismo”, con el que los militares dieron por muertos a todos los desaparecidos. Pero además deberá responder sobre la orden que impartió en 1983 para que fuera incinerada documentación referida a la represión (ver aparte). De ese modo, habría otorgado impunidad al plan sistemático de apropiación de niños nacidos en cautiverio. Tras el interrogatorio, el general retirado quedaría detenido.
La declaración de Nicolaides es la última indagatoria que tomará Bagnasco, antes de resolver la situación de los siete militares detenidos hasta ahora, que con él podrían ser ocho. Si bien la fiscalía y la querella están interesadas en que se produzca la declaración de otro represor, con el probable procesamiento y la prisión preventiva de quienes ya desfilaron por el juzgado de Bagnasco, concluye el primer capítulo en este proceso, que hizo foco en los hechos ocurridos en la Escuela de Mecánica de la Armada, y comienza el referido a los nacimientos en el centro clandestino que funcionó en Campo de Mayo, conocido como “El Campito”. En este caso hay pocos sobrevivientes y las historias de los partos ocurridos allí son menos conocidas, pero la intensidad de la represión que sufrieron esas mujeres es similar a la padecida por quienes dieron a luz en la ESMA.
Bagnasco había fijado la indagatoria de Nicolaides para el 21 de diciembre, pero el militar –que vive en Córdoba– presentó un certificado médico en el que constaba que tiene problemas cardiovasculares. Tras una revisión, los médicos forenses determinaron que estaba en condiciones de viajar a Buenos Aires. Si Nicolaides no se presenta hoy el juez dictará el pedido de captura, tras verificar si ha sido bien notificado por el Ejército y el juzgado cordobés. El ahora teniente general retirado fue jefe de la Subzona 23 desde febrero de 1976 hasta diciembre de 1977, como comandante de la VII Brigada de Infantería cuya cabecera era la ciudad de Corrientes. Fue procesado en la causa por la masacre de Margarita Belén, pero se benefició con el indulto de Carlos Menem.
El juez todavía no fijó fecha para el nuevo grupo de indagatorias, pero seguramente se concretarán durante el mes próximo. Estos serán los convocados:
u Ex teniente general Leopoldo Galtieri. Desde octubre de 1976 hasta enero de 1979 fue comandante del II Cuerpo, por lo cual fue el máximo responsable de la represión ilegal en las provincias de Formosa, Chaco, Santa Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Fue condenado por la Cámara Federal a la pena de ocho años de prisión por privación de la libertad en 35 oportunidades, en concurso real con tormentos reiterados. Fue indultado por Carlos Menem en 1990.
u Ex general de división Carlos Guillermo Suárez Mason. Fue comandante del I Cuerpo de Ejército desde 1976 hasta 1979, y por lo tanto jefe de la Zona 1 que comprendía La Pampa, la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Antes de declarar en la causa sobre la desaparición de Alfredo Giorgi se fugó. En abril de 1984 le dieron de baja y en 1987 fue detenido en los Estados Unidos y extraditado. Supervisaba lo que ocurría en la ESMA, en el “Banco” y en el “Vesubio”. Fue indultado por Carlos Menem.
u General de división retirado Albano Harguindeguy. Fue ministro del Interior entre marzo de 1976 y marzo de 1981 y como tal fue el responsable mediato de los centros clandestinos de detención que funcionaron en lasdelegaciones de la Policía Federal en el interior del país. En esa época, recibía un parte diario sobre los operativos y los secuestros realizados. Estuvo imputado en la causa de la Zona de Seguridad 4, por una privación ilegal de la libertad, se benefició con la Ley de Obediencia Debida.
u Almirante retirado Armando Lambruschini. Fue jefe del Estado Mayor general naval desde febrero de 1976 hasta setiembre de 1978, y comandante en jefe de la Armada hasta 1981. Condenado por la Cámara Federal e indultado en 1990 por Carlos Menem.

UNA CAUSA EN LA JUSTICIA
El general en patineta

Por A.M.

t.gif (862 bytes) En 1983 Cristino Nicolaides querelló a Andrés Cascioli por haberlo dibujado en la tapa de la revista Humor a bordo de una patineta y a punto de dar con el “tafanario” (nalgas) en el piso. Una vez que ambos estuvieron ante el juez, el militar ofendido manifestó que “un general de la Nación sabe hasta andar en patineta”. El ex capitán José Luis D’Andrea Mohr recuerda esta y otras anécdotas del hoy imputado ex jefe del Ejército, porque lo conoció en 1962 –durante los primeros enfrentamientos entre “azules” y “colorados”–, cuando lo nombraron subdirector de la Escuela de Tropas Aerotransportadas (paracaidistas), y le fue siguiendo los pasos hasta denunciarlo como responsable de la incineración de los documentos sobre los desaparecidos, en 1983, cuando ya se había disuelto la junta militar.
“Era gordo y torpe, con pocas aptitudes para tirarse de un avión. Apenas llegó llenó los calabozos de soldados y con poco esfuerzo se hizo odiar por todos. A los oficiales nos ordenó concurrir a cenar al comedor del casino de saco y corbata. Pero lo solucionamos en short y remera, mudando las mesas al jardín”, recuerda divertido ante Página/12 este ex militar que fue destituido por negarse a acatar la “obediencia debida”. “Un día de noviembre nos reunió en su despacho con la pistola sobre el escritorio y dijo: ‘Si hay alguna nueva revuelta a mí sólo me sacarán muerto de mi cargo de subdirector’. En abril del año siguiente hubo otra rebelión y a Nicolaides lo relevaron pero no murió: sobrevivió encerrado dentro de un escobero, sentado sobre un balde dado vuelta”, recordó D’Andrea Mohr.
Nicolaides ordenó el 5 de diciembre de 1983 la destrucción de documentos referidos a las violaciones a los derechos humanos y otros delitos perpetrados por los militares durante la dictadura. Por su parte, el ex presidente de facto, Reynaldo Bignone, había ordenado la quema de los archivos que tenía el Ministerio del Interior. “Aquí se abre un camino de investigación que puede llevar a que las actuales autoridades del Ejército deban proporcionar a los jueces las actas de incineración con los títulos de los documentos incinerados”, opinó.

 

PRINCIPAL