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El Diablo está vivito y coleando, pero ya hay armas para atacarlo

El Vaticano divulgó su primer ritual actualizado de exorcismo desde 1614. Por ahora hay que hablar en latín. Se puede consultar a un psiquiatra en caso de duda. Los medios no pueden asistir.

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t.gif (67 bytes)  “El diablo anda por allí como un león rugiente, buscando almas para devorar.” La frase no pertenece a una novela barata de terror, sino a la Santa Sede: ayer el Vaticano recordó que Satán sigue haciendo de las suyas, por lo que divulgó su primer ritual actualizado sobre exorcismo desde 1614. En su introducción del texto de 84 páginas en latín –De Exorcismis et supplicationibus quibusdam– el Vaticano dijo a los católicos que no tienen más opción que la de creer en la existencia del diablo. El nuevo ritual será utilizado por exorcistas aprobados por la Iglesia en todo el mundo y les insta, por primera vez, a que recurran a la medicina moderna donde sea necesario. E incluso a la psiquiatría.
Aunque el libro encuadernado en cuero rojo intenta actualizar a la Iglesia con respecto a la ciencia moderna, funcionarios eclesiásticos dejaron en claro en una conferencia de prensa que la creencia tradicional en el demonio no es optativa para los católicos contemporáneos. “Sabemos que hay católicos que no han sido educados apropiadamente en la fe y dudan de la existencia del diablo”, dijo el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, jefe de la Congregación Vaticana para el Culto Divino y la Disciplina Sacramental. “Si esto es así, es una falta seria en la formación religiosa. La existencia del diablo no es una opinión que se pueda tomar o dejar. Pertenece a la fe y la doctrina católica”, indicó. El libro contiene una guía práctica y espiritual para los exorcistas.
“En caso de que haya una intervención diabólica, el exorcista debe usar toda la prudencia y cautela necesarias. En primer lugar no debe asumir que los que están sufriendo alguna enfermedad están siendo hostigados por el demonio”, señala. Es ésa, posiblemente, una de las modernizaciones más claras del ritual: advierte que para descartar enfermedades puede consultarse a “expertos en ciencias médicas y psiquiátricas que tengan un sentido de la realidad espiritual”. La otra novedad es el bloqueo informativo: para evitar que el ritual se “convierta en un espectáculo”, las nuevas reglas ordenan que “la presencia de los medios durante un exorcismo no se permita bajo ninguna circunstancia”.
Los signos de que una persona está bajo el influjo del diablo incluyen hablar en lenguas desconocidas y tener una fortaleza física desproporcionada a su edad o contextura física, explica el texto. Un exorcista, que es nombrado por un obispo local, debe usar el rito sólo después de un “examen diligente” de los hechos. El mismo ritual del exorcismo, especificado en detalle en el libro, incluye oraciones, la bendición y rociado con agua bendita, la imposición de manos sobre el poseso y hacer la señal de la cruz. El ritual continúa con apelaciones a Cristo, el Espíritu Santo y los santos de la Iglesia. Entonces comienza la nueva fórmula de exorcismo. Primero viene la “fórmula de la imploración”, en la que se enumeran los males del demonio y se pide a Dios que libere al poseído. El segundo paso, una fórmula más intensa, es la “fórmula imperativa”, en la que se ordena al diablo que deje al poseso. La fórmula imperativa comienza: “Satán, te ordeno...”. Después califica a Satán como el “príncipe del mundo” y “enemigo de la salvación humana”. Y concluye: “Por lo tanto, vete, Satán”.
El nuevo ritual no está disponible aún en otros idiomas, pero el cardenal Estévez dijo que eso no es un problema. “El nuevo manual entra hoy en vigor en su versión en latín”, aseguró. “Un exorcista puede usar la versión latina esta noche, si quiere, porque el diablo entiende el latín”. El manual distingue entre “posesión” y “obsesión”. Posesión es cuando el demonio invade físicamente un cuerpo humano. Obsesión es cuando una mente está llena de pensamientos malvados. Estévez dijo creer que el número de posesiones verdaderas en la actualidad “no es muy grande, sino que son más bien escasas”, pero que la cantidad de mal en el mundo no dejaba dudas de que Lucifer sigue trabajando. “La estrategia del demonio es convencer a la gente de que no existe. De esta forma, consigue hacer su trabajo sin ser molestado”, indicó Estévez. “No hay duda de que el diablo se las arregla para atrapar a mucha gente. Engaña a los hombres haciéndoles creer que sepuede hallar la felicidad en el dinero, en el poder, en la lujuria carnal. Engaña a los hombres persuadiéndolos de que no necesitan a Dios y de que son autosuficientes”, agregó. “La presencia del diablo explica las dramáticas condiciones del mundo, que languidece bajo el poder del maligno”, agregó.
El papa Juan Pablo II, de quien se dijo que practicó una vez un exorcismo en el Vaticano, ha dejado en claro varias veces en sus 20 años de pontificado que cree en la existencia del demonio. Durante una gira por Alemania en 1987, dijo que los horrores de la II Guerra Mundial, incluidos los campos de concentración nazis, eran una prueba de que el demonio sigue trabajando.

 

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