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CAE UNA RED PROSTIBULARIA LIDERADA POR AMIGOS DE OYARBIDE

El negocio del sexo a la dominicana

La banda procesada traía al país a las chicas dominicanas. Dos inspectores de la Comuna formaban parte del negocio.

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t.gif (67 bytes)  En la trama hay un pintor dominicano, dos inspectores municipales, una abogada,na13fo02.jpg (10648 bytes) varios pinches y dos capos. De costado aparece la sombra del ex juez Norberto Oyarbide. Y en el fondo cientos de caribeñas que intentaron hacer su agosto en la Argentina prostibularia. La banda que ayer terminó de quedar atrapada por una investigación judicial dirigida por el juez de instrucción Pablo Bruno era una de las más grandes de la ciudad y de la noche. Se trata de la liderada por Carlos Percivalle, prófugo de la Justicia, quien regenteaba por lo menos cuatro cabarets a través de sociedades inexistentes que daban una pátina de legalidad al negocio. La Justicia dictó ayer el procesamiento y la prisión preventiva para él, su padre, Alberto Percivalle --de 78 años--, y otros ocho implicados, entre quienes están los inspectores que en lugar de controlar el negocio hacían de campanas de los cafishios cada vez que se preveía un allanamiento. Aún después del golpe las dominicanas que ingresaron al país en los últimos dos años, según fuentes judiciales, serían alrededor de tres mil.

Para los integrantes de la red el fin de año había sido fatal. Durante la última semana del '98 el juez Bruno realizó catorce allanamientos. En la redada la policía dio vuelta los locales La Saison, Partenaire --ambos en la Galería Rustique, de Santa Fe 1130--, Doll's Dance --ex Staff, en Pueyrredón 1070--, y Sheik --en San Pedrito 85, de Flores--. El magistrado había llegado a esos allanamientos después de siete meses de investigaciones y de anteriores averiguaciones de los fiscales correccionales, de donde derivaron algunas de las causas que confluyeron en el juzgado de Bruno. En su dictamen el juez traza las relaciones entre los integrantes de la banda y el rol que cada uno jugaba.

La mira de la Justicia está puesta en Percivalle, el hombre fuerte de la banda, desde comienzos del '98. Percivalle es conocido en la noche porque tiene antigüedad en la administración de La Saison, Parteneire y Staff. También es propietario de una sociedad llamada Saipar, fusión de los nombres de dos de los peringundines, propietaria de varios saunas. Uno de los datos más vistosos de la vida del gran cafiolo es su amistad con el ex juez Norberto Oyarbide, famoso después de su lucha con el taxi boy Luciano Garbellano, administrador de Spartacus. Tal como publicó en exclusiva este diario a fines de agosto, Oyarbide fue elegido por Percivalle como padrino de su hijo. En la basílica de María Auxiliadora y San Carlos, en el barrio de Almagro, Oyarbide comulgó junto a Percivalle el 18 de octubre de 1987 y se convirtieron en compadres. El juez --actualmente suspendido-- está sospechado de dar protección al negocio de la prostitución.

Bajo el mando de Percivalle había una organización que coordinaba la entrada y salida de chicas dominicanas al país. Allí es donde aparece la figura del pintor Manuel Cárrega Lugo, de 28 años, el más joven de los detenidos. En el dictamen de Bruno se fundamenta "prima facie" que era el artista quien organizaba y facilitaba el ingreso a la Argentina de las mujeres, algunas de ellas menores. Aquí en Buenos Aires, mientras tanto, se promocionaban esos cuerpos en los clasificados de los diarios. El sistema tentaba al cliente para que comprara un "ticket", de entre 70 y 100 pesos, con el que se accedía al lugar donde las chicas mostraban sus atributos para poder ser elegidas. Como ya habían sido allanados algunos de los cabarets, el negocio había variado levemente. Las "visitas" habían pasado de habitaciones anexadas en edificios pegados a las boites a departamentos o albergues transitorios en otros puntos de la ciudad. Por eso usaban modernas cuatro por cuatro para trasladar a los consumidores.

La organización estaba integrada también por la abogada Luz Marina Irusta, de 38 años; Aldo Rosani, de 36; Ricardo José Olivieri, de 40, y José Omar Sánchez, de 34. Junto a ellos también cayeron presos Roberto Pedro Mirasole, de 63, y los inspectores municipales Ernesto Alejandro Girón, de 39, y Héctor José Monzón, de 40. La Irusta oficiaba de administradora de diferentes sociedades integradas por Rosani, Olivieri y Sánchez tras cuyas imágenes encubrían el proxenetismo. Mirasole es quien estaba a cargo del cabaret Sheik, en Flores, cuando fue allanado por Bruno. En el local, presuntamente propiedad de otro capo de la noche, el ex agente de la SIDE Raúl Martins, el juez encontró dominicanas y una de ellas menor de edad. Esa confirmación terminó de cerrar el esquema que con una serie de documentos armó la red que el juez investigaba. Ese fue el momento en que también terminaron de quedar "pegados" a la banda los dos inspectores a quienes la Justicia les escuchaba sus conversaciones desde mayo. Desde el propio Departamento Central de Policía Girón y Monzón llamaron a Sheik para avisar que estaban por allanar el negocio. Según fuentes del juzgado, la banda que cayó en desgracia pone en guardia a los grandes cafiolos. Después del escándalo Oyarbide cambió la escena y la protección que recibían ya no parece tan efectiva.

 

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